Usted está aquí: lunes 21 de julio de 2008 Opinión Otro cate a El Payo

TOROS

José Cueli

Otro cate a El Payo

El botón apretado de las rosas revienta de improviso en las novilladas en que torea nuestro Octavio García El Payo en las plazas españolas. Entrega total del torero queretano que sale a hombros o en brazos de la cuadrilla a la enfermería y ha logrado levantar cabeza, gracias a que propicia una comunicación con los aficionados que se expande más allá de la faena concreta, al llevar al tendido las imágenes vivientes –aunque sea por la tele– en el cual actúa infaliblemente el sentido de enlace.

Después de sus triunfales actuaciones en Madrid y Pamplona, nuevamente resultó herido al presentarse en Valencia al inicio de su feria veraniega. En esa Valencia alegre y expresiva que sintoniza con su quehacer torero. En la que sobrevive el espíritu del infiltrado paganismo helénico que se asentó a lo largo de las costas del azulado mar Mediterráneo y que aún conserva.

Esa tarde de cegadora luz expresaba la alegría real de vivir un sueño. Llena de color musicalidad y poesía. Mas un novillote manso con malas ideas lo sacó del contexto manifiesto del sueño y lo envió a la luz mortecina infernal de la salita de operaciones del coso, enclavado en la famosa calle Xativa, con una cornada menos grave, afortunadamente.

Casta torera la de Octavio, que a los tres días del cate, con la herida sin cicatrizar, se presentó en el coso santanderino este fin de semana y volvió a brillar su toreo capotero cargado de fantasías que despertaban la sensación de hallarse en relación directa con los aficionados, muchos de ellos mexicanos.

 
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