Usted está aquí: jueves 3 de abril de 2008 Cultura El gasto para la megabiblioteca, en 2006, se ajustó a la normatividad vigente: ASF

■ Dictamen del órgano fiscalizador con base en la cuenta pública del último año de Fox

El gasto para la megabiblioteca, en 2006, se ajustó a la normatividad vigente: ASF

■ Reclama el CAPFCE al Gobierno capitalino resarcimiento por inundación en el inmueble

Mónica Mateos-Vega

La Auditoría Superior de la Federación (ASF), dependiente de la Cámara de Diputados, determinó que en 2006 tanto el Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE) como el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) ejercieron su presupuesto destinado a la construcción de la Biblioteca Vasconcelos “de conformidad con la normatividad vigente”.

De acuerdo con el análisis que ese órgano fiscalizador realizó a la cuenta pública del último año de gobierno de Vicente Fox, con referencia a los egresos presupuestales de las dependencias responsables del proyecto de edificación de la megabiblioteca, el probable daño o perjuicio al patrimonio de la hacienda pública, debido a irregularidades como omisiones en la aplicación de multas a proveedores, sería sólo de 748 mil pesos.

Esta cifra contrasta con los 19 millones 559 mil pesos por anomalías en la construcción del recinto que la ASF encontró en la auditoría que realizó a la gestión federal de 2005.

Sanción omitida a un proveedor

El órgano superior de fiscalización reportó que en 2006 hubo una “recuperación” de 619 mil 800 pesos y sólo recomendó que el CNCA deberá “proceder a solventar” la omisión de aplicar a un proveedor la pena de 129 mil 95.69 pesos por incumplimiento del programa de entrega autorizado.

El informe de la Auditoría Superior de la Federación, que puede ser consultado en la página de Internet de ese órgano, señala también que durante una visita de verificación física a la Biblioteca Vasconcelos, realizada el 14 de diciembre de 2007, los auditores constataron que los trabajos y las adquisiciones correspondientes a seis contratos revisados en el CAPFCE y 19 en el CNCA “están concluidos y se realizaron de acuerdo con el tipo y calidad de los materiales especificados en los contratos. Sin embargo, la biblioteca no estaba en funciones debido a que del 22 al 25 de abril de 2007 se inundó por la ruptura de tuberías de la red de drenaje y agua potable del Sistema de Aguas de la Ciudad de México por la construcción del tren suburbano que conectará al Distrito Federal con su zona conurbada, lo cual provocó daños graves en áreas ajenas al objeto de revisión como: planta de tratamiento, lago artificial, jardín, librería, oficinas administrativas, instalaciones eléctricas, madera en el auditorio, taludes, cisternas y sistema de drenaje.”

Se informó que el CAPFCE solicitó en mayo de ese mismo año al Gobierno del Distrito Federal las indemnizaciones correspondientes.

Anomalías en 2005

También se comprobó que 57 equipos de cómputo fueron remitidos en calidad de préstamo a la Biblioteca México José Vasconcelos, ubicada en la plaza de la Ciudadela, “toda vez que CAPFCE no ha entregado formalmente las obras y el equipamiento a la Biblioteca Vasconcelos (...) La Auditoría Superior de la Federación recomienda que el Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas instruya a quien corresponda para que, en tanto no se entreguen formalmente los bienes adquiridos para el equipamiento de la Biblioteca Vasconcelos, se vigile que los bienes adquiridos se mantengan en condiciones apropiadas de operación, con el fin de evitar que se destinen a actividades distintas a las que fueron programadas, en cumplimiento de lo establecido en el artículo 55 de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público”.

En su informe correspondiente al ejercicio fiscal de 2005, la ASF documentó diferencias entre los volúmenes de obra pagada y los de obra realmente ejecutada, así como millonarias deficiencias en la colocación de las piezas de mármol y fallas estructurales en la losa del inmueble de la megabiblioteca, ubicado en Buenavista, que aún continúa cerrado al público.

 
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