13 de noviembre de 2007     Número 2

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada


Sierra de Puebla:

Diálogos mesoamericanos

Jorge Belarmino

Cuetzalan, Sierra Norte de Puebla. Entre el 8 y el 10 de septiembre, en las cabañas de la Kaltaixpetalinoyan (La casa donde se abre el espíritu), construidas para la capacitación y el turismo rural de la Sociedad Cooperativa Agropecuaria Regional Tosepan Titataniske (30 años de historia, 4 mil productores de café, pimienta, maíz…), se celebran tres talleres. Los convoca la sección mexicana del Movimiento Indígena y Campesino Mesoamericano (Moicam).

El movimiento viene naciendo desde 2001, por medio de cinco encuentros que reúnen hasta centenar y medio de organizaciones nacionales, regionales y locales, de los siete países centroamericanos, de México y, eventualmente, el Caribe.

Lo hace aprovechando el impulso de ámbitos mundiales y continentales –la Vía Campesina y la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo−, a partir de la preocupación por el Plan Puebla-Panamá. Detrás, el sustrato de la rica, antigua historia del subcontinente, y un pasado próximo de contactos: luchas de los pueblos indígenas por el reconocimiento de sus derechos autonómicos, guerrillas y acción de la Iglesia católica comprometida.

Una Mesoamérica rural, dice el Moicam, de vocaciones y problemas comunes, “bajo asedio”, “encadenada por tratados comerciales injustos”, “lacerada por megaproyectos”, “dependencia alimentaria”, “migración crónica”.

En los talleres de Cuetzalan una preocupación: integrar en términos reales al movimiento, desde las organizaciones de base, mediante de intercambios y actividades que traspasen la lógica de las campañas (por la reforma agraria, la soberanía alimentaria, la reivindicación de los pueblos originarios, la incorporación de la perspectiva de género al campo…). Por eso los talleres sectoriales: maíz; café, y servicios ambientales y turismo rural.

Esta vez sólo tienen tiempo y recursos para llegar siete delegados centroamericanos, pero representativos de los tres sectores, y con los 129 mexicanos hacen tres días de sesiones intensas.

En el de maíz, la preocupación por el destino del grano y la soberanía alimentaria en el área se plantea en muchos planos y toca problemas de producción, comercialización, industrialización, abastecimiento: el producto orgánico de las tortilladoras de Tosepan, por ejemplo, topando con las corporaciones que dirigen los hábitos de consumo; o el déficit del básico en el departamento de Verapaz, en el norte de Guatemala, precisando la ayuda de las organizaciones chiapanecas, que ya venden por debajo del precio guatemalteco al vecino Petén; o las virtudes y límites de la urea solidaria que Venezuela hace llegar a Nicaragua, y el compromiso de la Asociación de Trabajadores del Campo de ese país para tratar de extenderla a otras naciones.

El taller sobre café, cuyo núcleo está compuesto por organizaciones nacionales, regionales y locales mexicanas, reconoce a Mesoamérica como el ámbito natural, hasta ahora oculto en la vastedad de la Central Latinoamericana de Cafeticultores.

El de servicios ambientales y turismo rural reúne al mayor número de instancias representadas y explora un sector casi inexistente en la región, a pesar de las enormes ventajas de ésta para ello.

La plenaria final parece cumplir con el objetivo de dar los primeros pasos en la construcción de un Moicam articulado, que responda a las necesidades de las organizaciones de base. Y propone una serie de foros sectoriales para preparar el próximo encuentro del movimiento, a realizarse durante febrero próximo en Managua.