Usted está aquí: sábado 12 de julio de 2008 Deportes La grandeza de un canoísta está en el agua, no en la estatura: Camilo

■ Al campeón mundial juvenil le llegó muy pronto asistir a la justa de Pekín

La grandeza de un canoísta está en el agua, no en la estatura: Camilo

■ El michoacano ahora ya tiene tres comidas al día; antes sólo era pescado y atole blanco

■ Con su primo Cristóbal, favorito a obtener medalla, pretende llegar a las finales de C-2

Rosalía A. Villanueva

Ampliar la imagen José Everardo Cristóbal Quirino y Dimas Camilo Cortés, dispuestos a refrendar su jerarquía en la cita china José Everardo Cristóbal Quirino y Dimas Camilo Cortés, dispuestos a refrendar su jerarquía en la cita china Foto: Conade

Sin pena, Dimas Camilo Cortés confiesa que ser deportista de alto rendimiento le cambió la vida, porque ya tiene aseguradas “tres comidas al día”, cuando hace poco más de un lustro ni siquiera figuraba en el canotaje del país y se dedicaba a la pesca y el campo en la isla de Urandén, Michoacán.

El campeón mundial juvenil 2007 en República Checa se alista para enfrentar el reto más importante de su corta carrera deportiva con su debut en los Juegos Olímpicos de Pekín, en la canoa doble (mil y 500 metros), al lado de otro monarca del orbe, aunque en la categoría mayor, su primo José Everardo Cristóbal Quirino, su ejemplo a seguir.

De piel morena y con un mechón casi rubio en la frente que utiliza como cábala con Everardo en las competencias internacionales, Dimas Camilo dice que no se imaginaba que “tan pronto” representará al país en una justa veraniega, pero que todo se debió “a los entrenamientos y la disciplina que me han servido bastante, y eso es lo que nos ha sacado adelante”.

Sin olvidar sus raíces purépechas, de las que se siente “muy orgulloso”, el joven canoísta de Pátzcuaro, de 1.64 metros de estatura, no se compromete siquiera a hablar de medallas, pero sí llegar a una final con Everardo en las dos pruebas en que están inscritos, el C-2 a mil y 500 metros.

Él sabe que las posibilidades de presea están en su primo, al ser “fuerte y favorito” en Pekín, tras el primer lugar del orbe que obtuvo en Hungría 2006.

A un año del campeonato mundial juvenil en el que salió victorioso, y de su paso por la Olimpiada de la especialidad en la que fue monarca nacional, Dimas Camilo dice que todo ha cambiado y jamás se imaginó acaparar la atención de los medios de comunicación, previo a su debut olímpico.

Con sonrisa franca, el michoacano se muestra feliz, no porque sea familiar de José Everardo, sino porque también sabe de qué madera está hecho.

“Ser deportista de alto rendimiento me hace sentirme importante, porque gracias al canotaje he viajado a otros países, principalmente Europa, que sólo conocía en los libros.

“De pequeño siempre acompañé a mi padre a pescar o sembrar maíz, era niño de campo, pero gracias a esa enseñanza, los entrenamientos no se me hacen tan pesados y los disfruto”, relata sin rubor el deportista de 19 años.

Además de la presea mundial dorada, las becas económicas otorgadas por su entidad y el fideicomiso Compromiso Integral de México con sus Atletas (CIMA) han sido de ayuda para el canoísta, quien debió interrumpir sus estudios para dedicarse por completo al deporte.

Entre los resultados de este año ganó la medalla de plata en el Panamericano de Montreal, Canadá, con Everardo, lo cual les dio el pase directo a Pekín en la canoa doble.

Aunque extraña a su “familia, el pescado y el atole blanco”, Dimas Camilo no teme a los húngaros, alemanes, españoles y rusos en Pekín, que le doblan la edad y son más altos que los mexicanos, porque en el canotaje “la grandeza no se mide en la estatura, sino en el agua, y es ahí donde se demuestra lo que trae uno”.

 
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