9 de octubre de 2007     Número 1

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada


Fidel vs Lula

El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se ha entregado a un activismo intenso para promover el etanol y convertirlo en un nuevo commodity, una materia prima que se comercialice en grandes volúmenes.

Este año se reunió dos veces con George W. Bush para conformar una estrategia hemisférica de impulso al etanol, y luego participó en Alemania con el Grupo de los Ocho e hizo una gira por México, Honduras, Nicaragua, Jamaica y Panamá, con este agrocombustible como “caballito de batalla”.

La consigna de Lula es que “la propagación del uso del etanol y del biodiesel ayuda a democratizar el acceso a la energía, disminuyendo la dependencia mundial de las reservas finitas de hidrocarburos”, pues hoy sólo 20 naciones abastecen de hidrocarburos al mundo y con los agrocombustibles los proveedores podrían llegar a cien.

Pero esta postura ha enfrentado a Lulacon Fidel Castro, el político que más ferozmente ha manifestado su rechazo a los agrocombustibles. En una serie de “reflexiones” que publicó en Granma, Castro afirma que éstos generan riesgos de agudización del hambre, esclavitud rural, desplazamiento campesino de sus tierras y deterioro de recursos naturales, en particular agua, pues producir un litro de etanol requiere cuatro litros de agua.

“Nadie ha respondido a la cuestión fundamental: ¿dónde y quiénes van a suministrar los más de 500 millones de toneladas de maíz y otros cereales que Estados Unidos, Europa y los países ricos necesitan para producir la cantidad de galones de etanol que las grandes empresas estadunidenses y de otros países exigen como contrapartida de sus cuantiosas inversiones?”, pregunta Castro.

Potencia carioca. Es innegable que Brasil es líder en materia de agrocombustibles pues, con 30 años de producción de etanol a base de caña, y con una utilización de apenas uno por ciento de su superficie arable de 320 millones de hectáreas, produce el agrocombustible más barato del planeta, y se apresta para elevar en 10 por ciento anual su oferta del energético en el próximo decenio, con la reconversión de pastizales a cañaverales, además de que fomentará el aumento del número de fábricas de etanol de 270 actuales a 320.

Según el Banco Mundial, Brasil tiene 70 millones de hectáreas de pastos naturales que pueden ser cambiados a cultivos (esto es el doble de la tierra que dedicó Estados Unidos para todo su maíz este 2007).

En volumen, con 18 mil millones de litros de etanol en 2006, Brasil se ubicó en 2006 como segundo productor del energético, después de Estados Unidos, país junto con el cual representa 70 por ciento de todo el etanol en el mundo.
Sin embargo, Lula es blanco de críticas. La caña de azúcar en Brasil –la mitad de la cual se destina al etanol– arrastra una historia cada vez más acre de esclavitud y explotación de los cortadores, y además desnacionaliza al territorio brasileño y fortalece los latifundios expulsando a los campesinos de sus tierras, según ha dicho el presidente cubano, Fidel Castro.
“Grandes empresas han adquirido ingenios de caña en Brasil. Bunge, Novo Group, ADM, Dreyfus, además de los megaempresarios George Soros y Bill Gates”, ha dicho Castro.