Usted está aquí: lunes 5 de enero de 2009 Opinión Ruta Sonora

Ruta Sonora

Patricia Peñaloza
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■ Los Patita de Perro: rock pensante pa’ chamacos modernos

Ampliar la imagen Pancho, Charly y Nacho, integrantes de Los Patita de Perro Pancho, Charly y Nacho, integrantes de Los Patita de Perro Foto: Archivo

La Ruta Sonora aprovecha el Día de Reyes para proponer a un inusual, escandaloso y pensante trío de rock para niños. Ahora que a este público se le tiene desamparado en cuanto a música acorde con sus intereses e imaginaciones, salvo legendarias excepciones como los Hermanos Rincón o el grupo Cántaro, así como las recientes agrupaciones Bandúla, Monedita de Oro y los infaltables ¡Qué Payasos!, es una alegría saber que tras 15 años de trayectoria, Los Patita de Perro no sólo siguen existiendo, sino que se mantienen en actividad alocada, creciente y divertida, sin perder jamás el interés por, mediante el humor y la irreverencia, crear conciencia social en la chamacada.

Desde la Puebla de los Ángeles, esta banda emite su cuarto disco “de estudio”, Cuando yo me muera (Discos Pueblo, 2008), que a diferencia de sus trabajos anteriores (Los Derechos de los Niños, 1998; Los Pata Contra-atacan, 2000 –quizá el mejor–; El Planeta, 2003), se pone un poco menos furioso en cuanto al mensaje estrictamente social, para reflexionar sobre la muerte, tema que parecería impensable en un disco para niños. Aunque también recrean estampas cotidianas de la escuincliza, como cuando las mamás les llaman la atención sobre comer bien, acabar la tarea o no estar ensuciando; como cuando disfrutan de jugar con sus amigos y familiares; o como cuando la niña más bonita del salón ilusiona a cierto pupilo. Destaca un tema triste que recrea lo que un papá siente cuando su hijo se le ha perdido. También trae dos canciones para brincar y luego no moverse, o para jugar a los antónimos mientras se pide no olvidar al 2 de Octubre. Mucha risa con el track “Pipí, popó, caca”, que se burla de los punk-metaleros que se sienten muy malotes.

Los patita, como les dicen de cariño, se han presentado en decenas de festivales internacionales (Estados Unidos, Canadá, Colombia, Chile); en México, han actuado en el Festival Internacional Cervantino, así como en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, entre muchos otros. Y su público es cada vez mayor, casi multitudinario, a pesar de tener escasa promoción en medios.

“Estamos cosechando el trabajo de muchos años”, dice contento en entrevista Nacho Pata, cantante, escritor de las letras y bajista: “Estoy cada vez más convencido de que trabajar desde la independencia es el mejor camino; las disqueras van en picada. Además, ahora es más fácil grabar desde tu casa; todo lo grabamos en Puebla, con músicos de aquí (Yoni Pilotzi en alientos y metales, Rizzo y Abascal en coros y Nicolás Macuil en acordeón); el arte del disco, al estilo de la iconografía mexicana del Día de Muertos y los ex votos, es de la pintora Tzopelli”.

En cuanto al contenido que transmiten, Nacho afirma que su tendencia política es definida: “de izquierda”, dice, con “una intención progresista”, gustosa de protestar “contra la globalización y el capitalismo salvajes, contra la violencia, a favor del libre pensamiento”, discurso siempre manejado con ironía y de modo asequible, para ser comprendido por chicos y grandes. A veces le tiran fuerte a la Iglesia y la pederastia, pero siempre con tacto: “Creo que recientemente hemos estado ya muy pasados de lanza… pero nadie ha protestado, porque todo lo hacemos con respeto, entre bromas”. Además, sus presentaciones varían, casi al punto del sketch, de acuerdo con la situación política del momento, además de ser interactivo y no dejar a los niños en sus asientos: “en la reciente FIL de Guadalajara, los niños estaban tan eufóricos brincando de un lado a otro, que hasta llegó Protección Civil a ver qué pasaba; claro que no pasaba nada, sólo estaban ahí felices”, relata entre risas.

Respecto al tema de la muerte, la canción que da nombre al disco (muy bonita, en una onda gitanesca), toma de modo natural ese paso ineludible, casi de manera alegre y festiva; Nacho cuenta que han actuado en instituciones con niños que tienen enfermedades terminales, y eso los ha sensibilizado, pues según relatan sus médicos, a diferencia de los adultos, los niños ven a la muerte como algo “menos azotado”. El tema está también dedicado al actor Marco Castillo, amigo de Los patita, quien falleció el año pasado. Y es que es usual en este grupo, también integrado por Charly Pata en batería y Pancho Pata en guitarra, buscar decir las cosas como son, ser realistas con los niños, ir acordes al tiempo que les toca vivir, y no dibujarles historias ñoñas, sin tampoco transgredir los límites obvios que pudieran mancillar su mundo infantil.

Los Patita de Perro actúan hoy en el Campo Deportivo Xochitl, en el Barrio de la Longa, Delegación Tlalpan. 19 horas, entrada libre. Más sobre ellos: www.patitadeperro.com y www.myspace.com/patitadeperro.

 
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