Usted está aquí: miércoles 21 de noviembre de 2007 Cultura Isocronías

Isocronías

Ricardo Yáñez

Lirismos

¿Existe el sentido de lo poético? La pregunta parecerá absurda, en particular procediendo, como procede, de alguien presuntamente dedicado a escribir poesía y sobre la poesía. Pero, quiero decir, ¿ese sentido existe en todas las personas? ¿Existiría digamos en Pinochet? El escritor de versos debe apostar a que sí.

¿Existe en todas las personas una que llamaremos voluntad por lo poético? Allí, pienso, estaría la diferencia.

¿Y una no voluntad por lo poético, una cerrazón o coraza ante el lirismo de la vida (sonará cursi, pero eso es)? Creo que en términos generales ello explicaría, en lo que a nuestro tema hace, el caso mencionado. Cerrarse al lirismo de la vida es cerrarse a la vida, casi casi –o sin el casi– apostar por la muerte.

He visto, ¿o gusto de así referirlo?, cómo respecto a la escritura algunas personas pasan de la oruga a la mariposa apenas si atravesando la crisálida, el enclaustramiento del capullo.

La escritura no es habla en conserva, sino aliento guardado. Al leer, alentado.

¿Se escribe para el ascenso social o para la inmersión en la comunidad?

¿El sentido de lo poético, incluye la atención (o el sentido de la atención) a lo poético? El sentido de lo poético, intuyo, es innato; la atención tiene que ver con la voluntad, la disposición –y por supuesto la disposición al trabajo–; con la cultura, que es trabajo cuidado en pro de la comunidad.

El lirismo de la vida se percibe mejor si cultivado, y se cultiva no sólo con trabajo sino mediante trabajo ritual, ese trabajo que a más de trabajarnos nos despierta. ¿A qué nos despierta? A la unidad de todo, a la diversidad de todo, a la universalidad de todo.

El lirismo de la vida armoniza la vida, afina la conducta, limpia la mirada –en ocasiones dejándola un poquillo borrosa.

¿Se puede ser héroe sin lirismo? ¿La tragedia del héroe consistirá en perderlo?

La soledad del poeta es la plenitud del poema.

Era raíz, no flor ni fruto, pero era flor y fruto.

El sentido de lo poético, o mejor, de la poesía, ¿es el sentido de la vida? El lirismo de ésta, ¿es el índice del ángel que señala el camino de regreso al paraíso, ahora –si ello fuese posible– trascendido?

He entrevisto, o fragmentariamente visto, a algunas personas recorriendo el lirismo de la vida (no otra cosa hace el lector de poemas, el lector de poesía). Las he visto en los libros y, por así decirlo, en la vida, respirándolo, volviéndolo palabras. Palabras que organizan, reorganizan el lenguaje de todos.

Las palabras de la tribu son el universo de la tribu.

La danza de la tribu es la danza del universo.

Las palabras nacieron del lirismo de la vida.

 
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