Usted está aquí: viernes 21 de noviembre de 2008 Capital Con técnicas circenses previenen que jóvenes caigan en las drogas

■ El GDF y el Cirque du Soleil desarrollan plan en colonia pobre

Con técnicas circenses previenen que jóvenes caigan en las drogas

■ El trapecio puede ser una metáfora para enfrentar la vida, aseguran

Bertha Teresa Ramírez

Ampliar la imagen Los zancos y el monociclo son recursos de Machincuepa Circo Social para darle confianza a los jóvenes en situación de riesgo Los zancos y el monociclo son recursos de Machincuepa Circo Social para darle confianza a los jóvenes en situación de riesgo Foto: José Carlo González

Ampliar la imagen Mejorar la integración social de los adolescentes y alejarlos de las drogas, los objetivos principales del proyecto Mejorar la integración social de los adolescentes y alejarlos de las drogas, los objetivos principales del proyecto Foto: José Carlo González

Por medio de la enseñanza de técnicas utilizadas en el circo, el Instituto de Asistencia e Integración Social del gobierno capitalino y el Cirque du Soleil por medio de su proyecto en México, Machincuepa Circo Social, trabajan conjuntamente para prevenir que niños y jóvenes en un entorno de pobreza caigan en las garras de las drogas y otras adicciones como el alcohol.

El proyecto opera desde hace nueve años en la colonia Ampliación las Águilas, enclavada en las barrancas de la delegación Álvaro Obregón, comunidad que se ubica en la categoría de colonia en situación de pobreza, señaló el director de ese circo social, Juan Carlos Hernández.

Dominar la clase de malabares, acrobacia, trapecio o equilibrio en la cuerda floja o un alambre tenso puede ser, en forma metafórica, una manera de enfrentar la vida y los riesgos de un entorno difícil y lleno de peligros a causa del alto índice de violencia y adicciones que afectan a la población joven de esa comunidad, apuntó.

Las situaciones de riesgo y las cargas de adrenalina que disfrutan mucho los jóvenes son precisamente las que los vinculan a las actividades circenses, sin embargo, en su entorno, la constante búsqueda de este tipo de situaciones puede llevarlos a actividades delictivas sólo por el hecho de vivir situaciones de riesgo, indicó.

“Las técnicas circenses nos permiten conocer habilidades de las que somos capaces y no habíamos descubierto; se trata de habilidades que fortalecen por medio de valores como la disciplina, el trabajo en equipo, la colaboración, la solidaridad, el autocuidado, la comunicación asertiva, la perseverancia y cambiar el no puedo por el puedo intentarlo”, añadió Juan Carlos Hernández.

No es propiamente una terapia, “yo consideraría que es una herramienta metodológica que puede estar incorporada a procesos terapéuticos”, afirmó Hernández. Machincuepa constituye uno de los proyectos que Cirque du Soleil impulsa en 36 ciudades como parte de su proyecto El Circo del Mundo, por medio del cual promueve las artes circenses como herramienta para la prevención de actividades delictivas y de farmacodependencia en adolescentes en situaciones de riesgo.

Machincuepa atiende a alrededor de 175 jóvenes al año; mediante su taller comunitario se trabaja en la modificación de relaciones vinculadas con la violencia y en las relaciones entre adolescentes.

El taller de género tiene por objetivo fortalecer a hombres y mujeres que hayan padecido violencia, maltrato o abuso, y en el caso de los varones el propósito es abrir un panorama a la reflexión sobre la masculinidad, “es decir, las diferentes posibilidades de ser y ejercer el papel de hombre de una manera menos violenta”, aseguró. Actualmente impulsa el circo social en la escuela secundaria pública número tres, con el propósito de que por lo menos una vez a la semana los jóvenes se sientan con el derecho de participar, crear o construir con sus compañeros.

Para Héctor Marino Mejía, de 13 años de edad, las rutinas más interesantes y divertidas son el trapecio, los zancos y el monociclo; en todas se requieren concentración y equilibrio, “lo cual se puede lograr con tan sólo un momento de silencio o incluso platicando”, comentó.

Lo más importante es aprender a caer, “y si tienes algún tropiezo puedas caer sin darte un mal golpe; un consejo para saber caer es tener reflejos, si se puede hacer algo para evitar la caída o no caer tan mal, para evitar lastimarte, pues hay que hacerlo”, indicó.

Mariana Gómez Lovoff, sicóloga social en este circo, agregó que el grupo es abierto a todo tipo de personalidades. “Hay niños que han llegado aquí tímidos, inseguros, con miedo a hacer cualquier tipo de actividad, y se han dado casos muy específicos en que se ha visto un cambio muy impresionante desde su actitud corporal, de estar como cabizbajos, hasta verlos arriba de los zancos, bien derechos, con una fuerza visible; en ese sentido sí he visto mucho ese progreso en varios de ellos”, apuntó.

El circo social es como “un imán, ya que muchas veces es difícil a nivel de convocatoria trabajar con los chavos, hablarles de trabajar en equipo”.

El circo puede constituir una estrategia que esconda un poco la intención principal; sin embargo, “poco a poco, los jóvenes se van haciendo conscientes de por qué están aquí, cuál es el propósito de los talleres, y de que no van a ser artistas, sino que a partir de las herramientas del circo van a desarrollar capacidades de interacción social y grupal, de tolerancia, de convivencia”, indicó. Para estas actividades es importante estar en contacto con los padres de familia y contar con un certificado médico para saber si los jóvenes tienen algún impedimento físico para llevar a cabo estas técnicas, informó.

 
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