Usted está aquí: miércoles 8 de octubre de 2008 Cultura Sin un consenso básico, toda sociedad será “amenazada por el caos y la dictadura”: Häring

■ El filósofo y teólogo alemán inauguró el congreso ¿Es verdad que Dios ha muerto?

Sin un consenso básico, toda sociedad será “amenazada por el caos y la dictadura”: Häring

Mónica Mateos-Vega

La paz mundial es un proyecto en el que vale la pena colaborar “por los cristianos, por los miembros de otras religiones y por todos los hombres”, afirmó el teólogo alemán Herman Häring durante la inauguración, el lunes, del congreso internacional ¿Es verdad que Dios ha muerto?: diálogos y reflexiones desde la filosofía, la teología y la ciencia, en la Universidad del Claustro de Sor Juana.

Ante un abundante público conformado en su mayoría por jóvenes, el investigador –quien ha sostenido intensos debates con el papa Benedicto XVI acerca de la naturaleza de Dios– ofreció detalles del proyecto de conformar una ética mundial, impulsado a principios de los años 90 por un grupo de estudiosos, en particular, para impulsar un diálogo interreligioso.

“Tan pronto los hombres de todas las culturas y las religiones, mediante la unión y acuerdos fundamentales, asumamos la responsabilidad de un futuro justo y reconciliado, Dios se hará presente en nuestro mundo, aunque la injusticia y la violencia todavía no se hayan superado”, dijo Häring.

Agregó que son cuatro los principios esenciales de aquel proyecto: el cuidado de la vida, la solidaridad, la veracidad y la lealtad entre hombre y mujer.

“De cara a un futuro armónico, estos son los estándares centrales de las religiones, principios que parecen ser inquebrantables y estar fundamentados en la voluntad divina, principios que actúan como una fuente de espiritualidad religiosa y forman el corazón del hombre”, continuó el catedrático de la Universidad Católica de Nijmegen, Países Bajos.

En favor de la idea de una “humanidad reconciliada” el también filósofo argumentó que “los fantasmas del imperialismo, las crecientes estructuras de dependencia y la miseria moral son tan virulentos en los países ricos como antes.

“Quien pretenda reaccionar contra ello necesita de la comunicación internacional, de una visión inspirada en la ética que se preocupe por el orden de nuestro espacio vital, de una capacidad de decisión muy bien estructurada que sea de alcance mundial y, como condición para la misma, de una conciencia de la responsabilidad que esté anclada en nuestro espíritu y en nuestra cultura.”

Contra la opresión

Häring recordó que la Declaración por una Ética Mundial de 1993 alude, precisamente, a la necesidad de un consenso básico sin el cual, dice el documento, “será amenazada toda sociedad, tarde o temprano, por el caos o por una dictadura, y los individuos serán presa de la desesperación”.

El especialista comentó que en México “no tengo por qué instruirlos ni mucho menos sobre esta materia, pues desde los años 60 muchos colegas aquí presentes y otros discuten de manera incesante sobre este tema; ustedes saben mejor que yo con qué intensidad y con qué brutalidad se reproducen los mecanismos de opresión”.

Durante esta semana participarán en el congreso, entre otros, el obispo Samuel Ruiz (jueves, 16 horas) con la ponencia Dios vive en la lucha por la justicia, en la defensa de los derechos humanos y en la construcción de la paz, y el escritor Carlos Monsiváis (viernes, 16 horas) con la disertación Dános hoy nuestra teología cotidiana.

Ayer por la mañana se abordaron temas de ciencia y religión, con conferencistas como John P. Jacson, Sandra Lorenzano y Héctor Velásquez Fernández. Por la tarde participaron José María Vigil, Elsa Cross y Ricardo Hernández Forcada.

Las sesiones se desarrollan en la Universidad del Claustro de Sor Juana (avenida Izazaga 92, Centro Histórico).

 
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