Usted está aquí: jueves 4 de septiembre de 2008 Cultura Las mujeres no nos haremos entender con tan sólo cocinar bien: Patricia Monge

■ Presentó Edecán urbana, volumen de cuentos eróticos que marca su debut en la literatura

Las mujeres no nos haremos entender con tan sólo cocinar bien: Patricia Monge

■ ¿Por qué un hombre sí puede hablar de chupar o morder una parte de nuestro cuerpo?, cuestiona

Ángel Vargas

Ampliar la imagen Parece que las mujeres no tenemos el derecho de gozar, disfrutar o desear el cuerpo del otro, expresa Patricia Monge Parece que las mujeres no tenemos el derecho de gozar, disfrutar o desear el cuerpo del otro, expresa Patricia Monge Foto: Yazmín Ortega Cortés

Las palabras no tienen necesidad de usar condón. Cuando menos eso piensa Patricia Monge, quien de ser edecán y empresaria ahora se estrena como escritora con el libro de cuentos eróticos Edecán urbana.

¿Temor a ser directa y decir las cosas como son? De ninguna manera, responde la autora: “Las palabras generan emociones y sentimientos; no hacen daño en decirlas así como vienen”, no por lo menos en el terreno erótico-sexual.

Y agrega: “No uso condón en las palabras, las suelto; creo que todos hablamos así. Es decir, cuando uno habla consigo mismo, no piensa en términos orgánicos”.

Durante la presentación de dicho volumen, efectuada la noche del martes en la librería Gandhi, Patricia Monge fue coherente con el estilo que desarrolla en los siete cuentos reunidos en su libro y se mostró directa, sin cortapisas ni falsos pudores, al sortear las numerosas preguntas del público.

“Tenemos que cambiar nuestro lenguaje y debemos ser claros con nuestros gustos, hay que hablar de lo que nos gusta en la cama. Las mujeres no nos haremos entender con tan sólo cocinar bien”, dijo, y subrayó que es tiempo ya de romper convenciones y atavismos sociales que repercuten por igual en ambos géneros.

Nos encanta el deseo

Al respecto, Patricia Monge cuestionó las limitaciones a las que se ve sometida una mujer dentro de su vida erótico-sexual: “¿Por qué un hombre sí puede hablar de que quiere acariciar, morder o chupar una parte de nuestro cuerpo y nosotras no?

“Parece que las mujeres no tenemos el derecho de gozar, disfrutar o desear el cuerpo del otro. Pareciera como si estuviéramos condenadas a gozar sólo lo que tiene que ver con la relación (afectiva); aunque finalmente creo que hombres y mujeres, por igual, buscamos y difrutamos más de la relación emocional que la sexual.”

Acompañada por el escritor y periodista de origen estadunidense David Lida, la autora argentino-mexicana explicó que en su libro el erotismo y el sexo son sólo medios o vehículos para hablar de otros temas.

Son, aclaró, el pretexto para “sacar un dolor más profundo e intenso. Pensé qué les gustaría escuchar a las personas, y pues sé que nos encanta el deseo, el morbo, que nos cuenten, y así imaginé que si contaba parte de eso, pues podrían escuchar otras cosas que quiero decir”.

Entre esos intereses de la autora figura “hacer un retrato de la sociedad, sobre todo de las mentiras y la doble moral que proliferan en ella y que son dos de los aspectos que más la dañan. El libro es una excusa para hablar de otras cosas, sobre todo en una sociedad que vive oprimiendo”.

Tono refrescante

Edecán urbana es un proyecto que Patricia Monge tuvo en mente durante largo tiempo, desde su épocas en las que combinaba su faceta de estudiante de letras con su trabajo de edecán. Con este libro, Ediciones Habitaciones 69 inaugura una serie de publicaciones dentro del género erótico que incluirá ensayo, novela, cuento y fotografía.

En su turno, David Lida destacó la honestidad de la escritura de la autora, quien habla del sexo de manera directa, guiños ni penas, y con sentido del humor, lo cual confiere un tono refrescante al tema, algo que, abundó, hace falta en la literatura mexicana.

“No es una guía ni un manual para hacer el amor; sí tiene valor literario. Patricia, como muchos escritores y personas interesantes, ha pensando mucho que el sexo no es sólo eso”, indicó

“Las escenas eróticas hablan de desamor, amor, la esperanza del amor, ese momento en que la gente se abruma y se pone desesperanzada por la falta del amor.

“Hay muchas escenas que no tienen que ver con el sexo. Patricia, como muchos extranjeros que llegan al país, se ha puesto a observar con agudeza muchos estereotipos sociales de la ciudad de México.”

 
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