Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 1 de junio de 2008 Num: 691

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Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Legislar la cultura
VIANKA R. SANTANA

Teatro en Bogotá
JHON ALEXANDER RODRÍGUEZ

La (otra) selección alemana
ESTHER ANDRADI

Cartas a Hitler: historia epistolar de la infamia
RICARDO BADA

Adicciones y violencia
del siglo

RICARDO VENEGAS Entrevista con SANTIAGO GENOVÉS

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LA POESÍA BROTA DE LO SOMBRÍO

MARÍA ANTONIETA FLORES


Aires viciados,
Rafael Del Castillo,
Alforja,
México, 2007.

Gracias a la labor de Alforja y del poeta José Ángel Leyva, llega al lector mexicano y latinoamericano Aires viciados (México: Alforja, 2007) de Rafael Del Castillo (Tunja, Colombia, 1962) quien con persistencia sostiene Ulrika y el Festival Internacional de Poesía de Bogotá que este año estará dedicado a México.

Su obra poética está contenida en Canción Desnuda (1985), El ojo del silencio (1985), Entre la oscuridad y la palabra (1991), Animal de Baldío (1999), Pirómana. Breve Antología (Caracas, 2002), Palabras escuchadas en un café de barrio. Antología (2005).

Esta antología personal con título tan políticamente incorrecto para estos días, avisa que la sustancia de la poesía brota desde su lugar más potente: lo sombrío. Del inconsciente colectivo emergen los aires viciados por la palabra que desnuda la noche, el alcohol, lo humano, el Eros. Territorio de Dioniso, de Hermes, de Hades, genera un poema claro en deuda con la tradición hispana.

Quizás la sombra, lo desnudo para la civilización –que si no lo censura lo banaliza– sea lo más claro y luminoso de la psiquis y la palabra, pero lo más difícil de digerir y aceptar. Sin embargo, el lector encontrará que la vivencia poética de Rafael moviliza los contenidos oscuros a territorios iluminados: la casa, la calle, la amistad. Logra, así, la convivencia de extremos vitales desgarradores donde el vínculo será la desesperanza lúcida que hace a un borracho cantar al amanecer.

Se desprende de los artificios, de la academia y de la propuesta estética de los ochenta, década de triunfo económico desideologizado y del poeta como ser eficiente, incorporado al sistema, agradecido por los ganancias de la producción bajo los beneficios de la maquinaria cultural, y revela la decepción ante el orden establecido. Se coloca al margen y busca la fuerza poética de los malditos, los desheredados y los desamparados, elección estética y vital cruzada por la vivencia de una Colombia desgarrada por enfrentamientos intestinos que en el siglo xxi caminan hacia una trasgresión del drama interno a la consolidación de un drama público y globalizado que dinamiza energías colectivas.

La poesía de Rafael Del Castillo se ha cristalizado en torno a la casa y la calle, espacios cuyas fronteras se difuminan en el acaecer interior. El abandono y la búsqueda de lo materno y lo familiar conviven frente a la vida de la calle, fuerzas contrarias mas no opuestas para la concreción de lo vital. A esto se integra el Eros, el mundo oscuro y lo tierno de la prostituta que acoge, como si de una madre se tratara, la desesperación.

Su poesía no se pierde en las coordenadas finiseculares. Es diciente para este inicio de siglo acelerado donde la tecnología, lejos de arrojar al optimismo de la modernidad, adentra en el pesimismo. Por ello, para esta época y para los nuevos lectores, no habrá acto más saludable que respirar estos Aires viciados que revelan la fragilidad, la interioridad, la sensibilidad que es necesario preservar en nuestros días.


MAJORANA PERDIDO PARA SIEMPRE

LEO MENDOZA


La desaparición de Majorana,
Leonardo Sciascia,
Traducción de Juan Manuel Salmerón,
Editorial Tusquets, Col. Andanza número 637,
Barcelona, 2007.

El próximo 25 de marzo se cumplirán setenta años de la desaparición del joven científico italiano Ettore Majorana, pionero de la física de partículas y, a decir de algunos estudiosos como Enrico Fermi, una de esas mentes brillantes capaz de adelantarse a su tiempo aun cuando su obra sólo se reduce a un puñado de artículos.

