Ojarasca 126  octubre 2007

La declaración de Chimoré, Bolivia

Ante una nueva era
 

En Chimoré, Cochabamba, "desde el corazón de América del Sur", los delegados de los pueblos y naciones indígenas originarias reunidos en el Encuentro Mundial "Por la Victoria Histórica de los Pueblos Indígenas del Mundo", para celebrar la aprobación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, expresaron: "A 515 años de opresión y dominación, aquí estamos. Hemos enfrentado y resistido a las políticas de etnocidio, genocidio, colonización, destrucción y saqueo. La imposición de sistemas económicos como el capitalismo, caracterizado por el intervencionismo, las guerras y los desastres socio-ambientales, que continúa amenazando nuestros modos de vida".

Por ello, demandaron a los Estados y gobiernos "construir un mundo basado en la Cultura de la Vida, en la identidad, filosofía, cosmovisión y espiritualidad milenaria de los pueblos indígenas originarios, aplicando los conocimientos y saberes ancestrales, consolidando procesos de intercambio y hermandad entre las naciones y respetando la autodeterminación".

También asumir decisiones "para salvar a la Madre Naturaleza de los desastres que está provocando el capitalismo en su decadencia, que se manifiesta en el calentamiento global y la crisis ecológica; reafirmando que la cultura indígena originaria es la única alternativa para salvar nuestro planeta tierra". Llamaron a "sustituir los actuales modelos de desarrollo basados en el capitalismo, la mercancía, la explotación irracional de la humanidad y los recursos naturales, el derroche de energía y el consumismo, por modelos que coloquen a la vida, la complementariedad, la reciprocidad, el respeto de la diversidad cultural y el uso sustentable de los recursos naturales como principales prioridades".

Se llamó a aplicar políticas sobre soberanía alimentaría como base de la soberanía nacional. El encuentro repudió los proyectos de generación de energía como el biocombustible y condenó las semillas transgénicas. Reclamó "transformaciones legales justas que garanticen el reconocimiento a los derechos a la comunicación e información de los pueblos", así como el respeto de los derechos a vida, salud y educación intercultural bilingüe. Se declaró el agua como derecho humano, y se demandó el uso de energías alternativas que no amenacen la vida.

Especialmente exigieron resolver las causas de la migración, "asumiendo políticas de libre circulación de personas para garantizar un mundo sin fronteras donde no existan discriminación, marginación y exclusión. No criminalizar las luchas de los pueblos indígenas, ni satanizar o acusarnos de terroristas, cuando los pueblos reclamamos nuestros derechos y planteamos cómo salvar la vida y la humanidad. Liberar de manera inmediata a líderes indígenas encarcelados en las diferentes partes del mundo".

Y concluyeron: "La lucha no se detiene, se acabó el resistir por resistir, llegó nuestro tiempo".


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