Usted está aquí: domingo 5 de octubre de 2008 Estados Sepultan al dirigente indígena que se inmoló hace cinco días en Jalapa

■ Siempre luchó por causas justas; no debe enlodarse su memoria: ONG

Sepultan al dirigente indígena que se inmoló hace cinco días en Jalapa

Andrés Timoteo Morales (Corresponsal)

Acayucan, Ver., 4 de octubre. Con una ceremonia religiosa en la que participaron solamente familiares e indígenas popolucas de la sierra de Santa Martha, la tarde de este sábado fueron sepultados en el cementerio de Acayucan los restos del dirigente campesino Ramiro Guillén Tapia, quien se inmoló hace cuatro días en la plaza Sebastián Lerdo de Tejada de la ciudad de Jalapa.

Aunque los pobladores del ejido Ocozotepec, donde Guillén Tapia comenzó hace 16 años la lucha para reivindicar la posesión de 250 hectáreas en favor de 42 comuneros, pidieron que el dirigente fuera inhumado en ese lugar, los familiares rechazaron la petición y lo sepultaron en la cripta familiar.

La ceremonia religiosa se realizó a las 14 horas en el templo de la localidad, donde el sacerdote Aarón Reyes definió a Guillén Tapia como icono del “holocausto que viven los pueblos indígenas en México y desde ahora un mártir para los pueblos indios.

“Hay una huella profunda de lucha de clases y discriminación, pero en nuestras comunidades siempre surge un líder que levanta la voz en favor de los que no pueden hablar, por aquellos que esperan justicia y nadie les responde”, dijo.

El religioso descartó que la Iglesia católica condene la decisión del dirigente popoluca para inmolarse o tipificarla como suicidio. “Él quiso ofrecer su vida para que la causa de los pobres fuera escuchada”.

Incluso afirmó que la historia personal de Guillén Tapia se enmarca en los preceptos del Evangelio, cuando Jesús emitió en el Monte de las Bienaventuranzas: “Dichosos los que sufren por justicia, porque de ellos es el reino de Dios, dichosos los que son perseguidos por la causa de mi nombre, porque de ellos es el reino de Dios”.

A diferencia de la víspera, cuando al velatorio acudieron varios políticos a presentar sus condolencias a los hermanos del dirigente, entre ellos el gobernador Fidel Herrera Beltrán y la alcaldesa de Acayucan, Regina Vázquez Saut, el sepelio fue sencillo y arropado por decenas de ejidatarios popolucas.

Martha Cordero Ortiz, integrante del Comité Pro Defensa de los Derechos Humanos del Sur de Veracruz, exigió al gobernador “no manchar la memoria” de Guillén Tapia con campañas para hacerlo pasar como defraudador e invasor de tierras.

“Se debe limpiar su memoria y honrarla, pues Ramiro donó sus bienes a los campesinos y siempre mantuvo una vida de servicio a las familias desprotegidas; siempre vivió en la pobreza, vivió bajo persecución y al lado de todos nosotros”, dijo.

Recordó que en la década de los 90, Guillén Tapia fue encarcelado tres años en Acayucan como castigo por su lucha contra los caciques protegidos por gobiernos priístas, y ahora esos mismos “no paran de perseguirlo, ni siquiera muerto; intentan enlodar su memoria”.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.