En torno a su misteriosa desaparición se han tejido múltiples conjeturas: la policía italiana, debido a la conducta excéntrica del científico, determinó que se trataba de un suicidio, pues Majorana, antes de embarcar en Nápoles con rumbo a Palermo, escribió una carta donde mostraba sus intenciones, aun cuando la policía no se tomó en cuenta una misiva posterior en la que renunciaba a tan peregrina idea.

La carrera de Majorana, atípica y sorprendente, lo llevó a estudiar en Alemania –en los momentos de la ascensión del nazismo– donde convivió con Heinsenberg y, a su regreso a Italia, cayó víctima de una profunda depresión debido quizá a lo que había intuido en torno a lo que se avecinaba en la investigación atómica. Esto lo llevó a la inacción –“que es la cordura”, dice Borges– científica y a solicitar una cátedra como profesor en el sur de Italia.

Al conocerse la noticia de su muerte se desataron las dudas. Posteriormente salieron a la luz testimonios de quienes lo habían visto después de la fatídica fecha y algunas otras pistas que conducían a los monasterios de la zona, donde el científico pudo encontrar refugio. Años más tarde, en la Argentina , varios testigos –uno de ellos la viuda de Miguel Ángel Asturias– tuvieron contacto con o supieron de un Ettore Majorana dedicado en ese momento a la ingeniería.

A pesar de la brillantez del científico –algunos consideran que sus trabajos se adelantaron incluso a la obra de Fenyman–, su historia sería un episodio menor de no ser porque, a mediados de los setenta, Leonardo Sciascia se interesó en el tema y convirtió el hecho en una novela filosófica de misterio que ahonda en los motivos de Majorana y especula en torno a las causas que lo llevaron a perderse para siempre, a abandonar lo que hasta ese momento había sido su pasión y a desaparecer. La desaparición de Majorana –presentada ahora por Tusquets en una nueva traducción– adquiere, en la descripción lacónica de los hechos, tintes dramáticos sobre todo por el dilema moral que aquejaba al científico sobre participar o no en una investigación cuyos resultados podrían ser desastrosos, en un momento en el que mantenerse al margen era muy peligroso. Aquí es donde la novela adquiere esos tintes filosóficos, pues Sciascia reflexiona sobre la actividad científica y señala que quienes se negaron a participar en las investigaciones atómicas actuaron como hombres libres, mientras que sus pares, al participar en la creación de la bomba, fueron esclavos.

Para Sciascia no hay dudas: Majorana, para liberarse de los fantasmas que lo agobiaban montó la tragedia de su desaparición que, vista por el escritor siciliano años más tarde, dio como resultado una profunda e inquietante reflexión sobre la responsabilidad moral de los científicos.


DOCUMENTAR LA DECADENCIA

JOSÉ LUIS ENCISO


Edad oscura americana. La fase final del imperio,
Morris Berman,
Traducción de Eduardo Barrasa,
Sexto Piso,
México, 2007.

Cada vez son más las voces que afirman que Estados Unidos de Norteamérica es un imperio próximo a su fin. Esto no sólo desde la óptica internacional, sino en voz de algunas conciencias surgidas de ese mismo país. Morris Berman, crítico social estadunidense, presenta en este libro una de las visiones más desoladoras que actualmente se conocen del american way of life.

Si los documentales de Michael Moore ponen en duda la cohesión de ese sistema llevando al ridículo sus contradicciones, Berman no deja lugar a dudas: Estados Unidos ha dilapidado el capital político y cultural que le confería el estatus de primera potencia.

Este ensayo, continuador de El crepúsculo de la cultura americana (Sexto Piso, 2007), del mismo autor, encuentra que la cúpula del gobierno estadunidense está regida por el triunfo del mesianismo sobre la razón: George W. Bush cree que su conducta sigue una verdad “revelada” más allá de la realidad y por ello no admite errores. Dicha percepción, señala Berman, ha sido alentada por la connivencia de un pueblo que padece mala educación y pérdida del pensamiento crítico. Para ejemplificar el primer aspecto el autor emplea cifras alarmantes, como la que afirma que once por ciento de los adultos jóvenes estadunidenses no pueden localizar su propio país en un mapamundi. Por otro lado, la ausencia de reflexión se hace presente en una cultura que refleja su idiosincrasia, con orgullo, en los reality shows.

