Usted está aquí: lunes 31 de diciembre de 2007 Política Advierte Greenpeace sobre agresiva contaminación de diversas semillas

La entrada de transgénicos, un riesgo para el país

Advierte Greenpeace sobre agresiva contaminación de diversas semillas

Mariana Norandi

La apertura comercial de granos básicos, como maíz y frijol, dentro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) a partir de este primero de enero, no sólo representa un fuerte golpe para la seguridad y soberanía alimentarias de los mexicanos, sino que pone en riesgo la biodiversidad de las semillas, advirtió la organización ambientalista internacional Greenpeace.

“Una vez que se abran las fronteras al maíz, y con ello a granos transgénicos sin ningún tipo de monitoreo, segmentación y etiquetado, se abrirán también las puertas a la contaminación más agresiva de nuestras variedades milenarias de semillas. La contaminación de éstas puede ser una catástrofe no sólo para México y su patrimonio cultural, sino para el mundo, porque el maíz es un alimento de la humanidad”, aseguró Aleira Lara, coordinadora de la campaña de agricultura sustentable y transgénicos de Greenpeace.

Explicó que el gobierno mexicano debe revisar el apartado agrícola del TLCAN, de acuerdo con los términos establecidos en el propio tratado y en la legislación mexicana (capítulo IV, artículo 29 de la Ley de Comercio Exterior) que establece “claramente” que el maíz y el frijol no formarán parte de ese acuerdo.

Agregó que la apertura del mercado, además de poner en riesgo la biodiverisidad de las semillas, también implica un predominio de la agricultura industrial sobre la sustentable.

“Están más que demostrados los daños ambientales que produce la agricultura industrial, la cual está basada en un mal manejo del agua y en un abuso de fertilizantes, en aras de una mayor productividad e ingreso económico

“Por otro lado, hay una reconfiguración de la tierra hacia el monocultivo en donde, por ejemplo, se desmantela la dinámica de la milpa que tiene cultivos rotativos para no erosionar la tierra.”

Sostuvo que en el país ya existen varios focos rojos de plantaciones de maíz transgénico, como en Oaxaca, Chihuahua, Tamaulipas o Distrito Federal.

“Estos casos son el resultado de la operación de corporaciones trasnacionales, como Monsanto, Syngenta y Pioneer; de la inclusión de México en el TLCAN y de la poca voluntad política del gobierno mexicano para salvaguardar la riqueza genética de nuestras semillas y la seguridad de los campesinos y consumidores.”

Asimismo, señaló que las organizaciones ambientalistas continuarán apoyando la campaña Sin maíz no hay país, integrada por asociaciones campesinas, ecologistas y civiles; como también continuarán exigiendo al gobierno el monitoreo de maíz transgénico en todo el país.

“Aunque el primero de enero se abran las fronteras, las organizaciones ambientalistas seguiremos exigiendo al gobierno mexicano que se apegue a la ley, la cual dice que cuando existe un perjuicio evidente a la producción nacional se puede renegociar el tratado. Tiene que entender que el maíz no es sólo un tema económico, sino de diversidad, social y cultural”.

 
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