Usted está aquí: lunes 12 de noviembre de 2007 Política A la deriva, los sectores del PRI; crisis de identidad y de recursos económicos

Ya no son los que ofrecen millones de votos a cambio de espacios en el Congreso

A la deriva, los sectores del PRI; crisis de identidad y de recursos económicos

De los tres que integran el tricolor, el campesino sigue siendo el menos favorecido: CNC

Con dos derrotas presidenciales, los priístas siguen en el intento de despojarse del paternalismo

Ciro Pérez Silva

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Ampliar la imagen Cruz López Aguilar y Carlos Aceves añoran el pasado Cruz López Aguilar y Carlos Aceves añoran el pasado Foto: Notimex y José Carlos González

Sin el poder que antaño les dio la posibilidad de destapar presidenciables e imponer gobernadores, senadores o diputados, siempre a partir de la ciega obediencia al Presidente de la República, los sectores del PRI atraviesan por una crisis de identidad y de recursos económicos que amenaza su viabilidad como factores determinantes del futuro tricolor.

Ya no son los que ofrecen llevar millones de votos en las elecciones federales a cambio de espacios en las listas al Congreso, tampoco los que presionan a su dirigencia o al titular del Ejecutivo en turno para que sus líderes obtengan beneficios económicos; hoy son apenas una pálida referencia del poder omnímodo que acompañó al PRI en sus años de partido único.

De los tres sectores que integran el tricolor, el campesino sigue siendo el menos favorecido, afirma a La Jornada el líder de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Cruz López Aguilar, quien recuerda que desde las épocas doradas del PRI su voz, si bien se escuchaba, no necesariamente obtenía respuesta favorable en términos de cargos de elección popular o de espacios en la dirigencia de este partido.

Esta última demanda llevó a advertirle a su directiva que, de continuar ignorando su fuerza social y productiva por no integrarle a las carteras del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), se corre el riesgo de que esta expresión del priísmo se fracture en los estados.

“Tenemos derecho a estar en el CEN para que se defiendan nuestros legítimos intereses y a ser postulados a puestos de elección popular, desde regidores hasta presidente de la República”, fue el mensaje que envió este sector durante el pasado congreso nacional de la CNC, organismo que agrupa, de acuerdo con sus propias cifras, a 5 millones de afiliados.

Con dos derrotas presidenciales a cuestas, los priístas siguen en el intento de despojarse del paternalismo al que se sometieron durante largas décadas del poder presidencial absoluto, sin ser más que cadenas de transmisión de la voluntad del jefe del Ejecutivo federal, quien desde Los Pinos daba vida artificial a estos grupos.

“No más borregos”

Carlos Aceves del Olmo, el único senador del sector obrero del PRI y actual secretario de Acción Política de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), admite que todo el partido vive una metamorfosis lógica, y que los obreros “no son más cheques al portador ni borregos para estarlos llevando a votar” como hicieron en la no tan lejana época de Fidel Velázquez, quien con frecuencia ofrecía como cuota de su sector millones de votos en favor del candidato presidencial del PRI.

“Estamos viviendo otro México; hay, efectivamente, un decremento en la representación de los obreros en el Congreso; sin embargo hemos tenido posibilidades de participación, no hemos tenido suerte en algunos estados con nuestros candidatos, estamos en plena autocrítica para ver qué pasa. Tenemos todo el apoyo del partido como sector, tenemos el interés de que el sector obrero, que ha sido fundamental en la historia del partido, venga por sus fueros”.

Presidente de la Comisión de Trabajo del Senado y vicecoordinador de la bancada, Aceves del Olmo reconoce que antes de perder la Presidencia de la República “las cosas eran más fáciles para el partido y los sectores; antes era muy sencillo, se decía voy a dar tres millones de votos, pero ahora ya no, estamos viviendo en un país plural, no sólo en el aspecto partidista, sino que llega a los ranchos, a las fábricas; ahí también tenemos ya pluralidad y no es ya una línea del sindicalismo actual estar tratando de llevar a la gente en un sentido; nosotros los dejamos en libertad, y que ellos voten por quien quieran”.

Con la mayor representación en el Congreso y los gobiernos estatales, el sector popular del tricolor no es ajeno a la crisis generalizada del PRI.

“Los sectores son de esas cosas extrañas que a veces no las ves, pero se sienten. Ya no es como antes en que el sector era el único conducto que se tenía para hacer política o para acceder a los cargos del partido, sino que ya es un rejuego entre sectores y estados para poder sacar candidaturas y cuadros políticos”, reflexiona el diputado federal y líder de sector Marco Antonio Bernal.

Con el espectro más amplio de asociados, en este organismo cabe prácticamente cualquier actividad económica y social, por lo que aglutina a colonias populares, organizaciones productivas y de servicios, tianguistas, pequeños y medianos empresarios, taxistas, discapacitados, migrantes y transportistas, entre otros, que tratan de formar la nueva base de su clientela política, que en los años recientes se movió hacia las clases medias.

“Y vamos también a movernos para hacer más cerrada con la CNC, con la CTM, con el movimiento obrero; vamos a tratar de hacer una estructura de gestión social compartida, y vamos a hacer también una estructura común de relación”, que no tuvieron antes.

Al igual que el resto de los sectores, recuerda Bernal, “el antiguo secretario general de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) llegaba al partido, pasaba su lista y esa lista se cruzaba con las listas de los gobernadores, etcétera, y entonces decía: fulano de tal va a tal distrito”, pero este esquema de política no opera ya.

–En términos generales, ¿los sectores siguen siendo un factor para el PRI?

–Sí, siguen siendo un factor importante para movilizar, para cuidar el aparato electoral; nosotros vamos de la mano con el partido y si tiene sectores débiles, no tiene con quién movilizarse ni con quién moverse; si el partido tiene sectores fuertes, obviamente va a tener mayor fuerza. Hoy nuestra realidad es la de un proceso de reconstrucción, no solamente de los sectores, sino del partido, que lleva tiempo y que se va reforzando en la medida que vas teniendo triunfos. Se puede hacer un gran trabajo de reconstrucción, pero si se tiene una derrota electoral, simple y sencillamente se tiene que volver a empezar.

“Todos estos factores son los que van alimentando para que el sector vaya volviendo y teniendo más vida, es decir, no hay organización que resista derrotas interminables, por lo cual la tienes que alimentar con algunos pequeños o grandes triunfos, pero finalmente triunfos”, conviene Bernal.

 
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