Usted está aquí: domingo 13 de julio de 2008 Cultura Sensorama, 14 años en la creación de atmósferas que reavivan los sentidos

■ Queremos transmitir que la realidad es mucho más amplia, dice el director del proyecto

Sensorama, 14 años en la creación de atmósferas que reavivan los sentidos

■ La gente sale conmovida, tocada; es lo que pretendemos provocar, afirma Demian Lerma

Fernando Camacho Servín

Ampliar la imagen Los organizadores han montado cerca de 15 recorridos distintos, entre ellos, Cuatro elementos, Cantos indígenas y Cosas que sólo de muerto se saben Los organizadores han montado cerca de 15 recorridos distintos, entre ellos, Cuatro elementos, Cantos indígenas y Cosas que sólo de muerto se saben Foto: cortesía de Sensorama

Ampliar la imagen El proyecto multidisciplinario fue llevado recientemente al Festival de Macao, en China El proyecto multidisciplinario fue llevado recientemente al Festival de Macao, en China Foto: cortesía de Sensorama

Cerrar los ojos por mucho tiempo es un juego que puede resultar angustiante, pero también puede ser una ventana a nuevos lenguajes, a redescubrir los otros sentidos y emprender de esa manera un viaje por el interior de la mente y los recuerdos.

Ese mundo personal e inacabable es el campo de acción del Sensorama, propuesta artística multidisciplinaria que cumple 14 años de existencia, a lo largo de los cuales ha tratado de despertar en miles de personas el potencial dormido del cuerpo y la mente.

En entrevista con La Jornada, Demian Lerma, uno de los creadores y actuales directores de este espacio, reflexiona sobre la forma en que el concepto ha ido cambiando a lo largo del tiempo y la enorme desconexión que todavía existe entre los seres humanos y su interior, pero también entre ellos y el medio ambiente que nos rodea.

Un retorno a los orígenes

Los googles apenas dejan pasar la luz. A partir de ese momento, sólo es posible distinguir algunas manchas de colores; lo suficiente para ubicarse en el espacio y dejar el campo libre a la lengua, los dedos, el oído y, sobre todo, a la imaginación y la memoria.

La experiencia, titulada Instante, tiene lugar en varias habitaciones, donde los sonidos, las texturas y los aromas van creando una experiencia onírica e irreal.

En los muros aparecen de repente pequeñas puertas que, al abrirse, revelan el brillo y la forma de diversos objetos de vidrio o plástico, ásperos montones de arena, superficies rugosas, como cartón, objetos suaves que cuelgan del techo y hacen cosquillas en el rostro.

De pronto, la mano del guía conduce de manera hábil y suave a otro cuarto; con un toque en la barbilla indica que hay que abrir la boca para probar algún fruto o jala hacia abajo para que el sensonauta se siente en el suelo, se agache o se acueste.

Una vez superado el desconcierto inicial es inevitable sonreír ante el redescubrimiento de los estímulos más sencillos, olvidarse por completo del mundo exterior para entrar a la selva que cada uno tiene dentro de sí o, incluso, emprender un viaje hacia el momento mismo de nacer.

En una cultura “totalmente visual, el cerebro termina condicionándose a percibir la realidad desde una sola perspectiva. En el Sensorama cuestionamos este paradigma y queremos transmitir la idea de que la realidad es mucho más amplia”, explica Lerma.

Para él, la “crisis planetaria” que padecemos en la actualidad es también una crisis espiritual, porque “no entendemos cuál es nuestro lugar en el proceso de la vida. Hay que irnos a lo más íntimo, al momento en que podamos conectarnos con nosotros mismos”.

Con la creación de un nuevo lenguaje no verbal se busca que cada espectador dé a la experiencia la dimensión y relevancia que quiera, que cada uno interprete de manera distinta. “La gente sale conmovida, tocada, y eso es lo que queremos provocar.”

Al Sensorama pueden entrar grupos de hasta cinco personas, guiados por tres actores. El equipo organizador ha montado alrededor de 15 espectáculos o recorridos distintos, entre ellos, Cuatro elementos, Cantos indígenas y Cosas que sólo de muerto se saben, que actualmente pueden verse en la ciudad de México, y que fueron llevados recientemente al Festival de Macao, China.

El Sensorama se ubica en el número 196 de la calle San Luis Potosí, quinto piso, colonia Roma. Informes y reservaciones al 1998-2587 o en la página www.sensorama.com.mx

 
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