Usted está aquí: lunes 21 de enero de 2008 Opinión Echando gasolina al fuego

Gonzalo Martínez Corbalá

Echando gasolina al fuego

Medio Oriente y el golfo Pérsico se están convirtiendo en territorios de medición de fuerzas para contrarrestar a Irán. Asimismo, son objeto de las visitas de los presidentes George W. Bush y Nicolas Sarkozy, quienes buscan vender reactores nucleares a los Emiratos Árabes Unidos, bombas guiadas por satélite a Arabia Saudita y misiles Patriot a Kuwait y a los Emiratos.

Ya de por sí en la actualidad hay importantes fuerzas militares de Estados Unidos en el Pérsico, principalmente en Kuwait, en Arabia Saudita, así como en aguas del propio Golfo, donde la armada estadunidense ha desplegado fuerzas navales, concretamente en el mar de Arabia (El País, 15/1/08 con fuentes de CNN y The New York Times).

Francia está vendiendo reactores nucleares a los Emiratos Árabes, apoyado en la afirmación del presidente galo de que “el mundo musulmán no es menos razonable que el resto del mundo para recurrir a lo nuclear civil para sus necesidades de energía”, según declaraciones hechas al diario saudita con sede en Londres Al Hayat, lo que no deja de extrañar, puesto que entre todos los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) exportaron a distintos destinos del mundo 512 mil 596 millones de dólares en petróleo, importaron en el mismo año 387 mil 350 millones de dólares y tienen 904 mil 255 millones de barriles de reservas probadas, con lo que su producción les da una relación entre reserva y producción de 79.5 años con 61.5 por ciento de las reservas mundiales de petróleo.

Por lo tanto, uno puede preguntarse: ¿por qué tienen que ser precisamente los países miembros de la OPEP que más producción y reservas tienen de petróleo, y que son Irán, Irak, Qatar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, los que pongan sobre la mesa de los jefes de Estado de las potencias mundiales de Occidente la discusión sobre si van a seguir utilizando como energía para sí mismos el petróleo que producen y venden a todo el mundo, o bien como energía alterna, se iniciarán con el pie derecho bajo el patrocinio de Estados Unidos y de Francia, en el uso de la energía nuclear, no solamente para fines pacíficos sino también a constituirse en potencias nucleares, militares, con el fin muy claro de contrarrestar a Irán en el golfo Pérsico?

No solamente comercian en la OPEP con petróleo, sino que en materia de gas natural exportan también a escala planetaria 498 mil 375 millones de metros cúbicos (Annual Statistical Bulletin OPEP, 2005), por lo que su producción y sus reservas, excepción hecha de Rusia, se convierten en las más importantes del globo.

Dicho sea de paso, el gran vendedor Nicolas Sarkozy ha admitido que entre sus principales clientes internacionales en esta materia también están China y Venezuela, aun cuando en esta ocasión hace su recorrido en el mundo árabe por Marruecos, Argelia, Libia, sin dejar de visitar a las monarquías del Golfo como Arabia Saudita para firmar contratos por valor de 40 mil millones de euros. Las gigantes petroleras francesas Total y Areva asociadas construirán en los Emiratos Árabes Unidos dos reactores nucleares de tercera generación, al tiempo que a Irán se le niega tajantemente la posibilidad de que produzca y use la energía nuclear con fines pacíficos.

Mientras todo esto sucede en el Golfo y Medio Oriente, el gran vecino de Pakistán e Irán, que es Afganistán, resiente en Kabul los ataques terroristas de los talibanes al tradicional hotel Serena, donde victimaron a varios civiles extranjeros en ataques suicidas en este alojamiento de lujo, frecuentado por ministros de visita, diplomáticos y funcionarios, desafiando los planes para estabilizar Afganistán.

El presidente Pervez Musharraf, después de sobrevivir, al menos en apariencia, al trágico atentado contra Benazir Bhutto, en el cual fue brutalmente asesinada mediante un ataque terrorista, que dejó a otro Bhutto al frente de su partido, a su hijo Bilawal, recomienda todavía al presidente de Afganistán negociar con los talibanes, los mismos que atacaron el hotel Serena en medio de una polémica acción próxima a ser autorizada para capturar a Bin Laden.

Israel, por su parte, reclama que se mantenga el equilibrio en las regiones de Medio Oriente y el golfo Pérsico, confiando en ellos para este efecto, en el continuo rearme, del que es beneficiario el gobierno estadunidense para mantenerse a la cabeza en el esfuerzo por equilibrar esas conflictivas regiones, donde no se ven, por ahora, sino acciones que bien parecen lejos de dar pasos firmes hacia la paz, mientras las acciones del mundo occidental siguen echando gasolina al fuego en los múltiples y complejos conflictos que generan violencia sin límite con alcances y consecuencias que llegan de una o de otra manera a todas partes del globo terráqueo.

 
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