Usted está aquí: martes 8 de julio de 2008 Economía Puras palabras, la ayuda al desarrollo, reclaman en la cumbre de los pobres

■ Piden cumplir las promesas que hicieron a África y no ocultarse tras “golpes de efecto”

Puras palabras, la ayuda al desarrollo, reclaman en la cumbre de los pobres

Afp

Katibugu, Mali, 7 de julio. La “cumbre de los pobres”, celebrada el lunes en Katibugu, Mali, exhortó a los ocho países más ricos del mundo (G8), reunidos en Japón, a cumplir las promesas que hicieron a África y criticaron los “golpes de efecto” que sólo sirven para “no tener cargo de conciencia”. “Señores del G-8, ¡cumplan sus compromisos!”, exclamó Bernard Uedraogo, militante antiglobalización de Burkina Faso, ante los cientos de participantes de esa cumbre alternativa que durará hasta el miércoles en esta ciudad cercana a Bamako. “No voy a entrar en cifras, pero acuérdense, la ayuda al desarrollo anunciada ¿dónde está? Eran palabras, puras palabras!”, insistió.

Kenichi Kawamura, un militante de origen ainu, dirigió una oración a los dioses de su pueblo, en medio del campamento. “Los dirigentes del G-8 vienen a nuestras tierras y hacen lo que quieren. Protegednos”, imploró en su lengua este hombre de 57 años.

En Date, Japón, un millar de oponentes a la cumbre del G-8, procedentes de Estados Unidos, Europa, el sudeste asiático o Corea del Sur, desplegaron banderas y carteles con el lema“¡No al G-8!”, ante sus tiendas de campaña y bajo la mirada estupefacta de los campesinos de la región. Desde punks alemanes hasta indígenas ainu, acampaban este lunes cerca de la estación termal japonesa donde se reúnen los dirigentes de los países más ricos.

Los servicios de seguridad bloquearon todos los accesos al hotel de lujo de Toyako, en la isla de Hokkaido. Las autoridades niponas han autorizado a los altermundialistas a instalarse en un prado situado del otro lado del lago Toya, a 30 kilómetros del lugar de las negociaciones. Los manifestantes no podrán acercarse al lugar de la cumbre y tendrán que contentarse con gritar sus consignas desde la orilla del lago.

“¿Cómo puede usted comprender que dirigentes elegidos democráticamente se nieguen a respetar sus compromisos?”, se pregunta Tahiru Bah, secretario general del Movimiento de los Sin Voz, una ONG maliense. “Eso se llama golpe de efecto para no tener cargo de conciencia”, subraya antes de agregar que “esto no puede seguir así. Vamos derecho contra la pared. Pero los pueblos harán la revolución”.

Líderes africanos de Sudáfrica, Argelia, Etiopía, Ghana, Nigeria, Senegal y Tanzania y el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Jean Ping, fueron invitados a la cumbre y presionaron a sus colegas de los países ricos para que cumplan con sus promesas de ayuda al continente. Hamidu, de Guinea, propone que “los países ricos reembolsen la deuda de los países pobres a la altura de la ayuda al desarrollo esperada”.

El presidente francés, el conservador Nicolás Sarkozy, quiere que el G-8 se abra a los países emergentes como Brasil e India, y a África. “Es demasiado tarde. Estos discursos no hay que hacerlos en vísperas de la cumbre, cuando los ministros de los países ricos ya tienen cerrados todos los asuntos”, opinó una activista.

 
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