Usted está aquí: domingo 23 de marzo de 2008 Opinión Bella ciao!

Matteo Dean

Bella ciao!

Recientemente un colectivo de italianos residentes en México ha lanzado un mensaje de denuncia que advierte acerca del uso que la compañía estadunidense Coca-Cola, representada por FEMSA, está realizando de las notas de Bella ciao!, reconocida canción de la resistencia partisana italiana durante la época fascista y la ocupación nazi en los años de la Segunda Guerra Mundial.

Los italianos mencionados se dicen indignados por el uso comercial de esta canción que, afirman, representa la dignidad, la esperanza, el anhelo de paz y de libertad que la lucha de liberación en Italia significó. Todas las cosas que compañías como Coca-Cola han demostrado ampliamente que menosprecian no sólo por el modelo que representan y difunden o en su política comercial, sino sobre todo por las políticas laborales promovidas y los modelos alimentarios de consumo que van imponiendo.

Por el otro lado, más allá de la más que evidente contradicción señalada, indigna la enésima tentativa –¿lograda?– de apropiarse de una canción que aún hoy sigue teniendo alto valor simbólico para todas aquellas y aquellos que siguen peleando y luchando por un mundo más justo. Si es difícil ubicar el preciso origen de esta canción, y aun admitiendo que otras eran las canciones que la mayoría de los partisanos cantaban desde las trincheras de la resistencia, Bella ciao! se ha impuesto en la memoria colectiva, política e histórica italiana como una especie de himno de los luchadores sociales. La canción ha sido incluida como protagonista en el vasto abanico de consignas de todo movimiento social y político de izquierda a lo largo de toda la historia republicana italiana nacida de los escombros de la pesadilla fascista. Obreros y campesinos, estudiantes e inscritos a los partidos Comunista y Socialista, desde la década de los 50 hasta nuestros días han cantado y entonado las celebérrima notas y palabras de Bella ciao!, un himno a la libertad, al amor y a la juventud que supo sacrificarse para ofrecer, a los que siguieron, la posibilidad de construir la democracia en Italia.

Bella ciao! es y ha sido una canción difícil porque habla de muerte, la muerte del joven que una mañana se levanta y encuentra su país ocupado. Veinte años de fascismo no habían sido suficientes. El 8 de septiembre de 1943, Hitler manda invadir Italia y a cobrar venganza de los italianos “traidores”. El joven no tiene más remedio: colaborar (como hicieron algunos) o irse a la montaña, resistir y convertirse en partisano (como hicieron muchos más). En la canción se cristaliza la lucha animada por el anhelo de libertad, así como el extremo sacrificio de la muerte por la libertad. Una muerte parecida a la de los numerosos sindicalistas colombianos de la que Coca-Cola es en parte responsable. Pero también es una canción que comienza con el levantarse de un pueblo en contra de la injusticia y por la libertad. Bella ciao! ha sido por largo tiempo el reconocimiento a esos rebeldes, esos banditen (como les decían los nazis), mismos que por mucho tiempo han sido los héroes de la democracia italiana, un país que, se decía, “es fundado sobre el antifascismo”. Sin embargo, las cosas han cambiado. Por eso, no nos sorprende mucho el uso que hoy se hace de esta canción. Si la misma clase política italiana, sujeta a la crisis permanente de su escasa representatividad, es la primera que se entrega al revisionismo conservador de su propia historia (permitiendo, por ejemplo, la escandalosa equiparación entre la muerte de los resistentes italianos y la de sus enemigos, los fascistas y nazis) y desconociendo, en algunos casos, justamente sus orígenes, bien una trasnacional puede, del otro lado del mundo, utilizar uno de los símbolos de ese esfuerzo democrático para promover su producto.

La tentativa que hace hoy el gran capital global bien se resume en este caso aparentemente sin mayor relevancia. La tentativa es aquella de sustraer lenguajes, formas, saberes y deseos que el pueblo ha creado y crea en sus territorios y sus tiempos todos aquellos frutos de creatividades colectivas que nadie debería someter a lógicas comerciales. Una tentativa que se convertirá en logro siempre y cuando se cumpla también el segundo de los objetivos de tales políticas capitalistas: la aniquilación de la memoria. En el caso específico, estamos otra vez asistiendo a la que bien podemos indicar es una inclusión real de la memoria histórica colectiva. Porque Bella ciao! ha representado y sigue representando la lucha por la libertad y el sacrificio que ésta conlleva, el uso que hoy se hace de dicha canción afecta directamente todo lo que en ella se ha invertido en términos de esfuerzo, esperanza y deseo por parte de millones de personas en el mundo. Bajo la melodía de Bella ciao! han caminado los partisanos en su lucha de liberación del régimen nazi fascista, pero también se han esperanzado movimientos en toda América Latina, en Europa, e inclusive, en su versión en inglés, en Estados Unidos. Por eso, es difícil creer en la inocencia de quienes escogieron esa melodía para acompañar el enésimo nuevo producto de Coca-Cola. Por eso habrá que tener cuidado y no dejar que ese partisano que en la canción se menciona y que muere por la libertad no sea sepultado por el olvido, el lucro y el cinismo que empresas como Coca-Cola promueven.

 
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