Ve buenas señales; autoridades locales, cautelosas ante la recomposición de relaciones
Asume Jiménez Remus representación en Cuba; prevé encuentro de mandatarios este mismo año
La Habana, 27 de septiembre. El gobierno de Cuba “está dispuesto a remprender” la relación con México, y el primer paso fue el acuerdo del miércoles entre los dos cancilleres, para estudiar de inmediato soluciones a la agenda bilateral, dijo aquí hoy el embajador mexicano, Gabriel Jiménez Remus.
El diplomático presentó este jueves sus cartas credenciales al vicepresidente del Consejo de Estado, José Ramón Machado Ventura. Se mostró tan optimista que manifestó su confianza en que el presidente Felipe Calderón vendrá a la isla este año, “una vez que empecemos a arreglarnos todos y de buenas”.
El nuevo embajador hablaba con reporteros en su residencia, y cuando se le consultó sobre si ese viaje sería en noviembre o diciembre, respondió: “No lo sé. Ojalá sea antes… pero de que viene, viene. Y de eso yo me encargo”.
Según la cancillería mexicana, en su reunión en Nueva York la secretaria Patricia Espinosa y el ministro Felipe Pérez Roque manifestaron su interés común de “continuar rencauzando” la relación y de hacerse visitas recíprocas.
Desde que Pérez Roque habló con Luis Ernesto Derbez en San José de Costa Rica, el 19 de noviembre de 2004, no se habían reunido los cancilleres de ambos países.
Jiménez Remus llegó a La Habana el sábado anterior. El martes 25 presentó copias de sus cartas credenciales al primer vicecanciller, Bruno Rodríguez y, según el protocolo cubano, se acreditó este jueves ante un vicepresidente del Consejo de Estado.
Dijo que Machado lo recibió cálidamente, “como si me conociera de toda la vida”, y en la conversación “me ofreció cómo el gobierno cubano está dispuesto a remprender una relación bilateral que nunca se debería haber perdido”.
En contraste con el clima descrito, Jiménez Remus fue desairado por autoridades de primer nivel, invitadas pero ausentes en la recepción que ofreció el diplomático este mediodía por su inicio de funciones.
El mismo vacío hizo el gobierno al saliente embajador José Ignacio Piña, en la celebración de la fiesta nacional mexicana, hace dos semanas, en un aparente mensaje de la cautela de la isla ante el proceso de recomposición de relaciones, y en espera de pisar terreno firme.
Jiménez Remus se excusó ante la prensa de entrar en detalles sobre la agenda bilateral y su plan de trabajo en la isla, al plantear que en México, antes de viajar a La Habana, hablaba de “proyectos”. Ahora pidió “un tiempo razonable, ya no para hablar de proyectos sino para hablar de resultados”.
Sin embargo, en varias formas ratificó el sentido de la posición mexicana. Interrogado sobre el reflejo que podrían tener en la línea oficial las críticas públicas del ex presidente Vicente Fox a la situación interna de la isla, Jiménez Remus respondió que Calderón “tiene una decisión irreversible de recomponer las relaciones con Cuba, y eso no lo va a cambiar. Y por eso estoy aquí”.
Jiménez Remus estimó que en la entrevista entre Espinosa y Pérez Roque “se sentaron las bases para reiniciar prácticamente de inmediato” el estudio de la agenda bilateral. Es “el inicio de esa nueva relación”, subrayó. “Se están poniendo las cosas en blanco y negro”.
Citó, por ejemplo, que los ministros encargaron a sendos equipos técnicos analizar soluciones a la deuda cubana de 554.9 millones de dólares con el Banco Nacional de Comercio Exterior de México, que incluye un litigio de cuatro años.
Sobre derechos humanos, explicó que se trabajará con un enfoque “global”, sin distinguir el tema ni priorizarlo.
Sobre migración y tráfico de personas, un asunto que irrumpió por el creciente paso de cubanos indocumentados por México, Espinosa y Pérez Roque destacaron la “importancia de establecer a la brevedad un esquema de cooperación integral”, según la cancillería mexicana.