Usted está aquí: martes 2 de septiembre de 2008 Opinión Astillero

Astillero

Julio Hernández López
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■ Velocípedo

■ ¿Problema de asiento o pedales?

■ Marcha sólo hay una

Ampliar la imagen PROMETER NO EMPOBRECE... .La diputada Dolores de María Manuel-Gómez Angulo protesta en la explanada de la Cámara de Diputados por la promesa de campaña, incumplida, del presidente Felipe Calderón de reducir las tarifas eléctricas PROMETER NO EMPOBRECE... .La diputada Dolores de María Manuel-Gómez Angulo protesta en la explanada de la Cámara de Diputados por la promesa de campaña, incumplida, del presidente Felipe Calderón de reducir las tarifas eléctricas Foto: Carlos Ramos Mamahua

Lo más notable del segundo Informe de labores del ciclonauta Felipe fue algo que no estaba incluido en la cajita verde con papeles que el inmaculado secretario Mouriño entregó ayer en San Lázaro: ¿cómo hacerle para enfrentarse a circunstancias húmedas y resbalosas sin caerse de la silla (es decir, del asiento incómodo, de la tirita nada ergonómica que luego tantas dudas de clóset provoca en ciertos varones cuando se dedican al pedal)? Por cierto, y ya que de intimidades rodantes se está hablando: ¿no habrá quién ilumine a los redactores de boletines de prensa de Los Pinos para que cuiden las palabras y eviten, por ejemplo, hablar de humedades en el caso del incidente deportivo calderónico, pues, con ese término relacionado con la salud sobran mexicanos maloras que especulan con irresponsabilidad sobre la marca y los grados específicos del líquido humectante?

Informa que algo queda, es la consigna del Fideicomiso de Liquidación del Estado Mexicano (Felipe, por sus siglas electorales). Bla, bla, bla, pero muy repetido en radio, televisión y prensa amigas, que se esmeran en seleccionar pasajes retóricos más o menos presentables (en términos meramente retóricos, desde luego) para presentarlos como hechos consumados y confirmación irrefutable de que el lic. Calderón va gobernando requetebién. En ese sentido, la marcha en blanco también es aprovechada por la dinastía de los Bourbones gobernantes (nota de la redacción astillada, que también anda en el agua: el ignaro tecleador escribió mal el nombre de la famosa casa real europea, confundiéndola con la denominación de una variedad de güisqui). Así resulta que el día del informe devaluado (ya no fue el Día del Presidente, sino de la Bicicleta) la atención mediática es dirigida hacia lo que el hombre de las fracturas (no se habla de las sociales) realizará o promete realizar en relación con La Marcha y no con lo que dejó de hacer o lo que en mala hora comenzó a hacer para provocar ésas y otras marchas.

Porque, en realidad, en este país de castas, Marcha sólo hay una (así como secuestrados importantes sólo hay muy pocos). Marcha, lo que se dice marcha, la del sábado por la noche, a la que los diarios y el periodismo electrónico destinan todo el espacio que les es posible, reproduciendo detalles, sucesos, declaraciones y comentarios en abundancia que delatan los verdaderos intereses de los empresarios mediáticos ahora tan aguerridos y casi revolucionarios. Las demás marchas (obviamente, con minúsculas) no son sino expresiones latosas y repetitivas del deporte de mal gusto de protestar por todo, aun a sabiendas de que nadie las pelará (¿quién las mencionará, para bien, en el noticiero de Joaquín, por ejemplo?). Allí está el populacho protestante que ayer mismo, sin respeto por los buenos aromas dejados desde el sábado por quienes acabaron iluminando los cuadernos oportunistas de Los Pinos, se atrevió a recorrer el mismo tramo, del Ángel de la (Inn) Dependencia al Zócalo, para jeringar con temas que ni al caso, como eso de la defensa del petróleo, la carestía de la vida, las broncas alimentarias y otros rollos de siempre. ¡Uf, qué güeva, uei!

Otro motivo de enfado de clase es el anuncio de que el próximo 15 habrá un Grito a cargo de mexicanos que están en contra de la estancia de Felipe en la silla (o asiento) y de sus pretensiones de conseguir reformas privatizadoras en el rubro del petróleo. Los odios socialmente inyectados desde antes de las elecciones de 2006 reviven sus propuestas de exterminio, hartos de que haya un movimiento social resistente: para que pueda avanzar el México pensado desde las alturas bueno sería que aquellos a quienes no les guste se vayan buscando otro país. Por lo demás, el casino de las apuestas políticas se llena de papeletas en busca de atinarle al futuro. El mal ciclista Calderón (¿por qué no haberle pedido clases a Ernesto Zedillo?) parece en creciente peligro de derrapar y caer, enredado, como se ha dicho, en asuntos de manubrios, cadenas y pedales. Falta mucho para que termine la carrera contratada (¡apenas se van a cumplir dos años el diciembre próximo!), pero la cuadrilla F.C. no tiene equipo profesional (puros cuates habilitados), no entrena y sí se desvela y se humedece. Una posibilidad es que Salinas y Beltrones le impongan el muy anunciado “gobierno de gabinete” al pedalista Calderón, con el sonorense como virtual vicepresidente explícito, luego de las elecciones intermedias en que el priísmo se estaría preparando para su retorno a Los Pinos en 2012. Otra posibilidad que rueda en corrillos de alto nivel socioeconómico apunta a la solución verde, al relevo de las botas panistas fracasadas (las pedestres de Fox, primero, y luego las contenedoras de líquidos de Felipe) por las botas autoritarias que ya tienen control territorial desplegado, el gobierno de las botas limpias.

Frente a todo ello no queda sino luchar. Moverse y actuar ante el negro panorama de la manipulación mediática de la protesta social, del aborregamiento ciudadano que regala silencios para que los poderosos le den los contenidos deseados, de la escenografía “irritada” que acaba siendo usada por los actores sabidos. Así como en 2006 los poderes conservadores unidos hicieron saber con crudeza a los ciudadanos esperanzados en el valor del voto que nunca ganaría electoralmente alguien que no tuviera el visto bueno de esa elite, ahora se pretende desmoralizar y desactivar la resistencia a la privatización petrolera mediante opciones de interferencia como la lucha contra la inseguridad, que por sí misma es válida, pero que en este contexto ha sido magnificada para distraer: ¡La sociedad ha tomado el poder! ¡El gobierno tiene que cumplir lo que la gente exige! ¡Sí sirven las protestas, pero nada más las que llevan la bendición de Televisa y Televisión Azteca! ¿Para qué protestar por el petróleo si puedes hacerlo con mejores posibilidades de éxito en el estand organizado por empresarios, rotarios, yunquistas y otros ciudadanos de inmejorable reputación? Y, mientras se habla de huelga nacional, ¡hasta mañana!

 
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