■ El prelado dijo en 2005 que Katrina destruyó Nueva Orleáns como “castigo divino”
Benedicto XVI nombra obispo auxiliar de Linz al clérigo fundamentalista Gerhard Wagner
Roma, 31 de enero. Apenas 10 días después de que el papa Benedicto XVI rehabilitó al sacerdote Richard Williamson, quien hace dos semanas aseguró que las versiones sobre el Holocausto han sido exageradas, el jefe de la Iglesia católica anunció hoy que nombró obispo auxiliar de la diócesis de la ciudad de Linz, Austria, al clérigo Gerhard Wagner, quien atrae frecuentemente la atención pública por sus interpretaciones religiosas de fenómenos naturales y culturales.
Wagner, de 54 años, había sido hasta ahora rector de la parroquia de Windischgarsten y se dio a conocer en 2001 cuando describió como satánicas las novelas de la escritora británica J. K. Rowling sobre el niño mago Harry Potter.
El religioso también atrajo la atención de la prensa cuando afirmó en 2005 que el huracán Katrina azotó Nueva Orléans como “castigo divino a una ciudad inmoral” donde había cinco clínicas abortistas, destruidas por el meteoro.
Planteó además que “el constatable aumento de los desastres naturales” parece más consecuencia de la “contaminación espiritual” que de la medioambiental.
El nombramiento anunciado por Benedicto XVI se suma a la decisión del 21 de enero de rehabilitar a cuatro obispos de la fraternidad sacerdotal San Pío X, afines al arzobispo disidente Marcel Lefevbre, entre quienes está el británico Williamson, de 68 años, quien negó que en los años 30 y 40 del siglo XX el régimen nazi haya asesinado a 6 millones de judíos.
“Existen evidencias históricas de que en los campos de concentración no hubo cámaras de gas”, dijo Williamson –excomulgado en 1988 por Juan Pablo II– en entrevista con la televisión sueca.
El ministro israelí de Asuntos Religiosos, Yitzhak Cohen, declaró al semanario alemán Der Spiegel –este fin de semana– que ha recomendado al gobierno de Ehud Olmert romper “todo contacto con el Vaticano que tiene como miembros a antisemitas y personas que niegan el Holocausto”.
Esas decisiones de Benedicto XVI y otras acciones desde 2005 son parte de una “atmósfera oprimente que vive la Iglesia”, según el teólogo suizo Hans Kung, compañero de estudios de Joseph Ratzinger, pero enfrentado desde hace varios al Vaticano, que le retiró el permiso eclesiástico para la docencia por haber cuestionado la infalibilidad del Papa.
Kung dijo al periódico alemán Frankfurter Rundschau que “la gota que derramó la copa” fue la rehabilitación de los obispos afines a Lefevbre, en coincidencia con los 50 años del concilio Vaticano II de Juan XXIII, cuyos efectos en la divulgación de la fe católica son cuestionados por los cuatro obispos de la fraternidad San Pío X.
Benedicto XVII, dijo Kung, “tuvo la oportunidad, como Papa, de ser diferente al cardenal Ratzinger que dirigió la Congregación para la Doctrina de la Fe (heredera del Santo Oficio), responsable de todos los procedimientos de la Inquisición. Pero no aprovechó la oportunidad y ahora está volviendo a mostrar su verdadera cara”.