Usted está aquí: miércoles 12 de marzo de 2008 Ciencias Estudia el Cinvestav manipular genética de la fresa de Irapuato

■ Quieren mejorar calidad, sabor y aroma, así como su resistencia a los agentes dañinos

Estudia el Cinvestav manipular genética de la fresa de Irapuato

■ Busca una variedad que se adapte a las nuevas condiciones climáticas de Guanajuato, para elevar la producción, explica experta

■ Pretenden competir con las importadas de California

Martín Diego Rodríguez (Corresponsal)

Irapuato, Gto., 11 de marzo. Con la finalidad de mejorar la calidad, aroma y resistencia de la fresa de Irapuato a las nuevas condiciones climáticas de Guanajuato, un grupo de científicos del campus estatal del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional, trabaja en la modificación genética de la frutilla y se perfecciona la variedad, cuyo código genético es 01.165.

Los trabajos traerán consigo un beneficio a la ciudad que, por cierto, dejó de ser la capital mundial de la frutilla, debido a que en la actualidad los principales productores nacionales son Michoacán y Baja California, en tanto que Estados Unidos ha comenzado a ganar terreno a los cultivadores locales.

Con la coordinación del científico mexicano Pedro Antonio Dávalos, el Cinvestav trabaja con la finalidad de proveer a las nuevas generaciones un fruto de mejor sabor y aroma, así como de una mayor adaptación climática a la región, firmeza, tamaño y resistencia a los hongos dañinos.

Datos de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agropecuario de Guanajuato reportan que el año pasado se produjeron mil 43 hectáreas de la fruta, que fue en su gran mayoría para consumo local, debido a que el mercado internacional se llenó de “fresas que llegaron de Estados Unidos, Finlandia y Noruega, así como de Chile” en las variedades que en su momento se consideraban nativas de la entidad, como Buena Vista y Cometa.

Etapa de prueba rumbo a los campos de cultivo

La modificación genética de la fresa y la variedad 01.165 se encuentran en etapa de prueba, y tras librar el escollo de la aceptación de sabor y color, se procederá a patentar la frutilla de Irapuato y, después, a introducirla a los campos de cultivo de la región; este trabajo forma parte del programa de mejoramiento genético de vegetales del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias.

De acuerdo con Elena Hofre y Garfias, investigadora del Departamento de Ingeniería Genética del Cinvestav, el propósito del proyecto es “buscar que la nueva variedad de la fresa se adapte con mayor facilidad al clima, y sea más productiva que las variedades importadas de California; es decir, que haya calidad y mayor producción del fruto”. Explicó que el abatimiento de los acuíferos ha provocado más calor, menos humedad y, por tanto, menor resistencia de los frutos que se cultivan “a flor de tierra”.

La esperanza de que Irapuato recobre su fama de productor de fresa está cifrada en los laboratorios del Cinvestav, ya que según la Asociación Regional de Fresicultores, AC, el mercado está dominado por la fresa Reyna de Michoacán y una variedad especial de Baja California. Durante muchos años se tuvo la idea de que el cultivo e industrialización de la fresa constituía la columna de la economía de Irapuato, tan fue así que se convirtió en el icono de la ciudad, pero con el transcurso del tiempo se perdió esa fama y dejó campos de cultivo sin aprovechar.

“Hoy buscamos, con el apoyo de la ciencia, recuperar las fuentes de trabajo, que nos permitan resurgir y que Irapuato recobre su lugar como la capital de la fresa, pero ya no de nombre nada más”, explicó Enrique Barbosa Padilla, presidente de la Asociación Regional de Fresicultores.

 
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