Participa Calderón en ceremonia por el 95 aniversario de la Marcha de la Lealtad
Continuará el combate al narco hasta obtener resultados definitivos: Sedena
Antes se escoltó a Madero, ahora el Ejército acompaña al Presidente, dice el general Galván
El combate al narcotráfico “continuará incansablemente hasta obtener resultados definitivos”, afirmó el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el general Guillermo Galván Galván, durante la ceremonia conmemorativa del 95 aniversario de la Marcha de la Lealtad, acto que se convirtió en escenario para la imposición de condecoraciones al “mérito en campaña contra el narcotráfico” y en homenaje al “personal caído” en esa lucha.
Durante la ceremonia, que se realizó en el castillo de Chapultepec, se condecoró al general Rolando Eugenio Hidalgo Hedí, quien ha dedicado los últimos años de su vida militar a tratar de detener a Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, y desarticular su organización en Sinaloa, motivo por el cual en 2006 fue objeto de diversos mensajes –como el arrojamiento de un cadáver a las puertas de la Novena Zona Militar–, en busca de frenar sus operaciones.
En la conmemoración de la Marcha de la Lealtad se recuerda que el 9 de febrero de 1913, al iniciarse la sublevación encabezada por los generales Bernardo Reyes, Manuel Mondragón y otros, Francisco I. Madero marchó desde el castillo de Chapultepec hasta Palacio Nacional, escoltado por cadetes del Heroico Colegio Militar, para controlar la revuelta.
Este acto, que regularmente es el contexto para que las fuerzas armadas refrenden su compromiso con su comandante supremo, en este caso con el presidente Felipe Calderón Hinojosa, fue más una ceremonia de reconocimiento a los militares que combaten y han combatido el tráfico de drogas.
En ese sentido, el general Galván Galván declaró que “el principio de lealtad no se agota en la mera expresión declarativa. La noción militar de éste, contemporáneo y vital en nuestro instituto armado, se refiere a los procesos vinculatorios de nuestras acciones y misiones, en un marco de valores éticos, que se traducen en mayor eficiencia y beneficios para el pueblo”.
Por ello –dijo–, “es lealtad, y así lo entendemos junto con la sociedad, acatar celosa y acuciosamente las órdenes, para coadyuvar con las instituciones de la nación en la lucha contra el narcotráfico, flagelo que lacera el destino de niños y jóvenes de México y el mundo.
“Al asumir la Presidencia, nuestro comandante supremo definió con claridad los objetivos de su estrategia inmediata: recuperar para la nación los espacios que las bandas del crimen organizado habían sustraído para su dominio. Los riesgos eran inminentes y de pronóstico reservado.
“A poco más de un año, podemos afirmar que los cultivos de enervantes erradicados y el aseguramiento de drogas y armas, así como los procesados, se han venido incrementando. El combate continuará incansablemente hasta obtener resultados definitivos”.
Aunque el acto fue encabezado por Calderón, el único orador fue el titular de la Sedena, quien ante el mandatario declaró que antaño fue necesario escoltar a Francisco I. Madero para que se reconociera su mandato y se terminara una revuelta; en la actualidad, “ser leal es apoyar al Presidente de la República para mitigar los efectos de desastres naturales y salvaguardar a las familias mexicanas y sus patrimonios, o custodiar, día y noche, instalaciones estratégicas sujetas a embates de quienes desaciertan en las vías de su antagonismo”.
El jefe militar agregó: “con el triunfo histórico del respeto absoluto a los mandatos constitucionales, sobre quienes deliberadamente se negaban a vivir en democracia, se cristaliza el espíritu de lealtad institucional de las fuerzas armadas de México.
“La lealtad del Ejército al servicio de la nación es indispensable para la salud del Estado. Un instituto armado disciplinado y obediente al mandato popular de la Constitución y su comandante supremo es prueba fehaciente”.