Usted está aquí: martes 22 de enero de 2008 Sociedad y Justicia Proárbol, programa con fines mediáticos y sesgo electoral, denuncia la Red Mocaf

Incierto, el número de plantas que sobrevivirán de las 250 millones sembradas en 2007

Proárbol, programa con fines mediáticos y sesgo electoral, denuncia la Red Mocaf

Las reglas de operación benefician a organizaciones de la Conafor y marginan a campesinos

Angélica Enciso L.

Proárbol es un programa enfocado a cubrir metas mediáticas y tiene sesgos electorales, señaló Gustavo Sánchez, director de la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas y Forestales (Mocaf), quien advirtió que se desconoce el porcentaje de supervivencia de los 250 millones de árboles que se plantaron el año pasado.

Ante el anuncio del gobierno federal de sembrar 280 millones de árboles este año, dijo que hay que tomar en cuenta la experiencia de 2007, ya que se quedaron millones de plantas en los viveros, se plantaron árboles en malas condiciones y en la producción de estos ejemplares no se establecieron reglas de operación, por lo que los campesinos quedaron fuera del plan.

En entrevista, señaló que las secretarías de Medio Ambiente y de Agricultura emitieron reglas sin el consenso de las organizaciones sociales; aseguró que si no se modifica la operación del Proárbol, éste se quedará en el aspecto mediático.

La Red Mocaf agrupa 43 organizaciones forestales de todo el país que enfrentan dificultades para acceder a los programas, debido a que el gobierno federal da prioridad a 200 agrupaciones que formó la Comisión Nacional Forestal (Conafor) en el sexenio pasado, con lo cual se “apoya un esquema corporativo que ni el PRI tuvo en sus mejores tiempos”, agregó Gustavo Sánchez.

El año pasado se puso en marcha el Proárbol, con el anuncio de que representaría la cuarta parte de la reforestación mundial, al plantarse 250 millones de árboles, cifra menor en 8 millones a los que se plantaron en 2002, y, además, “muchas plantas se quedaron en los viveros y otras se sacaron en condiciones desventajosas para asegurar la sobrevivencia”, explicó Sánchez.

Hay desconfianza en los resultados, agregó, porque no hay certificación de las plantas producidas y de su calidad, y se ignora si habrá una evaluación de las que sobrevivan; “las metas son más mediáticas que reales”. Dijo que el proceso no fue transparente: “no se sabe cómo se dieron las autorizaciones para la producción de las plantas ni a quiénes se dieron”.

A las comunidades les dejan los apoyos para reforestación, que son de tipo asistencial y están muy mal pagados, al contrario de lo que ocurre con las plantaciones forestales, que tienen los apoyos más importantes. Con las reglas de operación aprobadas para este año, reiteró, se acentúan los privilegios a las organizaciones formadas por la Conafor, las cuales reciben 50 mil pesos mensuales para su mantenimiento.

Señaló que, al igual que en otros programas destinados al campo, se pide una revisión de las reglas de operación de Proárbol, al que se destinan alrededor de 2 mil millones de pesos.

Objeciones de Greenpeace

Por su parte, Greenpeace consideró que la reforestación y las plantaciones comerciales no ayudan a detener la deforestación, ya que apenas se alcanza a recuperar la tercera parte de la superficie boscosa que se pierde y, de los árboles plantados, sobreviven menos de la mitad.

Destinar 50 por ciento de los recursos de la Conafor –alrededor de 7 mil millones de pesos– a Procoref, Manejo de Germoplasma y Prodeplan resulta un error, ya que los programas que sí pueden revertir la crisis de nuestros bosques y en los que participan las comunidades forestales sólo recibirán 14 por ciento de los recursos de la comisión, señaló Greenpeace.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.