Usted está aquí: viernes 9 de mayo de 2008 Política Todo apunta a que fue venganza del narco

■ Sicarios asesinan en la colonia Guerrero a Édgar Eusebio Millán, tercero en la SSP

Todo apunta a que fue venganza del narco

■ El grupo de los Beltrán Leyva podría ser responsable del atentado, según fuentes oficiales

Gustavo Castillo García

Ampliar la imagen Vigilancia en la agencia funeraria Vigilancia en la agencia funeraria Foto: Víctor Camacho

Una venganza del narcotráfico, concretamente del grupo de los hermanos Beltrán Leyva por la captura de Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo, y la desarticulación de tres células de sicarios de esa organización en la capital del país, en enero pasado, es la principal línea de investigación de la ejecución de Édgar Eusebio Millán, quien se desempeñaba como coordinador general de Seguridad Regional y Proximidad Social de la Policía Federal Preventiva (PFP). Era uno de los hombres más cercanos al titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, Genaro García Luna, y engranaje importante en los operativos conjuntos que se realizan en nueve entidades del país, revelaron mandos oficiales.

Millán Gómez, considerado el tercer hombre en importancia en la SSP federal, fue baleado la madrugada de este jueves en una vivienda ubicada en el número 132 de la calle Camelia, en la colonia Guerrero, en la ciudad de México. Su muerte constituye el mayor golpe del crimen organizado contra mandos de la PFP en lo que va de esta administración.

Según la versión oficial difundida por la SSP federal, Millán Gómez arribó al filo de las 2:30 horas a la puerta de Camelia 132 a bordo de una camioneta Blazer de color blanco, blindada y con placas 300-UWV. A pesar de su cargo y las funciones que realizaba, sólo lo acompañaban dos escoltas, a petición del propio funcionario.

El inmueble de Camelia 132 es un edificio de departamentos pequeños, en los que las protecciones metálicas en todos los ventanales son evidentes. Consta de 24 viviendas, distribuidas en dos construcciones horizontales con andadores; el más amplio sirve también de estacionamiento.

Esta construcción se localiza en la colonia Guerrero, una de las zonas consideradas de alta distribución de droga al menudeo, situada en las cercanías de Tepito y Tlatelolco.

Versiones de fuentes oficiales indican que un grupo de entre tres y cuatro sicarios del grupo de los hermanos Beltrán Leyva estuvieron en el lugar por lo menos una hora antes y esperaron a que Édgar Millán entrara al inmueble para abrir fuego, en venganza por los aseguramientos de droga y las detenciones de integrantes de ese grupo.

El mando de la PFP recibió nueve impactos de bala, la mayoría en el tórax. Según las versiones oficiales, los primeros disparos que hicieron blanco en Édgar Millán fueron percutidos con un arma con silenciador.

La presencia de los escoltas en el lugar de la agresión y su reacción para repeler el ataque es aún una incógnita.

Oficialmente, el agente Leobardo Plata Hernández y el suboficial Daniel de la Vega Hernández habían dejado en la puerta del domicilio citado a su jefe, pero ingresaron al lugar aparentemente forzando la cerradura del portón al escuchar disparos de un arma de fuego.

Los peritos no encontraron indicios de que la cerradura hubiera sido forzada o la puerta tirada. De acuerdo con las primeras investigaciones, los escoltas entraron con su jefe al inmueble y no pudieron repeler la agresión. Todos los disparos se realizaron desde distintas partes del patio hacia la puerta que da a la calle del inmueble, e hicieron blanco en los servidores públicos.

Los agentes recibieron un impacto de bala cada uno, según la SSP federal. Sin embargo, los paramédicos que los atendieron reportaron que Plata Hernández tenía dos heridas de proyectil, una en el cuello y otra en la cara.

Los peritajes iniciales refieren que en el patio de Camelia 132 se recogieron cuatro casquillos calibre 38, cuatro calibre 40 y seis de nueve milímetros, en suma, 14 unidades. En los funcionarios hicieron blanco 12, uno más perforó el zaguán a una altura menor a un metro.

Luego de la emboscada, en el lugar fue detenido Alejandro Ramírez Báez, presunto sicario de los hermanos Beltrán Leyva, quien según reportes oficiales “cuenta con antecedentes penales y dos ingresos en el Reclusorio Sur de la ciudad de México, ambos por robo de vehículo”.

Del resto de lo sicarios nada se sabe, ni siquiera si escaparon por la azotea del edificio de Camelia hacia otras construcciones o huyeron por la única puerta de acceso. 

Oficialmente Millán Gómez vivía en ese sitio; vecinos informaron que eso era verdad hace varios años y que el departamento está hoy habitado por sus padres y un hermano.

Una versión dada por los vecinos indica que ocasionalmente el coordinador general de Seguridad Regional de la PFP iba a visitar a sus familiares, y que éste era el caso.

En la SSP federal corrieron rumores de que hubo fugas de información que permitieron que los sicarios concretaran su emboscada, con el agregado de que los tiradores eran gente conocida en la zona.

A las seis de la mañana, la SSP canceló una conferencia que tenía preparada para las 7:30 horas, relacionada con la detención de nueve integrantes del grupo de los Beltrán Leyva, tras un tiroteo en el municipio de Puente de Ixtla, Morelos.

Minutos después emitió un comunicado de prensa informando del ataque a Édgar Millán yde las condolencias que el titular de la SSP federal enviaba a los familiares del coordinador general de Seguridad Regional de la dependencia.

En la calle de Camelia, peritos de la PGR realizaron sus labores hasta cerca de las dos de la tarde, pero el lugar no fue preservado. Es área de tránsito para los habitantes del inmueble.

La PGR informó que inició la averiguación previa AP/PGR/ DDF/SZC/CAM/1333/08-05, en la que se presume que Alejandro Ramírez Báez es probable responsable de la comisión de los delitos de lesiones en el caso de lo dos escoltas, homicidio agravado en contra de Edgar Millán y portación de arma de fuego, por las pistolas Pietro Beretta con silenciador y una marca Keitec Encinc, nueve milímetros.

 
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