Usted está aquí: sábado 31 de enero de 2009 Opinión Queja histórica ante la OIT

Arturo Alcalde Justiniani

Queja histórica ante la OIT

Las organizaciones sindicales internacionales más importantes del mundo, entre ellas la Federación Internacional de Trabajadores de las Industrias Metalúrgicas (FITIM), que agremia a más de 25 millones de empleados en cien países, y la Confederación Sindical de las Américas (CSA), que representa a 50 millones en el continente americano, presentarán la próxima semana una queja formal ante el Comité de Libertad Sindical, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), contra el gobierno mexicano por la sistemática violación a la libertad sindical que hay en nuestro país.

“Los quejosos hemos seguido con preocupación el estado actual de las relaciones laborales y sindicales en México, en virtud de constantes reclamaciones de trabajadores, sindicatos en formación, organizaciones gremiales constituidas y organizaciones no gubernamentales de derechos humanos, que hacen constar las dificultades que operan para la formación de sindicatos y su registro formal ante las autoridades de trabajo, incluyendo el sistema de la llamada ‘toma de nota’, las reglas prácticas que operan para acceder a la contratación colectiva en sus distintas etapas, desde el nacimiento, firma o celebración hasta la revisión periódica y su terminación, mecanismos que impiden el cumplimiento satisfactorio de los derechos contenidos en el Convenio 87 de la OIT”. El párrafo citado resume con claridad el contenido de esta queja, pues cuestiona en su integridad el modelo laboral mexicano sustentado en la simulación que ahoga las más elementales formas de representación legítima, lo cual impide que los trabajadores se organicen sin intromisiones del patrón y el Estado, que actualiza un sistema de control e indefensión sin parangón en el resto del mundo. Al carecer los trabajadores mexicanos de mecanismos democráticos de participación se nulifica la posibilidad de una contratación colectiva activa, amplia y responsable que constituye el centro de un modelo laboral moderno. Los obstáculos institucionales, legales y prácticos que agobian el sector laboral son materia fundamental de esta histórica queja.

México suscribió el Convenio 87 en materia de libertad sindical de la OIT hace casi 60 años y se ha negado a ratificar el Convenio 98 en materia de protección a la contratación colectiva, entre otras razones, porque en nuestro país, a diferencia de otros, los trabajadores son ignorados en los procesos de concertación laboral que incluye la negociación colectiva. Son múltiples las quejas que se han presentado ante el Comité de Libertad Sindical de la OIT, las cuales han abarcado tanto violaciones del ámbito federal como estatal, por lo que, cotidianamente, se reclama a nuestro gobierno respetar los compromisos internacionales adquiridos. Estas recomendaciones no suelen ser atendidas, razón por la cual se ha incrementado la presión de las centrales obreras internacionales para exigir respeto en México al derecho de asociación gremial, de contratación colectiva legítima y la existencia de órganos de justicia imparciales.

Las quejas presentadas ante la OIT en el pasado denuncian casos concretos que han sido respondidas por el gobierno como si se tratara de conductas aisladas, se agregan razonamientos formalistas, afirmaciones fuera de contexto y lentitud extrema para desgastar a los quejosos. La denuncia que hoy se presenta tiene características distintas, toda vez que desentraña un patrón de conducta que viola las reglas fundamentales que dan vida al derecho de libertad sindical internacionalmente reconocido. La queja describe con claridad el funcionamiento de los mecanismos de control, las redes de complicidad, las deficiencias de los órganos de justicia y las precarias condiciones laborales y salariales que agobian a las trabajadoras y los trabajadores mexicanos; también puntualiza conductas típicas de la contratación de protección patronal en el área de servicios en la ciudad de México, las restricciones a la asociación gremial en la maquila, la persecución a empleados que intentan romper las ataduras del sindicato impuesto por el patrón, y la ausencia de justicia imparcial que resuelva con eficacia y prontitud las violaciones a la ley.

Ocupa un lugar fundamental de la reclamación una revisión a la reforma laboral promovida por el gobierno federal que busca restringir aún más la libertad de asociación y el derecho a la contratación colectiva, reducir la estabilidad laboral y los principios sociales como falsa alternativa para generar empleos y mejorar la competitividad del país.

Esta queja debe percibirse como un acto de solidaridad internacional con hombres y mujeres que viven de su trabajo y reclaman el reconocimiento de derechos humanos universales; convocará sin duda a iniciativas nacionales tendientes a cambiar las reglas del juego en el mundo laboral, fortalecerá la campaña internacional contra los contratos de protección patronal y alentará con nuevas energías el sindicalismo democrático del país.

 
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