Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 27 de enero de 2008 Num: 673

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Calar sin culpa
GABRIEL SANTANDER

La ceniza
SARANDOS PAVLEAS

Correspondencia
y literatura

EDMUND WILSON

La Celestina: una lección en el arte de la elección
ENRIQUE HÉCTOR GONZÁLEZ

El microcosmos de micrós
AGUSTÍN SÁNCHEZ GONZÁLEZ

Entrevista con
Margaret Randall

XIMENA BUSTAMANTE

Leer

Columnas:
Señales en el camino
MARCO ANTONIO CAMPOS

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Cabezalcubo
JORGE MOCH

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA


Directorio
Núm. anteriores
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Felipe Garrido

Papeles

Eran los días en que estuve enfermo y me retiré a la Quinta para aquietar mis nervios destrozados. No pude dejar de atender, sin embargo, algunos asuntos, y una o dos veces por semana Anacarda me traía papeles que era mejor no confiar al ciberespacio. Mis temores sobre Ruth se confirmaron cuando supe que le había ordenado a la muchacha que le dejara ver las cartas que Teresa me mandara, asegurándole que volvería a cerrar los sobres de modo que nadie lo notara. Anacarda le aseguró que lo haría y, sin informarme de esto en un principio, se contentó con sacar del paquete los pliegos perfumados de Teresa, para ocultarlos a un lado de la llanta de repuesto. Feliz precaución, pues hubo veces –me enteré luego– en que, delirante por los celos, Ruth obligó a mi secretaria a mostrarle lo que traía y aun a vaciar en su presencia el bolso de mano. Anacarda era tan astuta como hermosa, pero Ruth no lo recelaba –ni yo pude descubrirlo, sino tiempo después.