Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 6 de julio de 2008 Num: 696

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Antonio Machado:
poesía perdurable

ALEJANDRO MICHELENA

El Poeta
ANDONIS DEKAVALLES

Valle-Inclán y los paraísos
JORGE GARCÍA-ROBLES

Los héroes encontrados
GUSTAVO OGARRIO entrevista con JUAN VILLORO

Arte y crítica feminista
ARNOLDO KRAUS

Los violentos desdichados
ROBERTO GARZA ITURBIDE

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Columnas:
Mujeres Insumisas
ANGÉLICA ABELLEYRA

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
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Cinexcusas
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De Michigan a Tijuana… Ése

Cuando hablamos de música tex-mex o chicana (que en origen no son lo mismo, pues normalmente una hace referencia a la frontera de México con Texas y la otra a todo el territorio que perteneciera a nuestro país), casi siempre combinamos azarosamente los nombres de viejas leyendas cuya herencia, contra la corriente de cada momento histórico, supieron abrirse camino para dejar su huella en la comunidad latina y, desde luego, en la estadunidense.

Tales nombres, entre otros pocos, suelen ser los de Lalo Guerrero (con sus temas “Pancho Claus”, “There's no tortillas” y “Tacos for Two”), Ritchie Valens (Ricardo Valenzuela, el de “La bamba”), Los Lobos, Santana, Malo, Freddy Fender, don Santiago y su hijo Flaco Jiménez y, más recientemente, los de Lila Downs, Delinquent Habits y The Mars Volta, casi todos comentados en esta columna como referentes obligados para México. Sin embargo, varios más son los que, nacidos en suelo del norte con apellido mexicano, cincelaron el espíritu de la frontera empolvándose en las estanterías de la memoria.

Entre los menos conocidos, por haber existido en un tiempo sin globalización, por haberse camuflado con maestría en el mercado anglosajón o por dedicarse a géneros marginales hijos de peculiares fusiones, destacan The Sir Douglas Quintet, los Pachuco Boogie Boys de Don Tosti, Dr. Loco's Rockin' Jalapeño Band, Question Mark and The Mysterians, Texas Tornados y Steve Jordan, además de otros conjuntos incubados en bandas populares, como el caso de los Latin Playboys fundados por miembros de Los Lobos (Louie Perez y David Hidalgo).

Curiosos por encima de todos, sin duda, son los Pachuco Boggie Boys, una atípica orquesta en la que sonaban ritmos caribeños y rancheros con temas líricos absolutamente pachucos e incontables visos al sonido de las big bands, conjuntos de blues y del muy insipiente rock and roll estadunidense. Liderados por Edmundo Martínez Tostado, alias Don Tosti, bajo su sombra conocieron a la crema y nata del jazz negro, y tuvieron su propio programa de televisión durante los años cincuenta. De su altura e influencia da buena cuenta el hijo de Lalo Guerrero, Mark, en su muy recomendable sitio de internet www.markguerrero.net, excelente mapa para orientarse en el mundo chicano.

Ahora que, por razones extra musicales, destacan los comandados por Rudy Martinez (alias “?”, Question Mark), los Mysterians, pues en el año '64 llegaron a la cumbre del Top 100 americano con su sencillo 69 Tears, una magnífica composición entre los estilos Beatle y Doors, pero con altas dosis de misterio, pues el enigmático cantante de gafas insistía en ser un marciano reencarnado que, en el próximo año 10 000 volvería para interpretar sus mejores temas. (Búsquelo en Youtube.com, no se arrepentirá.)

Los Texas Tornados, por su lado, fueron una suerte de dream team en el que se conjugaban los lenguajes de Doug Sahm y Flaco Jiménez, un concepto que duraría poco tiempo pero que terminaría por asentar las visiones que sus integrantes habían desarrollado a lo largo de los años. Caso muy diferente al de Steve Jordan (Esteban Jordán, por supuesto), el más virtuoso entre los virtuosos del acordeón que, con participaciones al lado de Santana y Gerry García, compuso uno de los más extravagantes cancioneros que se puedan concebir. Imagine el lector a un conjunto norteño liderado por un delgado personaje, tuerto y vestido de pirata norteño, metiéndole a la polka y el paso doble pero con escalas y desarrollos armónico-rítmicos progresivos, como salidos del magín de Frank Zappa. Sin duda otro tesoro que se puede hallar en la red hoy tan plagada de buenos videos.

Otros de los conjuntos menos conocidos, pero igualmente relevantes para la comunidad mexicana en Estados Unidos, fueron los v. i. p s (más tarde El Chicano), The Premiers, Tierra, Cannibal and the Headhunters, y The Blendells, todos nacidos en los años sesenta. Asimismo, una mujer triunfó por aquellos tiempos, mucho antes de que la famosa y asesinada Selena naciera. Hablamos de Trini Lopez, oriunda de Dallas, Texas, quien grabara más de cuarenta álbumes en su carrera.

Con todo, un grupo fue esencial para consolidar el género tex-mex en el gusto de quienes amaban el blues y el jam clásico. Nos referimos a The Sir Douglas Quintet, fundado por el guitarrista estadunidense Doug Sahm, compositor cuya sensibilidad supo reunir en un mismo y raro álbum a Bob Dylan y a Dr. John con el amo del acordeón tejano Flaco Jiménez ( Doug Sahm and Band, Atlantic, 1973), esto entre sus numerosos experimentos en una nutrida discografía.

Brincando de género y para concluir, nos vemos obligados a citar a otros chicanos que han sobresalido en los últimos años. The Tex Mex Experience, Ozomatli, Los Lonely Boys, Ill Niño, banda de metal, y los raperos Kid Frost, Lil Rob, Baby Bash y South Park Mexican. De ellos al sonido electrónico de Nortec, la música fronteriza está plagada de nombres aún por descubrir como bien nos muestran las plumas de Octavio Hernández, José Manuel Valenzuela, Gloria Anzaldúa, Carlos Cortez, Chela Sandoval, Manuel Luis Martínez, Alicia Gaspar de Alba y Rolando Hinojosa. Así que la tarea luce larga, pero sabrosa.