Usted está aquí: sábado 9 de agosto de 2008 Opinión Los de Abajo

Los de Abajo

Gloria Muñoz Ramírez
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■ Éxitos zapatistas

Las comunidades indígenas zapatistas celebran los primeros cinco años de formalizar su autonomía. Y lo hacen con baile y alegría, a pesar del asedio militar, paramilitar, policiaco y económico. Tienen varios motivos para festejar: sobresalen los logros en salud, que en condiciones muy precarias el EZLN empezó a atender antes del levantamiento de 1994.

La vida en estos pueblos es significativamente distinta desde que tomaron el destino en sus manos. La muerte por enfermedades curables ha dejado de acompañarlos. La resistencia organizada de miles de tzotziles, tzeltales, tojolabales, choles, zoques, mames y mestizos les permite, en condiciones difíciles, logros que hace una década eran impensables.

Las juntas de buen gobierno zapatistas, mediante las que organizan su autogobierno, cumplen un lustro de vida, aunque los aproximadamente 40 municipios autónomos nacieron nueve años antes, el 19 de diciembre de 1994. Hoy, en materia de salud cuentan con dos hospitales (uno en Los Altos y otro en la selva), además de clínicas municipales y casas de salud comunitarias en las que no se cobra por la atención, y la medicina, cuando se puede, es regalada. La consulta se abre a indígenas que no pertenecen a la organización zapatista. La salud, dicen los rebeldes, no se le niega a nadie.

En la salud, como en la educación, las mujeres han tenido un papel preponderante. En ellas, mayoritariamente, recae el desarrollo de plantas medicinales, los cursos de parteras y hueseras. Son ellas las encargadas de la salud sexual y reproductiva. Las indígenas zapatistas (algunas) se abren al uso de anticonceptivos, autoexploran sus senos, participan en campañas de información sexual. Falta mucho para llegar a donde aspiran, pero los pasos dados son irreversibles.

Son enormes las carencias: faltan medicinas, materiales didácticos, instrumental y médicos, pero los y las zapatistas no se desaniman y toman su trabajo muy en serio. Por eso les sale. Donde antes había muerte, negligencia médica y humillaciones, hoy hay campañas de vacunación y de prevención de enfermedades, cursos para promotores de salud, laboratorios clínicos, consultorios dentales y cursos de fisioterapia. Los pueblos zapatistas, para preservar su cultura y fomentar la autogestión, escriben folletos en los que plasman sus conocimientos medicinales tradicionales. Así no se pierden y las nuevas generaciones continuarán su práctica, evitando, en lo posible, el uso de medicinas de patente.

Enhorabuena por esos pueblos.

 
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