■ Oradores emergentes y líderes callados ensombrecieron la ceremonia
Discursos de antaño enmarcaron el deslucido acto obrero del CT
■ Ausentes, personajes como Romero Deschamps, Víctor Flores y otros
Ampliar la imagen Joaquín Gamboa Pascoe, líder de la CTM Foto: Carlos Ramos Mamahua
Con sólo un tercio del Zócalo ocupado, ausencias de sindicatos importantes, discursos deslavados y desempolvados de archivos de antaño, el Congreso del Trabajo (CT) realizó ayer la conmemoración del primero de mayo con un acto en el que entre discursos y arengas de los dirigentes se escuchaba la canción La vida es un carnaval.
Los líderes del CT y la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Enrique Aguilar Borrego y Joaquín Gamboa Pascoe, respectivamente, de plano no tomaron el micrófono y le dejaron el escenario a la “chiquillada”, mientras secretarios generales de sindicatos como el de petroleros, Carlos Romero Deschamps; de ferrocarrileros, Víctor Flores, y la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), Joel Ayala, fueron los notables ausentes, unos por diferencias personales y otros porque “tenían otros compromisos”.
El hecho de que la estructura del Museo Nómada aún permanezca en el Zócalo, ayudó a que la explanada no se viera tan vacía, ya que fueron pocas las organizaciones que asistieron al acto; centrales como la Confederación Regional Obrera Mexicana se desmarcó para realizar un mitin aparte en el Hemiciclo a Juárez.
Primeros en hablar en la desangelada conmemoración fueron el director del secretariado técnico de la FSTSE, Jesús Moreno Morales, y Ramón Humberto Ojeda, de la Federación de Sindicatos de la República Mexicana, quienes señalaron que las centrales obreras corporativas no están dispuestas a aceptar una reforma laboral que trastoque los derechos individuales y colectivos de los trabajadores.
“Jamás, ni por injusticia ni por omisión, el sector obrero renunciará a sus legítimas conquistas”, dijo Moreno, mientras Ojeda advirtió que no permitirán que se negocien a sus espaldas “nuevas condiciones laborales”.
Cuando el dirigente terminó de hablar, la orquesta Músicos de la Ciudad de México se arrancó con aquello de “Todo aquel que piense que la vida es desigual, tiene que saber que no es así... que la vida es una hermosura, hay que vivirla...”, quitando la poca solemnidad que quedaba.
Al término de la pieza musical, la conmemoración continuó con el discurso de Antonio Reyes, secretario general del Sindicato Nacional de Empleados del Fonacot y vicepresidente del Congreso del Trabajo, quien aseguró que en las reformas energética y laboral esta central “hará sentir el peso de sus argumentos, porque sabemos que el petróleo es un recurso no renovable y que se va a agotar, mas no así la lucha sindical que hará posible impulsar la fuerza de los trabajadores”, lo que sonó a discurso de antaño.
Reyes agregó que el sector obrero le recuerda al gobierno que no hay justa distribución de la riqueza y que la inseguridad y el desempleo que imperan son factores que laceran y vulneran a la sociedad; estos problemas, advirtió, “son elementos peligrosos en medio de las voces que convocan a la confrontación, al choque, a la desestabilización y a la discordia nacional”.
Los asistentes se quedaron esperando que hablara el líder de la Confederación de Ttrabajadores de México, Joaquín Gamboa Pascoe, mientras en el aire quedaban los versos pegajosos de la canción de la cubana Celia Cruz “todo aquel que piense que esto nunca va a cambiar tiene que saber que no es así...”, mientras el Zócalo de la ciudad de México se desocupaba en pocos minutos.