Usted está aquí: miércoles 20 de febrero de 2008 Mundo Hay interés, pero no conmoción por la renuncia, señala un profesor universitario

Debemos ver juntos el futuro: disidente Osvaldo Payá

Hay interés, pero no conmoción por la renuncia, señala un profesor universitario

Gerardo Arreola (Corresponsal)

Ampliar la imagen Tras el anuncio de Fidel Castro de separarse definitivamente de sus cargos al frente del gobierno cubano, la vida en La Habana se desarrolló casi como cualquier día normal. En la imagen, unos niños conversan al lado de un bicitaxi adornado con imágenes del Che Guevara y el comandante Tras el anuncio de Fidel Castro de separarse definitivamente de sus cargos al frente del gobierno cubano, la vida en La Habana se desarrolló casi como cualquier día normal. En la imagen, unos niños conversan al lado de un bicitaxi adornado con imágenes del Che Guevara y el comandante Foto: Ap

La Habana, 19 de febrero. Hace casi 19 meses que Fidel Castro no aparece en público desde que delegó sus funciones oficiales en su hermano menor, Raúl. En ese lapso los cubanos fueron asumiendo la idea de que se hallaba en retirada, aunque permanecía trazando línea desde sus artículos en la prensa.

Preparar al país “para mi ausencia, sicológica y políticamente, era mi primera obligación”, dijo Fidel Castro en su mensaje del martes.

Quizá por ese entorno, un país que llegó a ver en la televisión a un Fidel enflaquecido y tumbado en una cama o intentando una muy penosa caminata, sabía hoy que podía suceder algo como el anuncio de esta mañana.

A diferencia de aquella noche del 31 de julio de 2006, cuando a pesar de la hora la capital se sobrecogió al saber que Fidel cedía sus cargos, aunque fuera temporalmente, la mañana de este martes la sorpresa fue menor.

“Hubo interés, pero no conmoción”, resumió un profesor universitario, al recorrer esta tarde un sector de La Habana y compartir con el corresponsal la impresión de que todo el mundo estaba en sus labores ordinarias, que la ciudad funcionaba con plena normalidad.

Claramente posible en los últimos meses, la renuncia de Castro fue, sin embargo, una decisión reservada. Pasaban las dos de la madrugada de este martes cuando empezó a circular en Internet el mensaje que más tarde sería leído en radio y televisión y aparecería como portada de los diarios Granma y Juventud Rebelde.

Esa forma de difusión produjo un fenómeno peculiar. Mucho antes que los cubanos, que dormían, se enteraron del mensaje de Castro los asiáticos, los africanos y los europeos, que vivían entre la media mañana y la caída de la tarde del martes. Hubo quienes aquí pasaron las primeras horas del día sin enterarse y la versión corrió poco a poco, con sobresaltos, pero no como aquella noche del verano de 2006, de agitados telefonemas.

Los noticieros de radio y de televisión no descarrilaron su programación. Leyeron el texto, como hacen desde el año pasado con los artículos de Castro. La ciudad se levantó como cualquier otro día, la gente volvió a colmar la Feria Internacional del Libro y la vida se deslizó casi como siempre.

En sectores opositores hubo comentarios desde el escepticismo hasta el interés y el trazo de expectativas:

–Osvaldo Payá: “Cualquiera que sea la evalución y el balance que tenga cada cubano sobre esta etapa que acaba de terminar, no debemos enfrentarnos unos a los otros, sino mirar juntos al futuro… sobre la base del respeto a la dignidad de cada persona y del reconocimiento en la ley y en la práctica de los derechos de todos”.

–Elizardo Sánchez: “hay más titular que sustancia… es posible que el presidente no abandone el escenario político y que los cambios que vengan sean para que todo siga igual, no espero ningún impacto positivo de la situación desde el ángulo de los derechos humanos”.

–Eloy Gutiérrez Menoyo: “Raúl va a quedar con manos libres y va a poder hacer lo que Fidel no ha podido, iniciar cambios económicos y no descarto que políticos”.

–Manuel Cuesta Morúa: “La posibilidad de una apertura, de una reforma, básicamente económica en principio, ya comienzan a partir de ahora… ha sido una decisión valiente y responsable”.

–Vladimiro Roca: “Raúl estaba a cargo y con el poder pleno desde agosto del año 2006 y no ha hecho nada…la prueba del cambio efectivo y de que hay cosas moviéndose sería la liberación de todos los presos políticos, no su deportación”.

 
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