Usted está aquí: lunes 26 de mayo de 2008 Opinión Elegante resultó El Payo

Toros

José Cueli

Elegante resultó El Payo

Octavio García El Payo, prácticamente desconocido para la afición mexicana y más para la madrileña, se presentó en la feria de San Isidro como único representante del toreo mexicano y dio el campanazo. El novillero mexicano nacido en Querétaro, alegró el ruedo venteño con su capote mariposero. Su inspirado, caudaloso y creador toreo, lo coloca en un lugar de privilegio en el mundillo de los toros. Gracias al acento y sentimiento que le venían al novillero de su fuero interno en el natal Bajío.

El Payo llegó con el sentimiento del toreo mexicano a Madrid, diferente a la forma de sentir de los andaluces y su toreo acariciador o el de los castellanos, hondo y viril. El novillero queretano mostró el sentimiento mexicano que incluye un fantasear, un vivir quien sabe donde. Tomó la estafeta que estaba vacante de los grandes artífices del capote en México: Rodolfo Gaona, Pepe Ortiz, El Calesero y otros y ha instrumentado un concierto capotero que le permitió conectar con la exigente afición de las ventas: originales verónicas, chicuelinas, tafalleras, gaoneras, galleos y recortes. Todo muy natural y elegante y salpicado del picante chilero del Bajío. Lo mismo con la muleta; espero a su noble novillo del Pilar en el centro del redondel y giro en dos pases cambiados por la espalda, ligados con el pase del desdén y uno de pecho que levantó a los aficionados de sus asientos; luego los derechazos y la prueba final: pases naturales de una clase privilegiada, impregnados de sentimiento y la plaza era un clamor. Eso sí, a la hora de la suerte suprema, perdió los papeles y se le escapó un triunfo apoteósico. Ya caliente les salió a su segundo enemigo, no tan noble, en el mismo tenor y se llevó una cornada en el muslo afortunadamente de pronóstico menos grave.

Todo eso en la feria en que El Cid sigue a la cabeza y el resto no levanta. Toros de impresionante presencia, descastados, mansos, pero a la defensiva tirando cornadas a destajo. Tan difícil esta Madrid que Morante de la Puebla se salió de su estilo y a base de valor y voluntad cortó una oreja protestada y destacó un Morenito de Arandas con un toreo asevillanado sin poder rematar. Y mientras El Payo triunfa en Madrid a plaza llena y público exigente, las novilladas en la México no levantan.

 
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