Nueva pista del paso de la vida del agua a la tierra
París, 15 de octubre. El paso de la vida en el agua a la vida en la tierra requirió una lenta adaptación del cráneo, no sólo de los miembros, revela un estudio que será publicado este jueves en la revista británica Nature, con lo que se tiene un eslabón que faltaba en la evolución de las especies.
Investigaciones realizadas en fósiles de Tiktaalik rosae, muestran que elementos del cráneo “que en otras épocas se creían vinculados a los animales que vivían en la tierra, eran en realidad las primeras adaptaciones para la vida en aguas poco profundas”, destaca el principal autor del estudio, Jason Downs, de la Academia Estadunidense de Ciencias Naturales.
El Tiktaalik rosae, que hace 375 millones de años se encontraba en una etapa de evolución entre los peces y los primeros animales capaces de caminar, era un predador que podía alcanzar tres metros de largo, con dientes afilados y una cabeza similar a la de un cocodrilo.
Fue descrito por primera vez en 2006. Todavía poseía las características de los peces –mandíbula primitiva, aletas y escamas– y al mismo tiempo cráneo, cuello, costillas y un comienzo de los miembros característicos de los animales terrestres.
Transformación de estructuras internas
Al examinar la región del cráneo, los investigadores destacaron la transformación de determinadas estructuras internas del Tiktaalik para permitirle que se moviera sobre el suelo y respirara aire.
“Pensamos que la transición hacia el cuello y el cráneo fue rápida en la evolución, en gran medida porque carecíamos de informaciones sobre los animales intermediarios” entre los peces y los animales terrestres, destacó otro científico, Neil Shubin, de la Universidad de Chicago.
“El Tiktaalik llena perfectamente ese abismo morfológico: nos permite ver numerosas etapas intermedias y resolver la sucesión en el tiempo de esta transición compleja”, agregó.
“El nuevo estudio recuerda que la transición gradual de una vida acuática a una vida terrestre requirió mucho más que la evolución de los miembros”, afirmó Ted Daeschler, de la Academia de Ciencias.