Ojarasca 130  febrero 2008


 

Algunas personas

Wislawa Szymborska

   

Algunas personas dejan a otras personas.
En algún país bajo el sol
y algunas nubes.

Abandonan algo así como todas sus pertenencias,
campos labrados, algunas gallinas, perros,
espejos que son pasto del fuego.

Sus hombros cargan cestos y bultos.
Entre más se vacían, más pesan.

Qué sucede en silencio: alguien cae exhausto.
Qué sucede escandalosamente: el pan de alguien es arrebatado,
alguien agita a un niño inane para devolverle la vida.

Siempre otro camino equivocado por delante,
siempre otro puente erróneo
sobre un río extrañamente enrojecido.
A su alrededor, algunos tiros, ahora cerca, ahora lejos,
arriba un avión parece dar vueltas.

Un poco de invisibilidad vendría bien,
alguna grisura pétrea
o, mejor, un poco de inexistencia
por un tiempo corto o largo.

Algo más ocurrirá, sólo que dónde y qué.
Alguien saldrá a su encuentro, sólo que cuándo y quién.
Y si tiene la opción
tal vez no sea el enemigo
y les permita seguir con alguna clase de vida.

Ningún poeta polaco vivo es hoy más conocido y leído que Wislawa Szymborska (Kórnik, 1923). El humanismo de su visión, que alcanza una llaneza conmovedora, y también escalofriante, la da una actualidad duradera. Una amplia selección de su obra ha sido traducida al castellano en la excelente antología Poesía no completa (Colección Tezontle, Fondo de Cultura Económica, México, 2002. Traducción de Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia, con introducción de Elena Poniatowska). Este poema pertenece al reciente volúmen Monólogo de un perro (2002, traducido al inglés por Claire Cavanagh y Stanislaw Baranczak, Harcourt Inc., 2006).

Versión: hb


 


FOTO: ALBERTO PUENTE
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