Usted está aquí: viernes 25 de julio de 2008 Cultura Proponen “un juego de espejos” entre pinturas europeas y mexicanas

La carne y el color, exposición inaugurada en el Munal

Proponen “un juego de espejos” entre pinturas europeas y mexicanas

Arturo Jiménez

La exposición La carne y el color representa una “conversación” entre parte de la plástica americana y europea de los siglos XVI al XX, además de ser una “ventana” para mejor comprender el arte moderno, “a través de su majestuosa realización en el pasado”, dijo la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Teresa Franco, en la inauguración de la muestra en el Museo Nacional de Arte (Munal).

Durante la apertura de la exposición, encabezada la noche del martes por Franco y el embajador de Francia en México, Daniel Parfait, la funcionaria dijo que ese diálogo incluye a las instituciones involucradas en este proyecto: el INBA y el Museo de Bellas Artes de Rennes, y recordó el planteamiento del pintor ruso-mexicano Vlady de que “el color es un lenguaje” en sí mismo, liberado, como la música, de la “jaula” de las palabras, como lo expresara Octavio Paz.

Franco destacó que las pinturas europeas y mexicanas expuestas, junto a 20 dibujos italianos, fueron distribuidos en un tríptico, como un “juego de espejos” entre los distintos tratamientos que han dado al color los artistas de ambos continentes, como Paolo Caliari, El Veronés, Leonardo da Vinci, Paul Gauguin, Pablo Picasso, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Diego Rivera, Roberto Montenegro y Gerardo Murillo, el Dr. Atl. (La Jornada, 18/708)

La primera parte, agregó, muestra “cómo la multiplicidad cromática con que ha sido representada la carne humana revela posibilidades simbólicas que han marcado la interpretación y el significado de los cuerpos pintados: la carne de inocencia en el niño Jesús, de pureza dogmática en la virgen madre; carne orgiástica en El festín de los dioses, de Rijckere, apagada y funébre en La cabeza de san Juan Bautista, de Tomás Javier de Peralta, o carne mortificada de Cristo en La flagelación, de Nicolás Enríquez; el color de la carne, que enuncia más allá de la figura que lo contiene”.

Tras recordar que para Cèzanne “el color tiene su propia lógica”, dijo que en la segunda parte se destaca la idea de “la carne del color” y las obras respectivas muestran “la entronización del color como gran protagonista del arte en sí mismo, y no ya como mero recurso complementario del arte figurativo. El color per se como creador de realidades en el contexto del arte moderno, que no rinde cuentas a ninguna consideración temática o alegórica”.

El color vs la forma

La muestra La carne y el color, agregó Franco, es testimonio de esa “profunda mudanza histórica” en el arte, una ruptura “en la que el color empieza a tener un significado separado de las formas”, una nueva manera de ver el mundo en la que el artista se distancia del “dictado tiránico del ojo”.

Acerca del la tercera parte del tríptico, destacó que los dibujos italianos de los siglos XV al XVII abordan temas como el estudio de la figura y el rostro humanos, lo religioso y lo mitológico. “Ofrecen otras posibilidades de lectura, esta vez entre el ejercicio desnudo del color y el ejercicio sin más de la forma a partir del lápiz”.

La carne y el color, que concluirá el 19 de octubre, cuenta con estaciones interactivas y actividades para niños, jóvenes y adultos, así como visitas y conversaciones con pintores como Daniel Lezama y Roberto Cortázar. Mayor información en www.munal.com.mx

 
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