Usted está aquí: miércoles 24 de diciembre de 2008 Cultura Saqueo cultural, secuela de la invasión estadunidense en Irak

■ Fuerzas de ocupación ignoraron pedidos para proteger museos

Saqueo cultural, secuela de la invasión estadunidense en Irak

■ Días de pillaje fueron calificados de “desaseo” por Donald Rumsfeld

Kim Sengupta (The Independent)

Basora, 22 de diciembre. Tesoros antiguos robados de museos en la anárquica secuela de la invasión encabezada por Estados Unidos a Irak, hace cinco años, han sido encontrados en Basora, en una de las más grandes recuperaciones de bienes saqueados, pudo saber The Independent.

Los inapreciables artefactos, unos 230, fueron rescatados cuando se les iba a enviar de contrabando al extranjero, en una operación de engaño organizada por investigadores.

Siete miembros de una banda que se había especializado en traficar antigüedades robadas en el país han sido detenidos y se les somete a interrogatorio. Se sospecha que también están implicados en el sistemático pillaje de sitios arqueológicos.

Durante la investigación, realizada por fuerzas de seguridad iraquíes y británicas, objetos antiguos destinados a coleccionistas privados en Medio Oriente y en Occidente se hallaron ocultos en jardines y bajo pisos de casas en los suburbios de Basora. Según autoridades iraquíes, había esculturas sumerias y babilonias, intrincadas joyas de oro, objetos decorativos de plata y cerámica. Los artefactos han sido enviados a Bagdad para analizarlos y confirmar su origen.

Los museos y sitios arqueológicos de Irak –entre ellos el Museo Nacional de Bagdad, fundado por la viajera, escritora, politóloga y administradora británica Gertrude Bell, y abierto poco después de su muerte, en 1926– fueron saqueados cuando el país se hundió en el caos.

Más de 20 mil artículos, algunas de las antigüedades más preciosas del mundo, se perdieron entonces.

En ese tiempo el doctor Donny George, director de investigación del Consejo de Antigüedades de Irak, fue al hotel Palestina, donde los marines estadunidenses habían establecido su cuartel, para implorarles que protegieran el museo. Pasaron tres días sin que enviaran ninguno.

Posteriormente Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, describió como “desaseo” esos días de pillaje y de incendios intencionales, y comentó sobre el saqueo del Museo Nacional: “tratar de hacer pasar esa infortunada actividad como un déficit del plan de guerra me parece una exageración”. También fueron saqueados museos de Basora y Mosul, segunda y tercera ciudades del país en tamaño.

Gran parte de la herencia de Mesopotomia, cuna de la civilización, desapareció cuando los ladrones volvieron su atención a los sitios arqueológicos.

Algunos de los artefactos robados fueron recobrados tanto en Irak como fuera del país.

El Museo Nacional ha recobrado unos 3 mil 500 de los 15 mil objetos robados. Pero la feroz violencia en Irak significó que las fuerzas de ocupación y sus aliados iraquíes no tuvieran tiempo o personal suficiente para investigar los robos. Ahora el gobierno iraquí realiza esfuerzos por recobrar la herencia nacional y ofrece recompensa a quien proporcione información.

La investigación en Basora comenzó luego que las fuerzas de seguridad recibieron informes de que había llegado a la ciudad un cargamento de tesoros en ruta hacia Kuwait.

Un informante presentó a dos agentes encubiertos de la fuerza de respuesta rápida del ejército iraquí –normalmente una agencia de contrainteligencia– al grupo del bajo mundo como si fueran agentes de compradores extranjeros.

Los hampones mostraron a los agentes artefactos envueltos en papel periódico y guardados en cajas de cartón. Los agentes convencieron a la banda de que sus clientes necesitaban ver fotografías de algunos artículos.

El teniente Munir Khalid, una de los investigadores, relató: “Los criminales debían de saber que corrían un riesgo al permitir fotografiar los objetos, pero la codicia los venció y los agentes usaron sus teléfonos móviles para tomar las fotos. Ya después fue cuestión de preparar la operación y asegurarnos de que estuvieran todos los miembros de la banda y no sólo los primeros que conocimos”.

Un cateo llevado a cabo la semana pasada en la zona de Abi al-Hassan condujo a la captura de cinco hombres y al descubrimiento de 160 objetos enterrados en el jardín y bajo losas en la cocina. Una búsqueda en otra casa en Al-Ayaqub produjo el hallazgo de más artefactos enterrados en el jardín y la detención de otros dos hombres.

El coronel Ali Sabah, quien dirigió la operación, se dijo “muy feliz porque es mi civilización... Y hemos salvado parte de su historia”. Levantando un pequeño y delicado amuleto, añadió: “Me dicen que tiene más de 6 mil años de antigüedad y que no tiene precio. Estamos muy orgullosos. Cuando mis soldados vayan a los museos con su familia podrán decir: ‘nosotros los recuperamos para nuestra patria”. 

También soldados británicos participaron en la operación. El capitán Laurence Roche, de la 20 brigada blindada, señaló: “fue como estar en la cueva de Ali Baba con todas esas joyas maravillosas. Fue un privilegio estar ahí y verlo todo. Hace que uno se dé cuenta de lo rica que es la herencia de Irak y la historia de la humanidad ligada a este lugar”.

(c) The Independent

Traducción: Jorge Anaya

 
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