13 de noviembre de 2007     Número 2

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada


Impulsa Slow Food Alimentos Mexicanos
en Comercio Justo Internacional

Lourdes Edith Rudiño

Slow Food (Comida Lenta), el movimiento social que nació en Italia en 1986, y que hoy integra a 85 mil consumidores, agricultores, restauranteros y gastrónomos de 80 países, enfocó este año su atención en México, y decidió aprobar el nacimiento del baluarte del mezquite tostado de los seris de Sonora. Además de que tiene en lista de estudio a más de 12 productos de regiones de nuestro país, como el chile poblano y la pimienta, la miel y el café de Cuetzalan, Puebla.

Ya Slow Food considera a la vainilla de Chinantla, Oaxaca, y al amaranto de Tehuacán, Puebla, como baluartes. ¿Y eso qué significa?, que su red de socios conoce, aprecia y difunde la importancia cultural, biológica y social de estos alimentos, y les brinda apoyo para que encuentren vías de mercado internacionales, particularmente en Europa, bajo el concepto de “comercio justo”, con la posibilidad de obtener precios entre 20 y 30 por ciento superiores a los que se manejan normalmente.

Del 8 al 11 de noviembre Slow Food realizó su quinto Congreso Internacional en la ciudad de Puebla, con conferencias y exposiciones sobre agricultura y artesanías, y con la presencia en su Salón de los sentidos de los productos mexicanos baluartes y de los que analiza como candidatos a baluartes: además de los mencionados arriba, están el pulque, la flor de jamaica, los chapulines, el maíz rojo y el azul, los gusanos de maguey, la chía, el nopal, el chocolate, el cacao, los escamoles, los ayocotes y el mezcal, todos los cuales fueron degustados por los 700 delegados de diversas partes del mundo que acudieron al encuentro.
Paola Nano, vocera de la organización, con sede en en Bra, Italia, y Mario Riestra Venegas, representante en México, explican la filosofía de Slow Food:

Esta agrupación nació como reacción de rechazo cuando hace 21 años se quiso establecer en la Plaza España, de Roma, un Mac Donald’s, y ha crecido como una bola de nieve como movimiento en contra de la fast food (comida rápida o macdonalización) y de la globalización de la comida.

Es la única instancia que conecta al consumidor con los agricultores, con tres parámetros: que la comida debe ser limpia (no contaminada por pesticidas ni aguas negras), saludable y que entre en el comercio justo.
Además, Slow Food está comprometido con la biodiversidad, dice Paola Nano, y precisamente porque México es uno de los países más ricos en recursos genéticos y en gastronomía es que nuestra nación está siendo centro de atención.

Los productos que Slow Food convierte en baluartes (tiene alrededor de un centenar en todo el mundo) son aquellos cuyas formas tradicionales de producción están en riesgo de extinción, en el contexto de un comercio mundial donde las corporaciones líderes se mueven con altas escalas de producción y de mercado, y desplazan a los pequeños agricultores. “Los baluartes son protegidos para que el comercio desleal no los elimine”.

Lo que hace Slow Food es apoyar a los productores de los baluartes con conexiones de mercado. Pero además difunde la historia, la cultura, la importancia regional y social de los productos, y crea un vínculo humano, sensible, entre los consumidores y los agricultores.

Para aprobar los “baluartes”, Slow Food recaba información técnica, base respecto de los riesgos de extinción del producto alimentario que se trate, y delimita la región, organizaciones y poblaciones a las que habrá de apoyar.