Oaxacalifornia

“Ni demócratas ni republicanos se oponen al muro”:

Gaspar Rivera Salgado

 

Gaspar Rivera Salgado, nuevo coordinador general binacional del Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (fiob), importante organización social mexicana transfronteriza, expresa optimismo en medio de uno de los momentos más oscuros para los migrantes en Estados Unidos. “Vemos una posibilidad de cambio que no habíamos visto en los pasados quince, veinte años que he vivido en Estados Unidos. Hay una efervescencia, alimentada por la posibilidad real de que Barack Obama llegue a la presidencia”, dijo.

El investigador mixteco, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), y asesor de organizaciones sociales, es uno de los grandes conocedores de las comunidades oaxaqueñas en California y, en general, del mundo de los indígenas mexicanos en Estados Unidos, del cual forma parte.

Redes y coaliciones de migrantes comparten este optimismo cauteloso porque el candidato demócrata se ha comprometido a impulsar una reforma migratoria integral que incluya un mecanismo de legalización.

“Imagínate que alguien llega y les ofrece a los millones de indocumentados una alternativa para salir de la sombra. Tendría un impacto increíble para todos ellos y particularmente para los migrantes indígenas (que llegaron más recientemente) y cuya mayoría es indocumentada”.

Sin embargo, Rivera matiza: “Debemos admitir que el debate de las políticas públicas de migración lo ha ganado el sector conservador”. Por ejemplo, “ni los demócratas ni los republicanos se oponen a la construcción del muro (fronterizo). Es un indicador de lo grave que está el sentimiento antimigrante”.

Y Obama, “al ser un político astuto”, reconoce que si asume una postura “suave” frente a la migración “perdería puntos entre un amplio sector del electorado”.   

 

Oaxacalifornia, como se le conoce, está conformada por “comunidades mixtecas muy bien asentadas”. Además, “vemos la incorporación de nuevos grupos indígenas de Oaxaca, cuya presencia en esta región  aumentó en los últimos cinco años: el pueblo triqui (en áreas agrícolas), los mixtecos (de Guerrero, de la zona fronteriza con Oaxaca) y los chatinos”.

El coordinador binacional del FIOB añadió que “estudios recientes han demostrado que casi todos los municipios de México cuentan con expulsión de migrantes. La migración de México no sólo se ha intensificado, sino también se diversifica; hay migración de profesionales y cada vez más a las ciudades”.

La intensificación de la migración “no es buena noticia para México ni para Estados Unidos”, según Rivera. En Estados Unidos “enfrentamos una crisis económica. Durante tiempos de crisis, el migrante es el chivo expiatorio: se le culpa de quitar empleos, de competir contra los trabajadores estadunidenses. Los migrantes son vulnerables a perder su empleo, y es cada vez más difícil ir a México y luego regresar, así que más y más se quedan acá, pero les está costando mucho sobrevivir. Esto tiene repercusiones muy negativas en su capacidad de enviar dinero a su familia”.

Los mexicanos enfrentan una “creciente ola antimigrante” y el número de muertes no disminuye: “En promedio, muere más de un migrante diario cruzando la frontera”. Esto debería “ser fuente de enojo para todos. No podemos imaginarnos cómo es que el gobierno mexicano se queda cruzado de brazos mientras sus ciudadanos mueren”.

En resumen, “la vida se hace más precaria y difícil. Si no tienes documentos, en varios estados no puedes obtener una licencia de manejo. Si no tienes identificación oficial tampoco puedes abrir una cuenta de banco, es difícil rentar un departamento, encontrar empleo”. Al tener que recurrir a documentos falsos, “te vuelves vulnerable a la sobreexplotación, a que violen tus derechos laborales. Ahora hay cada vez más redadas, más temor de qué van a hacer los niños si deportan a sus padres”.

 

En Estados Unidos “la gente se está organizando para responder a las políticas antimigrantes”.

El FIOB participa en una campaña nacional de educación por los derechos de los migrantes. En lo que se refiere a las redadas, “informamos a nuestros paisanos indígenas que tengan algún plan en caso de que sean arrestados por la migra y deportados: quién recogerá a los hijos de la escuela, con quién se van a quedar”.

A esta situación “no se le ve salida a menos de que haya cambios en la política migratoria y que le den opción de legalización a la población indocumentada. Ahora la demanda principal a nivel federal es una reforma migratoria que legalice a los trabajadores indocumentados”.

A pesar de la precaria situación, muchos mexicanos en Estados Unidos protagonizan importantes luchas laborales. Destaca la de la Coalición de Trabajadores de Immokalee (CIW, por sus siglas en inglés), en Florida, que durante años ha emprendido batallas contra grandes transnacionales como Taco Bell, McDonalds y Burger King, y las ha ganado.

Al respecto, Rivera opinó: “Es un buen indicador de que hay posibilidades de obtener triunfos, muy acotados, pero triunfos”. Además “hay un proceso de consolidar las redes de organizaciones laborales inmigrantes, algunas con liderazgo indígena, que están organizando a los trabajadores del campo. La CIW, el Comité Organizador de Trabajadores Agrícolas (FLOC, por sus siglas en inglés), Pineros y Campesinos Unidos del Noroeste (PCUN) y el Sindicato de Trabajadores Agrícolas (UFW, por sus siglas en inglés) se han reunido a escala nacional para revitalizar las campañas organizativas de los jornaleros agrícolas. “Las condiciones se han deteriorado a tal grado que abre las posibilidades de que se promuevan cambios de manera organizada”, resumió Rivera.

 

Por otro lado, está el tema de los jóvenes indígenas en Estados Unidos, “que nos preocupa y queremos intervenir”, dijo el líder. Muchas veces, “los padres tienen que trabajar en más de un empleo, en las noches… les deja poco tiempo para guiar a sus hijos. Esta falta de atención ocasiona que los jóvenes estén en riesgo de meterse en pandillas y dejar de ir a la escuela. Pero lo más preocupante es la pérdida de identidad: en vez de sentirse orgullosos, para no ser discriminados prefieren no identificarse con ser indígena. Eso implica la pérdida del idioma y de los lazos que unen a la co-munidad. Ante esta situación, muchas comunidades organizan bandas de música y grupos de baile, en los que incorporan a los jóvenes. En estos grupos, los jóvenes se sienten como el centro de atención: imagínate, ser embajadores culturales”.

 

Entrevista: Tania Molina Ramírez

 

Basquetbolistas mixtecos en un torneo organizado por el FIOB en California

 

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