Usted está aquí: martes 23 de septiembre de 2008 Economist Intelligence Unit Democracia en apuros

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México

Democracia en apuros

Ampliar la imagen Los asesinatos en el país no cesan, sino que se han incrementado Los asesinatos en el país no cesan, sino que se han incrementado Foto: Iván Sánchez / La Jornada Michoacán

Ampliar la imagen El crimen organizado no podría actuar con impunidad si no fuera por sus conexiones políticas El crimen organizado no podría actuar con impunidad si no fuera por sus conexiones políticas Foto: Iván Sánchez / La Jornada Michoacán

El cabestrillo con que Felipe Calderón se sujeta el brazo después de un accidente de ciclismo, a finales del mes pasado, es una metáfora de su gobierno. Asediado por la violencia criminal y una economía a la baja, Calderón parece cada vez menos capaz de imponerse, resguardado tras sus lugartenientes de confianza. Hace dos años desafió el caos en el Congreso y las calles de la capital para asistir a su toma de posesión luego de una cuestionada victoria sobre Andrés Manuel López Obrador. Ahora, el futuro de la reforma energética que propone es incierto, mientras el revigorizado Partido Revolucionario Institucional (PRI) figura en varias encuestas como el probable vencedor de las importantes elecciones intermedias del año próximo.

Calderón ha enfrentado una difícil situación debido a la desaceleración de la economía estadunidense. Su promesa de ser el “presidente de empleo” se ha visto empañada. Las cifras más recientes muestran un incremento anual de menos de 330 mil empleos formales en comparación con el crecimiento de la fuerza de trabajo disponible, de casi un millón. Como en años anteriores, los demás recurrirán a la válvula de seguridad de la economía informal o harán el esfuerzo, cada vez más temerario y costoso, de trabajar sin papeles en Estados Unidos.

Parte de la economía informal ha sido controlada por el crimen organizado, y en meses recientes las bandas de narcotraficantes más violentas amplían sus esferas de interés a otras áreas lucrativas, como el secuestro. La marcha ciudadana por la paz del 30 de agosto provocó una respuesta casi inmediata del hampa, que ejecutó una nueva ronda de decapitaciones y matanzas de policías.

De manera significativa, la marcha, aunque enorme, fue mucho más pequeña que una similar realizada hace cuatro años. A partir de entonces, la situación ha empeorado. El índice de asesinatos se ha elevado a 26 por cada mil habitantes, según el informe dado a conocer por Calderón el 1º de septiembre, lo que se compara con 18 en Colombia y poco más en la mayor parte de Europa occidental.

Los cambios legislativos evitaron que Calderón presentara en persona su Informe ante el Congreso; el rito tradicional había sido devaluado por las acciones de repulsa en la Cámara. También desistió de presentarlo a la nación en una emisión televisada. Sólo se intercalaron breves cápsulas publicitarias en partidos de futbol y telenovelas. “Sí tenemos problemas –concluía el último–, pero los enfrentamos y vamos a vencerlos y a seguir adelante.”

La reacción del empresariado fue cautelosa. Ismael Plascencia, líder de la Concamin, aseveró que la inseguridad costaba a la nación 15% del PIB. En un comunicado, elogió el mantenimiento de la estabilidad macroeconómica, pero advirtió que la industria y la actividad económica en general reducen su ritmo. El desempleo aumenta y también la amenaza de inflación, añadía.

En su mayoría, los políticos también fueron prudentes, en vista de la ráfaga de críticas que enfrentaron en marzo. El orador principal durante la protesta fue Alejandro Martí, prominente hombre de negocios cuyo joven hijo fue asesinado junto con su guardaespaldas después de ser secuestrado en un falso retén policiaco en la ciudad de México. Martí exhortó a los políticos a dimitir si no podían frenar la violencia.

Porfirio Muñoz Ledo, político veterano actualmente aliado a Andrés Manuel López Obrador, fue más lejos aún: “se tiene que acabar con el gobierno de Calderón, luego tiene que surgir un gobierno interino”. Cuando se le acusó de contravenir la Constitución al incitar a un golpe de Estado, Muñoz Ledo manifestó que un cambio de Constitución era exactamente lo que buscaba.

Democracia, pero no como la conoce todo el mundo

No es la primera vez que Muñoz Ledo intenta participar en la fundamental reforma política. Figura prominente en los años setenta, experimentó varias metamorfosis políticas hasta convertirse, en 2000, en aliado del entonces presidente Vicente Fox, quien le encargó presidir un grupo de trabajo para la reforma del sistema político. Sin embargo, Fox desechó todas sus sugerencias en favor de una serie de parches al deteriorado marco establecido por el PRI durante sus siete décadas de gobierno ininterrumpido.

El resultado es una democracia idiosincrásica. Aunque persiste la no relección, los políticos no tienen que responder a sus electores, sino, igual que con el PRI, a intereses creados en las empresas y en la corrupta estructura de los sindicatos, lo cual obstruye el camino del progreso.

El resultado ha sido una sucesión de presidentes, desde Ernesto Zedillo, el último del PRI, a Fox y Calderón, con gobiernos de minoría, cada vez más frágiles, que apenas si pueden hacer mella en el creciente embrollo legislativo

El poder y los inexplicables privilegios que ha acumulado tienen consecuencias. Y no menos en la lucha contra la delincuencia. El crimen organizado no podría actuar con impunidad si no fuera por sus conexiones políticas. Sin embargo, sólo uno de los grandes políticos ha sido encarcelado por aliarse con los criminales: Mario Villanueva, ex gobernador de Quintana Roo. Y eso fue hace nueve años.

La reforma ha tenido algunos progresos durante el gobierno actual. Se han efectuado cambios en los sistemas pensionario y fiscal, y es probable que esta legislatura apruebe una reforma a la ley de hidrocarburos. Pero, por los defectos del sistema político, estas reformas han sido resultado de transacciones que reducen su eficacia. La atención que recibirán las elecciones intermedias de julio de 2009 implica que incluso este nivel de cooperación cesará pronto. Ahora que el principal socio comercial de México se dirige a una desaceleración prolongada y su empresa estatal de petróleo lucha por mantener la producción y las reservas, el momento no podía ser peor.

Fuente: EIU

Traducción de texto: Jorge Anaya

 
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