Usted está aquí: miércoles 10 de octubre de 2007 Sociedad y Justicia Plantea De la Peña la consolidación institucional y académica de la UNAM

Rechaza el aumento de cuotas estudiantiles; no me apoya el gobierno federal, dice

Plantea De la Peña la consolidación institucional y académica de la UNAM

El aspirante a rector buscará que la calidad de la universidad sea homogénea hacia arriba

La Jornada presentará entrevistas con los personajes que han hecho pública su intención de contender por la rectoría de la UNAM. El director de la Facultad de Derecho, Fernando Serrano Migallón, concedió una charla a este diario, que fue publicada el lunes 1º de octubre.

Rosa Elvira Vargas y Emir Olivares

Ampliar la imagen José Antonio de la Peña, investigador del Instituto de Matemáticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, en entrevista con La Jornada José Antonio de la Peña, investigador del Instituto de Matemáticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, en entrevista con La Jornada Foto: Marco Peláez

El matemático José Antonio de la Peña, aspirante a rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), asegura que en la institución coexisten una universidad de primera y otra de segunda: “Necesitamos que sea tan bueno un grado obtenido en cualquier Facultad de Estudios Superiores (FES) o campus foráneo que en Ciudad Universitaria”.

Ubica la consolidación académica e institucional como las principales divisas de su proyecto, el cual no sólo es de él, sino que representa a grupos y visiones específicas de la universidad. E insiste en llamar “especulaciones gratuitas”, producto de su paso por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la idea de que a él lo respalda el gobierno federal. Rechaza aumentar las cuotas estudiantiles y asegura que está dispuesto a pelear para obtener suficiente financiamiento público para la UNAM.

En su cubículo del Instituto de Matemáticas, el científico de 49 años ubica como gran problema el envejecimiento de la planta docente, con casos como el subsistema de investigación científica, donde la edad promedio es de 52 años.

Asume que será “muy difícil” cambiar las políticas del gobierno federal sobre jubilaciones mediante el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado y se pronuncia por fomentar “condiciones dignas de retiro”.

De la Peña califica de “exitosa” la gestión de Juan Ramón de la Fuente en rectoría, porque la sociedad está orgullosa de la institución, pero es renuente a equiparar ese término con algún grado de calidad.

Argumenta: “La universidad es perfectible siempre. Hay muchas cosas en qué trabajar y eso va a seguir siendo cierto en todo momento. Tiene que cambiar para mejorar; quisiéramos ver una universidad dinámica, cambiando en lo cotidiano, cuestionándose a sí misma, a la sociedad, al mundo, y buscando permanentemente soluciones”.

No simpatiza con la idea de convocar un congreso para impulsar las reformas que demanda la UNAM. “No soy creyente de los cambios explosivos, repentinos, de parteaguas históricos, de que todo lo que queda atrás es menos bueno que lo que viene adelante”, dice. Prefiere las transformaciones paulatinas, ordenadas, por consenso y mediante los órganos colegiados.

–¿Qué debiera modificar en estos momentos la UNAM?

–Hay que consolidar muchas cosas en la vida académica, el funcionamiento de los cuerpos colegiados. Conseguir que la UNAM sea una sola, con calidad homogénea hacia arriba. Que no haya universidad de primera y de segunda, donde los estudiantes reciben buena o mala educación.

–¿Puede dar ejemplos de las dos universidades de que habla?

–Más que ejemplos, eso sucede en cada parte de la UNAM. En las facultades hay profesores que son investigadores de alto nivel y otros que casi no asisten a clases. La formación de un estudiante puede ser magnífica si elige a los mejores, y muy deficiente si escoge a los que no se presentan. Así que conviven varias universidades. Podemos conseguir una universidad de masas con alta calidad y más homogénea.

–¿Qué propone para una planta académica que, de acuerdo con analistas, no se capacita lo suficiente, no hay recambio generacional y cuyas grandes figuras prefieren el posgrado que dar clases en licenciatura?

