■ El demandante pide un acta de nacimiento con identidad femenina
La SCJN resolverá sobre juicio de amparo de un transexual
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) aceptó ayer, por unanimidad, la petición de la primera sala para que el pleno de ministros analice y resuelva, por primera vez en su historia, una solicitud de amparo de un transexual que busca obtener una nueva acta de nacimiento y borrar su pasado, cuando fue registrado por sus progenitores como hombre.
A partir de hoy, los 11 ministros estudiarán el proyecto de sentencia elaborado por su compañero Sergio Valls Hernández, quien propone otorgar la protección de la justicia federal al solicitante, a fin de que el Registro Civil del Distrito Federal le expida un acta en la que no se haga referencia a su identidad anterior. Mediante una cirugía, el demandante cambió sus órganos sexuales para convertirse en mujer.
Hasta el momento se desconoce el nombre del peticionario del amparo, pues los ministros han cuidado de no revelar su identidad y para proteger su derecho a la privacidad. Ayer, durante la presentación del caso ante el pleno de la Corte, el ministro Valls únicamente se refirió al quejoso por sus iniciales, MBAR.
Hace dos años, el demandante transexual promovió un juicio de rectificación de acta de nacimiento, y un juez de lo familiar en la ciudad de México aceptó asentar su nueva identidad.
No obstante, el Código Civil del Distrito Federal establece que las sentencias dictadas en este tipo de litigios deben redactarse con una anotación al margen en el acta original, lo que significa que pese a que el transexual pudiera tener en un nuevo registro oficial identidad femenina, está obligado a seguir mencionando en todos los trámites legales que anteriormente era de sexo masculino.
Sergio Valls, el ministro ponente, expuso: “Es un hecho innegable que en las más simples actividades de su vida estaría obligado a mostrar un documento que contiene los datos anteriores, revelando su condición de persona transexual”. Esto, agregó, tendría efectos sobre su estado mental, además de que perjudicaría su situación emocional.
Si no se le concede el amparo, añadió, se violarían garantías fundamentales del quejoso, entre ellas, el derecho a la salud física y mental.