Crisis subprime pega a bancos de Europa
Zurich, 5 de abril. La tormenta financiera mundial ha golpeado duramente a grandes bancos europeos, como el suizo UBS, que ganó esta semana el título de mayor perjudicado mundial por la crisis de los créditos hipotecarios de riesgo en Estados Unidos (subprime), y se temen nuevas víctimas.
Los bancos suizo UBS y alemán Deutsche Bank anunciaron el martes pasado fuertes depreciaciones de activos ligadas a la crisis “subprime”, mientras que el banco británico Northern Rock, nacionalizado en febrero, anunció un enorme plan de reestructuración.
El UBS, el más perjudicado del mundo por la crisis “subprime” reveló que sus depreciaciones de activos se elevan a más de 37 mil millones de dólares (casi 24 mil millones de euros).
Tras haber perdido 18 mil 400 millones de dólares en 2007 (11 mil 700 millones de euros), el primer banco suizo sufrió una nueva depreciación de 19 mil millones de dólares (12 mil 155 millones de euros) en el primer trimestre de 2008 debido a su exposición a créditos hipotecarios de riesgo en Estados Unidos y a instrumentos financieros ligados a éstos.
En busca de capitales
UBS optó por salir a la búsqueda de una nueva capitalización por 15 mil millones de francos suizos para alejarse del borde del acantilado.
El Deutsche Bank, el mayor banco de Alemania, anunció el mismo día que sus pérdidas en el primer trimestre alcanzarían los 2 mil 500 millones de euros (3 mil 900 millones de dólares), más que durante todo el 2007, a raíz de la crisis de los préstamos hipotecarios de riesgo.
El banco británico Northern Rock, especializado en créditos inmobiliarios, fue nacionalizado por el gobierno en febrero, luego de que el Banco de Inglaterra (central) le otorgara en septiembre un rescate de 26 mil millones de libras (34 mil 500 millones de euros) para evitar su quiebra.
Los bancos alemanes de mediano tamaño SachsenLB, IKB y WestLB también debieron ser rescatados por el Estado federal alemán y los Estados regionales desde el inicio de la crisis subprime en julio de 2007 para no declarar la bancarrota.