–-Ése es uno de los problemas importantes. No hay opciones de retiro digno y esto ha provocado el envejecimiento de la planta docente que en algunas áreas ya es grave y deja pocas oportunidades para crear nuevas plazas y, por tanto, hay una muy baja entrada de jóvenes a la docencia.

“Estaremos pendientes para crear condiciones para un retiro digno que permita a las personas mayores retirarse adecuadamente, que se les siga aprovechando y, al mismo tiempo, se creen nuevas plazas.

“Hay carreras donde es importante que haya profesores de asignatura. No queremos un cuerpo de profesores de tiempo completo en todas. Los primeros posibilitan estar más en contacto con el ejercicio liberal de la profesión, mientras los segundos permiten planear mejor el tipo de enseñanza que se quiere dar.

“Se deben ir modificando planes y carreras para hacerlos más modernos, más dinámicos, y ahí los profesores de tiempo completo tienen mucho qué decir.”

–¿Cómo potenciaría la contribución de la UNAM a la solución de los problemas del país?

–De manera natural hay muchos profesores e investigadores vinculados con lo que pasa en México. Lo que está faltando, y no es un problema de la UNAM sino del país, es una mejor planeación.

“Puede uno formar estudiantes, dar incentivos especiales, apoyar la creación de infraestructura para que investigadores o profesores desarrollen temas específicos. Vincular a la UNAM con las universidades públicas estatales, con la industria o con las empresas para que muchas cosas impacten en una misma dirección; esto es, no dejar que sucedan las cosas a la buena de Dios.”

–¿Cómo califica la gestión de Juan Ramón de la Fuente? ¿Su proyecto sería de cambio o de continuidad?

–Su gestión ha sido exitosa, sobre todo cuando contrastamos las condiciones de la universidad que recibió y las actuales. Eso se refleja en su imagen social: una institución sólida, dinámica, trabajando. Eso nos favorece en todos sentidos: recibimos más y mejores estudiantes, la sociedad y el gobierno nos respetan más, el presupuesto es mejor en términos absolutos y relativos.

–¿Cómo espera y cómo se va a conducirse usted en este proceso?

–El proceso representa la oportunidad de conocer más a fondo la problemática de la universidad. Es un momento de reflexión, de hacer una pausa y pensarse a sí misma, sus rutas a futuro, tomar decisiones de qué planes le convienen, qué visión queremos de la UNAM.

“Pero esa visión no se construye en un plan de trabajo ni se impone mediante una elección de rector. Debe conformarse en la cotidianeidad, con la participación del mayor número posible de universitarios. Las soluciones tendrán que construirse paulatinamente, después de que el rector sea electo, con una visión fresca.

–¿Será una contienda entre grupos o entre proyectos?

–Quisiera pensar que la Junta de Gobierno es sensible, inteligente, y lo que debe imponerse finalmente dependerá de tres factores: los apoyos de los universitarios, donde los grupos juegan un papel; la historia personal de los candidatos, donde influye el conocimiento que tienen de la institución y la habilidad mostrada en otras posiciones, y el proyecto de trabajo. El proyecto no va solo, representa a grupos y visiones de la universidad. Ese elemento debe ser el de mayor peso para la junta, sin menospreciar los otros factores.

–¿Lo apoya el gobierno federal?

–Es una especulación bastante gratuita basada en que en meses recientes he sido funcionario público. Pero siempre seguí ligado a la universidad.

–¿Cuotas?

–¡Por supuesto que no! La experiencia de 1999 debe entenderse como expresión de la dinámica social. La sociedad se expresó por la gratuidad de la educación en la UNAM. Es un principio fundamental que no debe estar a discusión y que trasciende la coyuntura del cambio de rector.

–¿Está dispuesto a pelear y a discutir en el Congreso por el presupuesto?

–Por supuesto. Los rounds que sean necesarios. Si no, para qué está el rector.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.