Usted está aquí: lunes 21 de enero de 2008 Espectáculos Quiere cineasta reivindicar a Polanski con documental proyectado en Sundance

En el puritano EU, se vio al realizador como un extranjero perverso: Zenovich

Quiere cineasta reivindicar a Polanski con documental proyectado en Sundance

Apf

Park City, EU, 20 de enero. Uno de los escándalos sexuales más sonados, que produjo una nueva generación de tabloides sensacionalistas y acusaciones de justicia perversa, volvió a escena esta semana en el Festival de Cine de Sudance, en Roman Polanski: Wanted and Desired.

El documental, dirigido por Marina Zenovich, fue estrenado en el festival en el trigésimo aniversario del caso judicial contra Polanski, ofreciendo una visión con simpatía por el famoso director que abandonó Estados Unidos en 1978 para evitar ser encarcelado por haber mantenido relaciones sexuales con una niña de 13 años.

Publicado por diarios de todo el mundo, el caso “sensacionalista” fue “uno de los primeros ejemplos de periodistas que cazan gente para una historia en un tabloide”, dijo Zenovich.

“No existía entonces Entertainment Tonight o Access Hollywood (en la televisión estadunidense), pero había mucho interés en este caso. Y una vez que descubrieron el nombre de la víctima, Samantha Gailey, a qué escuela iba, dónde vivía, la acosaron, y a Polanski.”

Ensuciaron la historia

Y, según Zenovich, ensuciaron la historia. Basándose en entrevistas con los fiscales del caso y con Gailey (actualmente Samantha Geimer), filmaciones de los medios de los años 70 y entrevistas recicladas del propio Polanski, la realizadora busca poner las cosas en lo que considera su dimensión correcta.

Sin embargo, la directora duda que la visión que la gente tiene de Polanski cambie luego de ver su película.

“Estados Unidos es muy puritano y la gente no puede superar las acusaciones. Creo que hay una gran mayoría de personas que inclusive al escuchar esta historia no les importará, porque no pueden apartarse de las acusaciones.

“Sin embargo, en Europa él es reverenciado. Es un choque cultural.”

En el puritano Estados Unidos, sostiene Zenovich en la película, Polanski era visto con sospecha y desprecio: un extranjero de maneras perversas. En Europa, para los fiscales involucrados, e inclusive la víctima, el juez cometía una injusticia al intentar castigar severamente a Polanski por mantener una relación sexual ilícita con una menor que había fotografiado para la edición francesa de la revista Vogue, cuando la mayoría de los involucrados creían que merecía la libertad condicional.

El juez tenía varias novias de 25 años, a quienes duplicaba la edad. Se decía que el fiscal, un mormón “con una imagen tipo Robert Redford”, había sido asignado al caso porque era el único fiscal del Departamento de Justicia que no había tenido relaciones con una menor de edad. En la película éste manifiesta empatía por Polanski.

Y Gailey, madre de tres hijos, dice en la película que habría preferido abandonar el caso tras enfrentar los reflectores de los medios de comunicación.

 
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