■ “Proponga la pena de muerte”, le piden durante su visita a la plaza Melchor Ocampo
Exige Calderón poner punto final a la tolerancia y la complicidad con el crimen
■ En Nuevo León, solicita apoyo internacional para el combate a la delincuencia organizada
San Pedro Garza García, NL., 17 de septiembre. Después de los atentados perpetrados en Morelia, Michoacán, el presidente Felipe Calderón llamó a los mexicanos a poner punto final a la cultura de la tolerancia, de la complicidad o de la impunidad con el crimen, y demandó el apoyo de la comunidad internacional en esta lucha.
Al igual que el día anterior, intercaló su discurso con un mensaje político dirigido a todos los órdenes de gobierno y poderes para que se unan contra los enemigos de la patria. Aseguró que “la tragedia de Morelia es reflejo de una situación límite que pone, desde luego, en riesgo la seguridad interior de la nación y que demanda una respuesta de Estado superior a cualquier discusión política o de partidos.
“El pretender obtener dividendos a partir del dolor y sufrimiento de las familias que perdieron a sus seres queridos va a enfrentar el rechazo unánime y rotundo de la sociedad”, advirtió.
Al inaugurar un Centro de Control, Comando y comunicaciones en este municipio, el mandatario federal expresó que tiene la convicción de que es un error suponer que tolerando a los delincuentes por desidia, por miedo o, peor aún, por franca complicidad, se puede vivir en paz.
Tolerar a los delincuentes les permite avanzar en su capacidad logística, en su ambición desmedida de dominar a la sociedad mexicana y es el camino equivocado que pone a México en riesgo ante miserables intereses, sentenció.
Reiteró su llamado a la sociedad para que denuncie a los criminales que cometieron estos “infames” actos, y que lo hagan incluso con los medios de denuncia anónima como el número telefónico 089.
Calderón Hinojosa volvió a hacer un reclamo de unidad para rechazar categóricamente y sin matices estos actos de barbarie, para negar el cobijo social que buscan los criminales y apoyar también la acción del gobierno en esta lucha.
En la convocatoria incluyó a la comunidad internacional, pues dijo que lo ocurrido en Morelia es muestra clara de que hoy más que nunca debe sumar esfuerzos en la lucha contra un enemigo que no reconoce fronteras. Consideró que es hora de redoblar esfuerzos para hacer más ágiles los mecanismos de cooperación.
Después de recibir el respaldo del gobernador de Nuevo León, el priísta Natividad González Parás, Calderón señaló que los acontecimientos de la noche del 15 de septiembre en la capital michoacana son muestra de que los criminales no actúan, como algunos piensan, sólo contra el gobierno, sino contra la sociedad, “porque la intimidan, la persiguen, la sacrifican”.
Por tanto, sostuvo, la lucha contra estos enemigos no puede ser sólo del gobierno federal; involucra a todos los gobiernos y a la sociedad en su conjunto.
Antes de viajar a Morelia para visitar a los deudos y los heridos, razón por la cual canceló uno de los actos programados en Nuevo León, el jefe del Ejecutivo federal prometió que redoblará toda su acción para llevar ante la justicia a los responsables de este acto “infame” y que su castigo sirva de ejemplo a quienes quieran ver a México paralizado por el temor.
Aseguró que este acto de intimidación busca, sobre todo, atentar contra todos los mexicanos, intimidar a la población y paralizar al gobierno.
“Busca que les dejemos las calles libres y nos encerremos a piedra y lodo en nuestras casas. Busca, sobre todo, matar la esperanza de los ciudadanos en un México mejor, busca sembrar la tristeza”, expresó.
Ofreció que los gobiernos no se van a rendir y, por el contrario, redoblarán esfuerzos, darán mayor prioridad al tema de seguridad y aumentarán los recursos destinados al combate a la criminalidad.
Antes, González Parás manifestó su indignación y condena por lo ocurrido en Morelia y le expresó su solidaridad, no solamente como jefe de Estado, sino también como michoacano.
■ Monta guardia de honor en el sitio del atentado en Morelia y platica con heridos
Claudia Herrera Beltrán Enviada
Morelia, Mich., 17 de septiembre. Cuando el presidente Felipe Calderón se acercó a las vallas para despedirse de sus paisanos en la plaza Melchor Ocampo, donde estalló una de dos granadas la noche del lunes, se escucharon gritos de la gente: “Proponga la pena de muerte”, “Queremos cadena perpetua”.
Fueron algunas de las expresiones que escuchó el michoacano, quien antes prometió a cientos de personas congregadas en el homenaje a las víctimas del atentado, que aplicará toda la fuerza del Estado y que esta “sangre derramada es un acicate” para encontrar a los culpables.
Visita anunciada al mediodía, por lo cual Calderón acortó su gira por Nuevo León, la de Michoacán incluyó un recorrido por tres hospitales y la colocación de una ofrenda floral en una de las plazas donde ocurrió la tragedia.
A las 18:18 horas, el jefe del Ejecutivo federal, flanqueado por el gobernador de Michoacán, el perredista Leonel Godoy, integrantes del gabinete de seguridad, su esposa Margarita Zavala y el presidente municipal, Fausto Vallejo, montaron una guardia de honor. Todos vestidos de luto y parados en el lugar donde permanecen huellas de las explosiones: zapatos y restos de ropa.
El perímetro contiguo a la catedral de Morelia fue protegido con cientos de vallas metálicas, cada cinco pasos había elementos del Estado Mayor Presidencial y soldados con armas largas hicieron rondines en camiones militares.
Primer orador, el alcalde aseguró: “los morelianos no nos quebraremos”. Después, Godoy, con gesto de pesadumbre, agradeció la visita del mandatario federal y se comprometió a que no quedará impune este acto que llamó vil y cobarde.
Varios cientos de personas escucharon la promesa de Calderón de que no bajará la guardia, pero también la insistente invitación a que colaboren con las autoridades, si es necesario presentando denuncias anónimas.
Después del acto, el mandatario recibió aplausos, caminó unos metros por la avenida Morelos Sur y se despidió de la gente. Una mujer le pidió: “Justicia para los huérfanos”, y un hombre que alcanzó a saludarlo de mano demandó: “No se olvide de nosotros Presidente, de su tierra, por favor”.
Antes, Calderón visitó los hospitales Civil e Infantil de esta ciudad, donde habló con las víctimas y sus familiares. En el segundo nosocomio se encontró con una protesta de trabajadores que están en paro de labores desde el jueves pasado en demanda de que no les recorten prestaciones. De hecho, la suspensión de actividades es simbólica, porque el personal médico sigue trabajando y participó en la atención de los heridos del 15 de septiembre.
Calderón entró a hablar con los lesionados acompañado sólo por Godoy y elementos del EMP encargados de su seguridad. En el Hospital Infantil están internados nueve niños, ocho estables y uno muy grave: Ángel Uriel Herrera, de 13 años, sigue inconsciente y tiene fracturas en las piernas, además de una lesión escrotal y en la uretra.
Con el michoacano iba su esposa, quien antes visitó el Hospital de la Mujer. Detrás de ella, sus colaboradoras llevaban bolsas de Sanborns con juguetes para los pequeños.
“Vamos a atender a los niños con fuerza y energía, porque somos madres e hijas. Apóyenos como paisano”, le pidió una enfermera que por temor a represalias pidió que no se citara su nombre. Había comentado a la prensa que la situación del hospital es precaria, sobre todo la de los trabajadores que perdieron su base laboral, de lo cual responsabilizan a la Secretaría de Salud y al gobierno de Michoacán.
Así, en medio de la tragedia, hay 4 mil trabajadores en paro.