Todo esto lleva a Berman a equiparar la situación actual de Estados Unidos con la Roma del período tardío, y subraya que la clave de la decadencia de ese imperio fueron las contradicciones internas. Esta antesala del fin se ve decorada por lo que el sociólogo Zygmunt Bauman llama la “modernidad líquida”, es decir, la carencia de un rumbo claro. Esto genera una “contingencia permanente” que afecta todos los aspectos de la vida en Estados Unidos: un panorama laboral poco prometedor, medios de comunicación que incomunican, una comunidad insegura, así como una economía que beneficia a unos pocos –aquellos que concentran el capital–, y que no sólo olvida, sino que persigue a los que menos poseen.

Además de las contradicciones internas, el libro revisa de modo acucioso la conducta bélica de Estados Unidos en el mundo –especialmente en Irán, Irak e Israel–, y encuentra una explicación basada en la siguiente fórmula: cultura del coche + suburbios = dependencia petrolera = cultura bélica. Pero, ¿qué ha resultado de esta forma de conducir el Estado? ¿Cuál es el significado del trágico 11 de septiembre? La tesis que sostiene el libro resume ese significado en pocas palabras: un gran engaño a la sociedad.

Esta obra se lee no como un panfleto antiyanqui, sino como un sos que alberga cierta esperanza: la “teoría del péndulo” de la historia americana. Ésta, explica Berman, consiste en pensar que de vez en cuando los estadunidenses se meten en embrollos, pero se desatan fuerzas que logran alejarlos del abismo. Según se ven las cosas, ¿aún habrá tiempo?



El reino vegetal,
Pierre Gascar,
Universidad Veracruzana,
col. Ficción,
México, 2007.

Con casi cuarenta obras en su haber, el parisino Gascar –cuyo verdadero nombre es Pierre Fournier–, muerto hace once años, obtuvo en 1991 el Gran Premio de la Sociedad de Escritores Franceses y en 1994, por su obra en conjunto, el Premio Roger Callois. Relato, ensayo, biografía y novela son algunos de los géneros en los que incursionó, y su gama de intereses incluye biología, arquitectura, ecología, fotografía y muchas disciplinas más. En honor a su nombre, este relatario tiene como protagonistas a las plantas.



El bailarín de corte,
Lokenath Bhattacharya,
Universidad Veracruzana,
col. Ficción,
México, 2008.

Pese a la calidad de su obra, Bhattacharya, bengalí de nacimiento, “en Calcuta” –donde vivió mucho tiempo–“fue siempre un autor marginal”. El lector de este volumen de prosa poética comprobará por sí mismo la injusticia de dicha situación, así como la fuerza de una voz dotada de intensa originalidad. Muerto en 2001, fue también traductor al bengalí de Rimbaud y Michaux, entre otros autores franceses.



Poetas del mundo,
varios autores,
Universidad Veracruzana,
col. Cuadernos de la palabra,
México, 2007.

Luis Horacio Heredia, editor de la presente antología, informa en la presentación que este volumen recoge parte de las traducciones publicadas originalmente en la revista La Palabra y el Hombre . El contenido no tiene desperdicio: entre otros, poemas de Blake, Eliot, Lawrence, Maiakovsky, Rimbaud, Tennyson, Thomas, traídos al español, entre otros, por Emilio Carballido, César Rodríguez Chicharro, José Luis Rivas y Gilberto Owen.



Poéticas y obsesiones,
Marco Tulio Aguilera,
Universidad Veracruzana,
col. Biblioteca,
México, 2007.

Narrador incansable, académico en la UV y ganador de múltiples premios literarios –verbigracia el Latinoamericano de cuento de Plural y Excélsior–, el bogotano Aguilera ofrece aquí una recopilación de “las conferencias que sobre el tema de la literatura ha dictado [...] en varios países”, y la complementa con “una serie de encuentros, no entrevistas, que [...] ha tenido con Gabriel García Márquez”.