Usted está aquí: viernes 13 de febrero de 2009 Política Presos de La Voz del Amate denuncian agresión de custodios

■ Exigen al gobernador de Chiapas no apoyar acciones represivas

Presos de La Voz del Amate denuncian agresión de custodios

■ Los despojaron de una manta que anunciaba jornada de ayuno y oración

Hermann Bellinghausen

Los presos “políticos” de La Voz del Amate, miembros de la otra campaña, recluídos en el Cereso 14 de Cintalapa, Chiapas, denunciaron ayer que fueron agredidos en sus celdas por custodios del penal y despojados de una manta que anunciaba una “jornada de ayuno y oración por la libertad” que inciaron el martes, y desde entonces han sido hostigados.

Alberto Patishtán Gómez, vocero de la organización, cuyos miembros realizaron una huelga de hambre de más de un mes en 2008 y lograron la excarcelación de decenas de ellos, informó que a las 8:50 horas de este jueves, siete agentes uniformados les arrancaron por cuarta ocasión una manta, “cuyo contenido no era ofensivo para nadie.

“La manta sólo decía que somos indígenas presos políticos, que estamos en ayuno y oración por nuestra libertad. Es una protesta pacífica, no ofensiva contra el gobierno ni contra los directivos del penal; sin embargo, llegaron bien agresivos y nos la quitaron”, dijo el maestro tzotzil, originario de El Bosque.

En la protesta participan José Pérez, Miguel Gómez y el propio Patishtán. Los custodios dijeron cumplir órdenes del coordinador general de los penales chiapanecos, Juan José Mora Mora, y del director del Cereso 14, Luis Martínez Becerril.

Mediante Patishtán Gómez, La Voz del Amate exigió al gobierno de Juan Sabines Guerrero que deje de auspiciar las acciones represivas y garantice el respeto a manifestaciones pacíficas dentro del penal. “Nos traen presos por marchar, por protestar, por inconformarnos con los malos actos de nuestros gobiernos, nos traen al Amate acusados de rebeldes, y ahora que estamos haciendo actos pacíficos nos reprimen”, dijo.

La semana anterior, La Voz del Amate anunció las jornadas de ayuno y oración que habrán de concluir el próximo día 26. Este miércoles se difundió un testimonio telefónico del grupo: “Sufrimos en el primero y segundo días de ayuno hostigamiento y represión directa por el subdirector del penal, Miguel Ángel Pérez de la Cruz”. La noche del martes fueron retiradas las primeras mantas por otros reclusos, quienes admitieron que actuaban obligados y amenazados por Pérez de la Cruz.

El miércoles colocaron una nueva manta y dos custodios, “con lujo de violencia, la quitaron y se la llevaron”.

Manifestaciones de solidaridad

Otras organizaciones sociales con presos, como la Casa del Pueblo, de Venustiano Carranza; el Movimiento Campesino Regional Independiente y la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (Mocri y CNPA-MN), manifestaron su solidaridad con La Voz del Amate. 

“Los presos políticos de Chiapas y el país deben usar todos los medios para manifestarse y exigir su libertad, y debemos de apoyarlos en su justa demanda. Como organización, dentro y fuera del penal, exigimos respeto a esta acción”. Denunciaron que desde que el día 10, el director de El Amate “ha estado llamando a algunos ‘malandros’ para que lleven el mensaje a los presos políticos de que si no dejan esa acción serán quitados a la fuerza”.

Sostuvieron que el Estado mexicano “persigue y encarcela luchadores sociales, manteniéndolos secuestrados en sus penales para callar los movimientos”. Esa situación “es peor en el interior de los penales”, donde “se les mantiene secuestrados”.

Rechazando “las actitudes de sabotaje” del director y el subdirector, exigieron “respeto a la libertad de expresión, organización y trabajo para los presos políticos y de conciencia”. Expresaron que el gobierno de Chiapas “no ha hecho más que explotar y engañar con su supuesta política de reconciliación, sin liberar a los que lo merecen”.

Mocri y CNPA-MN llamaron a “romper las barreras del silencio”. La lucha de los pueblos es un “medio legítimo”, pero cuando los pueblos “se levantan, sus líderes son encarcelados o desaparecidos”. Sostuvieron que esta es “una historia común en Chiapas, que Pablo Salazar hizo trazar en las memorias y los recuerdos, y que Sabines mantiene viva.

 
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