Usted está aquí: miércoles 8 de octubre de 2008 Cultura Vertiginosa actividad para dar paso al festival Cervantino

Cultura y arte a raudales

■ Ultiman hasta el mínimo detalle para recibir a los artistas y visitantes en Guanajuato

Vertiginosa actividad para dar paso al festival Cervantino

■ El trabajo logístico y técnico requiere más de un año; por eso ya preparan la versión de 2009

■ Comenzamos una nueva época para revertir lo carnavalesco del encuentro, dice un habitante

Ana Mónica Rodríguez (Enviada)

Ampliar la imagen Cuévano, la tarde de ayer Cuévano, la tarde de ayer Foto: Ana Mónica Rodríguez

Guanajuato, Gto., 7 de octubre. Telones, camerinos, escenarios, luces, audios, graderío, vallas, vestuarios, utilería, fosos para las orquestas, ensayos, pirotecnia. La parafernalia que envuelve al Festival Internacional Cervantino (FIC) se encuentra en vertiginosa marcha para iniciar la noche de este miércoles la versión 36 en ésta que es la capital cervantina.

El trabajo que no se observa a simple vista, pero que es determinante para la realización del festival, requiere de más de un año de preparación para armar tanto logística como técnicamente los espacios guanajuanteses donde se realizarán alrededor de 300 funciones durante 19 días.

Hasta este martes, en lugares como la Alhóndiga de Granaditas, Los Pastitos y el Teatro Juárez se encuentran en trabajo permanente alrededor de 350 personas –la mayoría guanajuatenses–, entre técnicos, tramoyistas e ingenieros, quienes ultiman hasta el mínimo detalle para recibir a los artistas y visitantes nacionales y extranjeros que acudirán al encuentro artístico-cultural.

Todo funciona como un reloj

“La programación, la forma de operar en todos los escenarios, las necesidades de los artistas y la seguridad de los espectadores han sido planeadas desde hace mucho tiempo; desde el año pasado se definieron lugares, se acordó con los artistas y se realizaron definiciones con las autoridades municipales y estatales para llevarlo a buen término”, explicó Ángel Ancona, director técnico del FIC.

Ancona, quien es experto en el tema y ha participado en sinfín de festivales alrededor del mundo, dijo que “este encuentro, sin duda el más importante de América Latina y uno de los más reconocidos a escala internacional, opera como un reloj: si uno de los engranes falla, afecta a los demás”.

A este amplio mundo del montaje, operación, funcionamiento de lugares y escenarios; también contribuyen las embajadas de los países de los que provienen los artistas y autoridades –este año Cataluña y Campeche son los invitados de honor– para apoyar el traslado y cubrir las necesidades para la presentación de los grupos artísticos.

El entramado operativo y logístico va de la mano con el gobierno del estado de Guanajuato, que ofrece personal de seguridad, paramédicos, bomberos y demás personas que colaboran en tan singular festín visual y sonoro en la designada Ciudad Cervantina de América.

Al respecto, Ancona subraya: “Un dato muy importante es que nosotros ya estamos trabajando en el festival de 2009, el cual casi se encuentra listo. Eso habla del ritmo de preparación y planeación que se tiene cada año.”

El misticismo que envuelve a la ciudad de Guanajuato durante el desarrollo del FIC también es perceptible entre las personas que trabajan en la adaptación de montajes y escenarios. “Es increíble y sorprendente cuando al final de la función de clausura, en cuanto cierra el telón de la Alhóndiga, los técnicos inician una especie de performance para retirar el escenario, lo cual en realidad es un acto de fe.

“Desde arriba empiezan a caer cuerdas, infinidad de cables y entretelones, para terminar así más rápido con algo que les duele dejar y, que sin duda, les costó mucho esfuerzo realizar. Eso que hacen es impresionante.”

Geografía intrincada

A Guanajuato llegan diariamente dos tráileres provenientes del Distrito Federal con innumerables accesorios y elementos técnicos para adaptar cada una de las sedes, pero existe un incoveniente para que todo se realice con mayor celeridad: la geografía de esta ciudad, tan plena de vericuetos, caminos que se curvan, suben, bajan, se tuercen, se angostan, se bifurcan en una suerte de escenario natural que maravilla.

Por ello se requiere descargar el equipo de tan grandes vehículos y trasbordarlo a camionetas, lo que implica para los estibadores esfuerzo y optimización de espacios. “A veces se requieren dos días para concluir ese trabajo.

“Tan sólo para el espectáculo del grupo teatral lituano Meno Fortas se necesitaron seis tráileres de 90 metros cúbicos cada uno; mientras que para la ópera Manon Lescaut, se tuvo que ampliar el foso para la orquesta en el Teatro Juárez, debido a las necesidades interpretativas que sugiere esta obra de Giacomo Puccini”, agregó Ancona.

En la Alhóndiga de Granaditas se trabaja en recubrir el escenario metálico con gasa negra y en ubicar a un costado los lugares destinados para las grandes fotografías que serán montadas ahí como parte de las exposiciones del FIC.

También se realizan pruebas de luz y sonido, mientras varios trabajadores lavan las sillas y colocan los reflectores y las vallas que estarán listos para recibir en la apertura nocturna a cerca de 10 mil personas que se colocarán en la explanada, así como en la calle adyacente.

En Los Pastitos, en tanto, se prepara la Gran Carpa para recibir diariamente a mil niños que observarán los espectáculos de teatro de calle y participarán en los talleres. Camerinos, luces y audio se empezaron a colocar en septiembre pasado y se espera la llegada del museo móvil que instalará el estado de Campeche también en ese lugar para consolidar la “formación de públicos”.

En tanto, en otro inmueble del centro de la ciudad trabajan sin tregua decenas de mujeres con máquinas de coser para resolver cualquier imprevisto tanto en vestuarios como en grandes telas. Todas han laborado en el FIC desde sus primeras versiones, cuando eran adolescentes.

Labor sin tregua

La lavandería también está en pleno funcionamiento para mantener limpias, en cada función, las prendas de los artistas. No hay tregua. El trabajo es interminable, pero Tere, la trabajadora más antigua del FIC, con casi 30 cervantinos a cuestas, sonríe satisfecha mientras sostiene una gran tela entre la máquina de coser.

Este orgullo que sienten infinidad de personas por recibir en su ciudad tan relevante encuentro era en años anteriores aún más tangible. “Hace poco más de dos décadas la gente de esta ciudad vestía sus mejores galas para estar en el festival y caminaba contenta por el centro, mientras otros extranjeros también venían ataviados con la ropa original de su país”, dijo un guanajuatense.

“Eso era en sus inicios (el FIC), porque años después en lugar de festival cultural se convirtió en un carnaval. Sin embargo, ahora empezamos una nueva época, con la cual se trata de rescatar la esencia originaria del encuentro artístico cultural.”

El Festival Internacional Cervantino se creó en 1972 para continuar la difusión del legado de Miguel de Cervantes, impulsado desde el tradicional Teatro Universitario de Guanajuato.

 
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