Usted está aquí: viernes 12 de diciembre de 2008 Economía El Senado de EU no logró acuerdo para aprobar el rescate de las automotrices

■ La ayuda por 14 mil mdd aceptada por representantes, está ahora empantanada

El Senado de EU no logró acuerdo para aprobar el rescate de las automotrices

■ El plan llegó a punto muerto cuando los sindicatos rechazaron una reducción de salarios

Reuters y Afp

Washington, 11 de diciembre. Un plan para aprobar un rescate por 14 mil millones de dólares para la industria automotriz de Estados Unidos se derrumbó ayer por la noche.

Fuentes legislativas dijeron que el plan llegó a un punto muerto cuando los sindicatos de la industria automotriz rechazaron demandas republicanas de aceptar una reducción inmediata de salarios.

“Estoy terriblemente decepcionado”, dijo Harry Reid, líder de la mayoría demócrata del Senado, quien había anunciado el acuerdo en principio que parecía dar nueva vida a los esfuerzos por encontrar una solución.

El Senado estadunidense no tuvo éxito este jueves en alcanzar un acuerdo que permitiera aprobar el plan de rescate para la industria automotriz, poniendo fin a cualquier oportunidad de acción del Congreso en ese sentido en lo que resta del año.

Luego los legisladores llevaron a cabo una votación de procedimiento sobre un proyecto de ley auspiciado por los demócratas y negociado con la Casa Blanca, que fracasó al arrojar 52 votos a favor y 35 en contra y no reunir el respaldo necesario.

“Hay demasiada diferencia entre los negociadores para alcanzar un acuerdo”, dijo Reid.

Un núcleo duro de senadores republicanos se opone al financiamiento con fondos públicos de los constructores General Motors, Chrysler y Ford.

“Podríamos pasar toda la noche, mañana, el sábado y el domingo y no lograríamos un acuerdo”, admitió el líder demócrata.

El legislador dijo estar preocupado por las repercusiones en los mercados, luego de que la Cámara de Representantes, apoyada por la Casa Blanca, aprobara el miércoles por amplia mayoría el plan de ayuda de 14 mil millones de dólares, y que se encuentra empantanado ahora en el Senado.

“Temo mirar a Wall Street mañana”, advirtió Reid al exponer su temor sobre la reacción del mercado bursátil ante la falta de acuerdo en el Senado.

Horas antes, el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, urgió al Congreso a lograr un acuerdo que permita salvar a los “tres grandes” de Detroit de la quiebra.

Obama reafirmó que Washington “debería suministrar una asistencia a corto plazo a la industria automotriz para evitar un colapso, y al mismo tiempo hacer responsables a las compañías y proteger los intereses de los contribuyentes”.

Durante una conferencia de prensa en Chicago, cuando se publicaban nuevos datos récord sobre el desempleo, Obama señaló que “en este periodo de grandes dificultades para nuestra economía, no podemos permitirnos asistir al hundimiento de este sector sin hacer nada.

“La legislación en el Congreso en este momento es un paso importante en esa dirección. Y espero que se pueda alcanzar un acuerdo final esta semana”, agregó Obama.

La portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, señaló que “la economía está tan debilitada, que agregar otra posible pérdida de un millón de empleos es algo que no puede permitirse”,

No obstante, el proyecto aprobado el miércoles por la Cámara de Representantes (por 237 votos contra 170), se topó con la reticencia de algunos senadores republicanos, para quienes esta nueva intervención gubernamental en el sector privado contradice los principios reverenciados en Estados Unidos en torno a la libre empresa. Algunos han declarado que los fabricantes deben asumir la ley del mercado y sufrir las consecuencias yendo a la quiebra.

El senador republicano Richard Shelby, del estado de Alabama, que alberga plantas de Hyundai, Honda y Mercedes Benz, declaró que la ayuda estatal “es apenas el pago inicial a cuenta de miles y miles de millones que vendrán”, dijo. “Se trata de empresas quebradas o en proceso de quiebra”, agregó.

Desempleo, en el nivel más elevado en 26 años

El plan aprobado el miércoles considera el nombramiento de un “zar del automóvil”, que será designado en los próximos días por el presidente George W. Bush, y cuya función será supervisar el plan de rescate.

Según la portavoz presidencial, Bush y sus colaboradores deben argumentar ante quienes se oponen al plan que el “zar del automóvil” tendrá amplios poderes, que el plan no dejará más alternativa a los fabricantes que la restructuración o la quiebra, y que los contribuyentes recibirán su dinero de vuelta.

Los partidarios del rescate disponen de un argumento de mucho peso: el Departamento de Trabajo anunció que el número de estadunidenses que piden por primera vez seguro de desempleo ha alcanzado su nivel más elevado en 26 años.

Mientras avanza la discusión, General Motors admitió este jueves que contrató asesores jurídicos y banqueros para “hacer frente a todas las emergencias posibles”, incluida una solicitud de quiebra.

El consejo de administración de GM “se ha comprometido a plantearse todas las opciones –como es normal en los negocios– y contrató los asesores apropiados para hacer frente a todas las emergencias posibles”, destacó GM en un comunicado.

 
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