Usted está aquí: lunes 26 de enero de 2009 Deportes Pese a su protagonismo, América debió conformarse con el empate

■ El partido contra Toluca deleitó a los aficionados con una buena dosis de emociones

Pese a su protagonismo, América debió conformarse con el empate

■ El técnico Ramón Díaz terminó con mal sabor de boca; dijo que las Águilas merecieron ganar y cuestionó las decisiones arbitrales

■ De la Torre aceptó que sus pupilos no jugaron mejor que el rival

Jorge Sepúlveda Marín

Ampliar la imagen El choricero Martín Romagnoli mira impotente cómo el americanista Édgar Castillo logra zafarse de su marca y continuar el ataque El choricero Martín Romagnoli mira impotente cómo el americanista Édgar Castillo logra zafarse de su marca y continuar el ataque Foto: Víctor Camacho

América no pudo abollarle la corona al campeón Toluca en la cancha del estadio Azteca, por lo que debió conformarse con el empate 2-2, pese a que su técnico Ramón Díaz aseguró que “jugaron mejor y merecieron ganar”.

Ante una asistencia que se nutrió constantemente hasta llegar a los aproximadamente 70 mil espectadores, el choricero Sergio Santana abrió al tanteador al minuto siete, pero tres más tarde el paraguayo Salvador Cabañas logró la igualada, que abultó el brasileño Robert de Pinho al 23, y finalmente el chileno Héctor Mancilla consiguió el empate.

Con el resultado de la segunda jornada del Clausura 2009, las Águilas suman cuatro unidades en el sitio tres del segundo sector, mientras el conjunto mexiquense acumula dos unidades, como segundo del grupo tres.

Justo cuando los anfitriones parecían presionar al visitante, el diablo hizo travesuras al minuto siete, cuando se desprendió por la derecha Carlos Esquivel, quien aprovechó la oportunidad al ver a Santana con posibilidades de hacer daño, por lo que le sirvió el esférico, quien, sin ningún engorroso trámite de por medio, sólo tocó para abrir el tanteador.

Sin embargo, el América reaccionó cuatro minutos después, cuando Pável Pardo recuperó la pelota, cedió al chileno Jean Beausejour, que la pasó a Castillo; éste prolongó a Enrique Vera para ponérsela inmejorable a Cabañas, quien anotó de media vuelta un golazo fuera del alcance del portero Hernán Cristante. Estalló el inmueble con el rugido de los americanistas.

Sin bajar el ritmo, Pardo quiere dejar claro que su vuelta al nido fue una atinada decisión, ya que de nueva cuenta recuperó el esférico, se quitó la marca de la zaga toluqueña y compartió pase milimétrico a Robert de Pinho, quien sin mayores inconvenientes firmó con seguridad el de la ventaja, al dejar otra vez a Cristante sin ninguna opción de evitar el 2-1, ante la obvia fiesta instantánea armada entre los aficionados de casa.

Toluca estaba dispuesto a cobrar la afrenta, así que al minuto 36, por derecha, Santana condujo y mandó un balón medido donde Mancilla controló con el pecho, lo dejó escurrir hacia el césped, pero antes de caer disparó un cañonazo de derecha cruzado al poste izquierdo, sabedor que Guillermo Ochoa cuidaba el primer palo, por lo que el del empate fue firmado para beneplácito de la Perra Brava.

En el complemento no disminuyó la dinámica del encuentro y a ratos hasta se notó una mayor vitalidad, una cerrada lucha por el esférico que entretuvo a los aficionados, aunque el silbante Ramón Medina no pasó inadvertido al cometer algunas pifias.

Así, en el minuto 61, cuando Cabañas, de palomita, arriesgó para alcanzar el balón que le había enviado Beausejour no pudo evitar el dudoso decretar la nulidad del tanto por fuera de lugar, ganándose una sonora rechifla, y luego, en otra menos escandalosa minutos después, cuando le mostró la tarjeta amarilla a Mancilla, al ser derribado por Jesús Sánchez dentro del área del América, en vez de decretar la pena máxima.

El toma y daca en que se convirtió el cotejo mantuvo a los asistentes entretenidos, atentos a la elaboración de una genialidad que cambiara el marcador, como cuando Esqueda la intentó sin anotar, o en el momento en que Cabañas logró el tanto, pero ondeó la bandera del juez de línea Carlos González que lo ubicó en fuera de lugar y provocó la sonora reprobación del respetable al anularse el gol.

Al término del cotejo, Ramón Díaz, luego de hacer berrinches, aseguró que el resultado “me dejó un sabor amargo”, aunque se dijo satisfecho por el accionar del equipo, ya que desde el inicio mostró esa necesidad de “ser protagonista”, y aunque el comentario no fue directo, cuestionó las decisiones arbitrales por lo que recomendó que “deben mejorar” su trabajo.

Con el semblante sereno, José Manuel de la Torre aceptó que los campeones no fueron mejores en el terreno de juego, porque de haber sido así, debió reflejarse en el marcador. En todo caso, “dejamos de ganar dos puntos”.

 
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