■ El plantel Niño Artillero funciona en un camión destartalado
Hacinados y sin escuela viven niños damnificados de Juan de Grijalva
■ La construcción de la Ciudad Rural “aún no se ve cercana”
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Los niños de Juan de Grijalva llevan un año viviendo en albergues y recibiendo clases en aulas provisionales
Foto: René Araujo
Ostuacán, Chis., 10 de noviembre. Más de 150 niños de lo que hasta hace un año fue el poblado Juan de Grijalva reciben clases en el interior de un camión habilitado como aula, donde un profesor “multigrado” los atiende sin las condiciones necesarias para su desarrollo.
Mientras tanto, las 300 familias damnificadas por el desgajamiento del cerro que arrasó con Juan de Grijalva, las cuales viven hacinadas en habitaciones de ocho metros cuadrados en los campamentos familiares instalados en la cabecera municipal de Ostuacán, esperan ser reubicadas en la llamada Ciudad Rural.
En estas familias hay poco más de 150 niños en edad escolar, de los cuales un porcentaje mínimo pudo ser inscrito en las dos escuelas primarias que existen en el lugar; sin embargo, más de 100 no alcanzaron un lugar, por lo que en noviembre de 2007 el gobierno habilitó un camión de pasajeros como aula provisional.
Un año después, el camión con la leyenda “Comité de Construcción de Escuelas (Cocoes)”, se ha deteriorado y a su interior se filtra el agua de la lluvia y los rayos del sol.
Recuerdos de Stan
Estos camiones-aulas funcionan desde las inundaciones que provocó el ciclón Stan en 2005, y a la fecha no han sido rehabilitados, pues estaba previsto que su uso fuera provisional, en tanto se reconstruían los centro educativos dañados.
Tres años después fueron trasladados para dar servicio a los damnificados de Ostuacán y Tecpatán. En el primer caso, en el camión-escuela funciona la primaria federal que lleva por nombre Niño Artillero, con clave 07DPR45560.
Miguel Antonio Chacón, profesor multigrado, reconoció que el lugar no reúne las condiciones necesarias para el desarrollo de los alumnos. Por la humedad y el calor que prevalecen en la zona, la estructura del autobús, la pizarra y algunas sillas se encuentran oxidadas. Las láminas de la unidad se calientan y no hay ventiladores; cuando llueve el agua se mete, debido a que faltan cristales en varias ventanas, explicó.
El maestro dijo que han solicitado formalmente el traslado de los niños a otro centro educativo, pero hasta ahora no han recibido respuesta por parte de las autoridades. “Y la construcción de la Ciudad Rural aún no se ve cercana”, señaló.